Ha sido Cavaradossi en Tosca, Calaf en Turandot y, ahora, llega al Teatro Romea de Murcia para meterse en la piel de Radamés, un comandante militar egipcio que lleva el protagonismo dramático en Aida, una de las grandes óperas del maestro italiano Giuseppe Verdi; tanto que para Simone Frediani es casi una obligación -seas o no amante o conocedor del género- verla «al menos una vez en la vida». El tenor italiano es otro de los grandes alicientes de la representación, que contará además con la soprano taiwanesa Iaia Tso en el papel protagonista. Ambos son los baluartes de esta producción de Leonor Gago con la compañía Concerlírica y el Teatro de la Ópera Nacional de Moldavia.

Basada en la versión francesa de la historia propuesta por el egiptólogo Auguste Mariette, esta ópera narra una historia de amor truncada por las circunstancias, un romance fallido con final dramático en la que los personajes se dejan guiar por los sentimientos. Compuesta por cuatro actos y ambientada en el Egipto faraónico, narra la pasión entre Aida, una princesa etíope, pero esclava en Egipto, y Radamés, comandante de las fuerzas que ocuparon la tierra de Aida. A este amor se oponen Amonasro -padre de Aida-, que exige venganza y Amneris -hija del faraón-, que también ama a Radamés.

¿Qué se va a encontrar el espectador que vaya a ver Aida ?

El espectador se va a encontrar con una ópera grandiosa y fascinante, una de las obras maestras del género.

¿Qué diría que tiene Aida para que sea casi de obligada asistencia para los amantes de la ópera?

Es una de las obras monumentales de Verdi, debe verse al menos una vez en la vida, incluso por aquellos que no son expertos en ópera.

¿Qué tiene de especial esta historia y la hace distinta a las demás?

Creo que es única en su genero, tal vez porque está ambientada en Egipto, en la época de los faraones, con un gran coro y un apartado musical magnífico.

El Antiguo Egipto, un momento de la Historia fascinante...

Sí, mucho. Fascinante e intrigante, no solo con respecto a la música, sino también a la trama...

¿Qué me puede decir del elenco?

Que es un elenco de gran nivel internacional. Además, con algunos he actuado anteriormente, como con la taiwanesa Iaia Tso, magnífica soprano, ó Venceslav Anastasov, barítono búlgaro con una gran carrera internacional.

¿Cómo os acoge el público español?

El público español es una audiencia muy cálida que sigue con gran cuidado toda la representación.

¿Cuándo decidió dedicarse a la ópera?

Empecé a cantar ópera hace unos años casi como un desafío.

¿Y cómo fueron los comienzos?

Muy difíciles debido a mi voz; una voz muy particular, un verdadero tenor dramático. Era difícil encontrar incluso un maestro que supiera cómo dirigir mi voz... Esta profesión requiere años de estudio y ejercicio tanto en términos de respiración y emisión de sonido, como de proyección y todas esas cosas que deben estar presentes en un cantante completo.

Es una profesión difícil...

Muy difícil, una profesión donde nada puede dejarse a la improvisación. Mucho estudio, largos viajes, descansos igualmente largos, pruebas estresantes, actuaciones y actuaciones... Y luego, cuando subes al escenario, tienes toda la responsabilidad frente a un público que paga para escucharte, y frente al director, la orquesta y todos los colegas; y en ese momento estás solo. De hecho, si tuviera que describir en una sola palabra la vida del cantante de ópera diría 'solitario'. ¡Toma nervios de acero! [Risas].

¿Cómo resumiría su carrera musical? ¿Destaca algún momento en particular?

Mi carrera está siendo muy rápida. Comenzó casi como un juego hace unos años y fue una serie de eventos que me llevaron más y más alto en la escena musical. Quizá el momento crucial fue cuando participé en la academia de alta especialización de cantantes de ópera en Torre del Lago, ganando el primer premio y debutando como solista principal en la ópera Il Tabarro, de Giacomo Puccini.

¿Considera que el género de la ópera está atravesando un buen momento?

No es un período particularmente brillante en lo que respecta a la lirica en general debido a las escasas inversiones, y también a una planificación cultural por parte de los gobiernos cada vez más latente. Podría hacerse mucho más, la verdad.

¿Un último mensaje para el público murciano?

Les estamos esperando a todos ustedes para disfrutar juntos de este hermoso espectáculo, que no les dejará moverse de sus asientos.