No destacaban los antiguos griegos por feministas; destacaban en filosofía, en política, pero no como adelantados a su tiempo en cuestiones de género. Sin embargo, la amplísima mitología helena nos brinda algunas heroínas como Medea, Calipso o Circe; eso sí, casi siempre vinculadas fuertemente a la la tragedia, a la muerte.

El caso de nuestra protagonista -o, más bien, la de la Ferroviaria-, no es diferente. Antígona, hija de Edipo y Yocasta, se enfrentó al peor de los destinos por amor fraternal; por orgullo, por dignidad. Creonte, rey de Tebas, prohibió el entierro de su hermano Polinices, quien buscó el apoyo de la ciudad rival de Argos para recuperar el trono de Tebas y fue, a su derrota y muerte, considerado como un traidor a la patria. Pero Antígona se rebeló contra la autoridad y cubrió de tierra el cuerpo de su hermano, dejado a las afueras de la ciudad al arbitrio de los cuervos y los perros; una decisión que le llevará, como a las demás heroínas helenas, a la muerte.

Así lo reconoce Paco Macià, autor de esta «versión libre» del clásico de Sófocles que mañana, y hasta el sábado, se estará presentando en el Teatro Romea de Murcia, que es cooproductor de esta pieza junto a la compañía murciana. «Curiosamente estas heroínas son siempre trágicas, porque se enfrentan a un mundo masculino y acaban pereciendo», apunta el dramaturgo y director de Antígona, que reseña, pese a ello, la valentía del personaje, interpretado en esta ocasión por la yeclana Eloísa Azorín: «Ella sabe a lo que se enfrenta, pero no cesa en su empeño de defender su verdad, cueste lo que cueste».

Y es que ese es, según Macià, el mensaje que pretende mandar esta pieza; además, claro está, de mostrar el posicionamiento de la compañía en un momento en el que la igualdad de género es una cuestión a la orden del día. «Para elegir Antígona nos hemos fijado especialmente en el papel que la mujer cumple en esta historia. Aquí la heroína es una mujer, una mujer convencida de su criterio y de su verdad que se enfrenta a todo un estatus masculino de poder. Es una forma de adentrarnos en el mundo de la mujer a través de este personaje», señala, para asegurar a continuación que desde la Ferroviaria están «de acuerdo con todas estas reivindicaciones femeninas», apunta en relación a movimientos como el del pasado día 8 de marzo.

Sin embargo, Antígona no es simplemente una tragedia clásica con una sublectura de rabiosa actualidad. «Tiene un punto performático, y, los textos, muchos son actuales, del siglo XX. Claro que tiene ese viso de tragedia clásica, pero podría ser perfectamente una tragedia de nuestro tiempo; no creo que el publico note que es una obra escrita en la antigua Grecia», asegura el director.

En este sentido, «lo que hemos querido ha sido actualizar el mito desde una lectura intertextual, recogiendo el testimonio de autores que han trabajado con este mito, como Brecht, Anouilh, Marguerite Yourcenar, Griselda Gambaro, María Zambrano, y al mismo tiempo nos hemos acercado a la actualidad que nos rodea para rescatar textos de periodistas, actores, defensores de nuestra Memoria Histórica y políticos como Bashar Al-Assad, textos que reconcilian los valores del mito con una realidad que se repite atemporalmente: la crueldad de la guerra y la ausencia de justicia para los perdedores», explica Macià; de hecho, «eso nos lleva a paralelismos con la Guerra Civil española o con Siria», apunta.

Pero, además, ni la música ni la puesta en escena «remiten a la tragedia griega». Por un lado, Antígona cuenta con una escenografía «actual y renovada» a cargo del valenciano Ángel Haro, y, por otro, con un espacio sonoro creado por el cantaor ilicitano El Niño de Elche: «Para nosotros su participación es un gran valor en la obra. Ha estado trabajando a pie de escenario durante muschísimos días, creando la música al mismo tiempo que se iban construyendo las escenas, un compromiso que ha dado unos resultados extraordinarios».

Por último, además de Eloísa Azorín -«Es muy buena actriz, muy profunda, muy convincente y, sobre todo, muy real, y eso me gusta mucho»-, el reparto lo completan Toni Misó, en el papel de Creonte; Bárbara Sánchez Vargas como Ismene; Javier Ruano como Tiresias; Salvador Riquelme como Polinices y Hemón -prometido de Antígona e hijo del rey-; Morgan Blasco como buitre, y Claudia Garón como el mensajero y Eteocles.