El Papa cumplió ayer cinco años de pontificado sin que haya en el Vaticano ninguna celebración especial, más allá de seguir con su plan de continuar los cambios en la Iglesia. El experto vaticanista, Marco Politi, señaló con motivo de este aniversario que una de las características más relevantes de Francisco ha sido su capacidad para «desacralizar» el pontificado. que ya no es «algo imperial o monárquico».

«El Papa se presenta como obispo de Roma y tiene una visión de la Iglesia que no es una aduana en la que se decide quién está dentro y se queda fuera, sino un hospital de campaña», destacó en una conferencia de prensa en la sede de la Prensa Extranjera de Roma.

Para Politi, el Papa es «una voz con autoridad a nivel internacional, también en ambientes no católicos» que ha puesto el foco en diversos temas de calado: como la inmigración de la que ha sabido entender que es un fenómeno propio de esta época; la teoría de que existe una tercera guerra mundial que se está desarrollando a pedazos en la que la solución no puede ser unilateral; la ecología y su influencia en la sociedad y la lucha contra la esclavitud y la desigualdad.

El experto en el Vaticano señaló que se trata de un Pontificado «rico de innovación», si bien nunca se ha intervenido «en la doctrina» o en «el catequismo». «El Papa toca las relaciones interpersonales -señaló-. Por ejemplo, el control de la natalidad, a través del aborto o los métodos anticonceptivos, ya no es una obsesión como sí lo fue en otros pontificados. Para el Papa, cuenta mucho la situación personal de cada individuo». De este modo, explicó que las reformas llevadas a cabo en la Curia Romana se basan sobre todo «en una nueva concepción basada en que ya no manda un súperpoder por encima de las Iglesias locales», sino que se trata de otro órgano de gobierno colegial.

Para el periodista italiano, es importante destacar la labor que ha hecho Francisco en el ámbito ecuménico, ya que ha cambiado la percepción de la Iglesia católica respecto a otras iglesias. «Se presenta ante ellas como el obispo de Roma y la relación es fraternal, no solo formal. Además, pone en valor el patrimonio común que hay entre ambos y ha roto la idea de que cada confesión es un clan distinto al otro», ilustró. En este sentido, enfatizó que «para este Papa hijos de Dios son todas las personas, incluso los que no creen».

Asimismo, al analizar el impulso reformador que ha puesto en marcha Francisco, destacó que ha generado oposiciones y resistencias. A su juicio, es algo normal porque la Iglesia es «un órgano que está vivo». Bajo esta óptica, ha dicho que se trata de un pontificado «dramático» porque «hay cardenales que creen que el Papa es un hereje y ateos que le apoyan y creen que está realizando el mensaje evangélico». En este sentido, según su biógrafa, Elisabetta Piqué, quien le conoce desde que era arzobispo de Buenos Aires y que hace un balance «extraordinario» de estos 5 años, al Papa «no le preocupan las oposiciones» sino que le gustan porque ello denota que hay movimiento «porque significa que hay libertad».