Impresionables, abstenerse. Casi mejor, ni acercarse. Porque lo que propone la joven galería Two Art de Murcia -la que ven en las imágenes es tan solo la segunda muestra que acoge su espacio- es la representación física de lo que para muchos sería casi una pesadilla. Payasos de gesto diabólico, conserjes lobotomizados, deformaciones varias... La viva imagen del peor de los sueños norteamericanos; la encarnación -porque es casi carne lo que vemos en estas obras- del más oscuro imaginario de un niño obsesionado con los filmes de terror o la serie B.

Ese niño -ya no tan niño- es Thomas Klueber (Cleveland, Ohio, 1960), considerado como el escultor de lo bizarro por excelencia; y este jueves -cuando está prevista la inauguración- será la primera vez que su obra pise suelo europeo. Bajo el esclarecedor título De brujas, monstruos y asesinos, el artista norteamericano desvela al espectador un sorprendente universo mágico en el que sus protagonistas toman las más siniestras formas y ´mutan´ de la mano de seres fantásticos, bestias y monstruos, demonios, vampiros, brujas y enanos. Y lo hace con un realismo que, o bien asusta, o impresiona. Realizadas a partir de un boceto en arcilla que posteriormente es modelado en silicona y policromado, Klueber no solo dota de verdadera vida a sus extraños personajes, «sino que, además, cada obra supone la narración de una historia. Para el artista no se trata de la representación de meras esculturas hiperrealistas: él va mucho más allá, consigue crear verdaderos personajes con vidas propias. Cuando miras sus brujas, duendes, demonios, monstruos, no sólo estás viendo una perfecta resolución técnica de la textura de la piel o la expresión de los ojos, sino que se trata de seres reales dotados de verdadero carácter y personalidad, que cuentan al espectador la historia de su fantástica realidad», explican desde Two Art. Y eso es lo que da verdadero miedo.

Trabajos como la pitonisa Madame Orba, preparada para adivinarte el futuro desde su bola de cristal; los sorprendentes siameses Cletus & Shorty, divertidos y ajenos a su propia realidad mientras tocan el banjo; Slappy, cuyo cerebro permanece conectado a un extraño artilugio que rige su voluntad; el dulce y tierno Schlitzie, uno de los protagonistas de la película Freaks (La parada de los monstruos en España); el astuto titiritero que engaña y roba a su público con ayuda de su pequeño compinche, o Kewpie acompañado de su dulce mascota, una bestia de proporciones deformes y colmillos de jabalí, nos hacen recordar -como apunta la galería- las palabras del filósofo español Eugenio Trías: «En toda obra de arte han de estar presentes lo bello, lo sublime y lo siniestro», tres cualidades que, sin duda, podemos encontrar en el trabajo de Thomas Kuebler, un artista que bebe de su infancia y que asegura que sus cuadernos del colegio -salpicados de dibujos de criaturas horribles y situaciones morbosas-, «de acuerdo a los estándares de hoy, enviarían a un niño al psicólogo».

Con De brujas, monstruos y asesinos, Two Art confirma sus intenciones: mostrar lo nunca visto, aquello a lo que no estamos acostumbrados; esta vez, más si cabe. Así que, ¿estáis preparados para emprender este viaje?