El arte se percibe a través de diferentes sentidos, y negarlo es caer en el error. La forma en que están estructuradas -por lo general- la muestras y los museos en prácticamente todo el mundo invita a primar la vista sobre el resto, pero desde la semana pasada ya puede visitarse en Murcia una exposición que va más allá de la lógica imperante. Se trata de Ver y tocar, muestra itinerante que celebra los 25 años del Museo Tiflológico de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE).

La muestra recoge maquetas del Taj Mahal o de la Alhambra de Granada, entre otras, así como obras de arte realizadas por personas ciegas o con discapacidad visual grave, como la Serie Cielo y Tierra Eterno Poema nº 28, del pintor ciego Ataúlfo Casado, o Luz del Clamor, fotografía de Carme Ollé. También se podrán ver pinturas de Rafael Arias o Eduardo Matute. Además, se incluyen esculturas como las obras Soñando, de Andrés Clariana, Hombre con perro y Los novios, del autor Miguel Detrell. Además, los visitantes también pueden contemplar material tiflológico como una pauta de escritura en caracteres visuales, un ábaco, una máquina calculadora o el Libro de Escritura en Relieve de Llorens, fechado en 1872.

Todas las piezas que se muestran cuentan con los títulos en braille y están provistas de códigos QR, con información accesible a personas con ceguera o discapacidad visual a través de teléfonos móviles, además de beepcons, unas balizas inteligentes de guiado especialmente diseñadas para facilitar a las personas con discapacidad visual la identificación y localización de los objetos cercanos, mediante una aplicación móvil.

El Museo Tiflológico de la ONCE se inauguró en Madrid en 1992 con el objetivo de ofrecer a las personas ciegas la posibilidad de acceder a un museo de forma normalizada, sin que la deficiencia visual grave constituyera una barrera insalvable a la hora de disfrutar de las piezas. Así, es un espacio concebido para que sus visitantes puedan ver y tocar las piezas expuestas.