El Puertas de Castilla da comienzo esta tarde a su nueva programación audiovisual, en la que una vez más el centro cultural murciano apuesta por propuestas que no llegarán a España por medio de los circuitos comerciales. Lo hace con el ciclo ´Otros cines', compuesto por ocho largometrajes, y con la película Kaili Blues, del director chino Bi Gan, que se proyectará en VOSE a partir de las ocho de la tarde.

El filme, del año 2015, se desarrolla en la mística y subtropical provincia de Guizhou; y, más concretamente, en una pequeña clínica donde trabajan dos doctores de vida tranquila. Sin embargo, uno de ellos, Chen Sheng, deberá viajar para ir a buscar a su sobrino, que ha sido abandonado por su padre. Durante el trayecto, el protagonista de la cinta parará en un lugar llamado Dang Mai, donde el tiempo parece haberse detenido y donde la vida de sus habitantes es un misterio.

Tras ella, el próximo jueves 24 de mayo será el turno de Chongqing Hot Pot (2016), del también chino Yanng Qing, que narra la historia de los jóvenes propietarios de un restaurante subterráneo con poca fortuna a los que una excavación para ampliar y posteriormente vender su negocio les cambiará la vida cuando acaben topándose con la cámara acorazada de un banco cercano.

Las proyecciones se reanudarán en septiembre -el día 13- con Weiner (2016), de los estadounidenses Josh Kriegman y Elyse Steinberg, un análisis del caso del ex congresista estadounidense Anthony Weiner, que en 2011 abandonó su cargo después de que fuera involucrado en un escándalo sexual. Dos semanas después, el día 27, sobre la pantalla del Puertas se reproducirá Boi Neon (2015), del brasileño Gabriel Mascaro. En ella muestra la vida de Iremar, una joven que trabaja en las Vaquejadas, el tradicional rodeo del noroeste de Brasil. Su casa es el camión que transporta los animales de uno a otro show y que comparte con sus compañeros: su compadre, Zé, Galega, una bailarina exótica y conductora de camiones, y su alegre hija Cacá. Pero el país está cambiando y la creciente industria textil de la región infunde nuevas ambiciones en Iremar, que empieza a soñar con el diseño de moda.

En octubre será el turno de Posoki (2017), del búlgaro Stephan Komandarev, y de Strong Island (2017), del norteamericano Yance Ford. La primera, una crítica al mundo violento y corrupto que vivimos desde el punto de vista de un grupo de taxistas que se enfrentan al trágico suicidio de un compañero en una sucursal bancaria; la segunda, un análisis de la muerte violenta del hermano del director y del sistema judicial que cuestiona el miedo homicida y la percepción racial.

Las dos últimas proyecciones del ciclo, el 8 y el 22 de noviembre, serán Under the shadow (2016), del iraní Babak Anvari, y Demon (2015), del polaco Marcin Wrona. En la cinta del persa -aunque de producción británica- una mujer y su pequeña hija intentan sobrellevar el terror del Teherán islamista de los años ochenta cuando un ser misterioso empieza a aparecer en su casa; en Demon, Python y Janet reciben como regalo de boda unas tierras en las que construir su hogar. Al preparar el suelo para la futura casa, el novio encuentra unos huesos humanos. Será el primero de una serie de hechos extraños que culminan con la irrupción de un turbulento espíritu en las nupcias.

La intención del ciclo es rastrear los nuevos talentos en el cine internacional y supone una cita inexcusable para todo aquel que quiera tomarle el pulso a lo que se está haciendo y viendo en las distintas partes del mundo, cineastas completamente noveles o intentando hacerse un hueco en los grandes circuitos, como Bi Gan, Yanng Qing, Johsh Kriegman, Elyse Steinberg, Gabriel Mascaro, Stephan Komandarev, Yance Ford, Babak Anvari y Marcin Wrona.