Los tentáculos de la globalización han acabado por alcanzar con sus viscosas ventosas infinidad de dinámicas, costumbres, tradiciones y, muy especialmente, vertientes artísticas. Sin embargo, Internet no todo lo puede; la gran Red, que a todos nos conecta a veces, se encuentra con barreras que tiene difícil tumbar, más si hablamos de países que guardan con celo su legado, como ocurre en buena parte de la cultura asiática oriental. ¿Nunca ha visto un filme japonés con planos extraños? Yasujiro Ozu, uno de los cineastas nipones más influyentes se sacó de la manga un tiro de cámara poco sorprendente para su público habitual y que en su día descolocó al público occidental cuando su cine dio el salto a Europa. Hablamos del tatami shot -también conocido como 'vista de perro'-. Se pueden imaginar... Para un espectador español es, sin duda, una posición de cámara incómoda, y no se trata tanto de una cuestión cinematográfica como cultural -recordemos que los japoneses viven buena parte de su día a día prácticamente con el culo pegado al suelo-.

Pues bien, ese cosquilleo, esa sensación de (sana y constructiva) incomodidad es la que produce Asia Tercer Milenio, muestra que Two Art Gallery ha querido utilizar como carta de presentación; lo que es, sin duda, toda una declaración de intenciones por parte de un espacio que abrió sus puertas hace apenas tres días.

Quizá el ejemplo de Ozu no sea el mejor -artistas chinos, coreanos y taiwaneses conforman la muestra, no nipones-, pero ilustra bastante bien el impacto cultural que esta colección, de una treintena de obras, regala a la mirada occidentalizada de la gran mayoría del público murciano.

En concreto, la galería Two -en el número siete de la calle Acisclo Díaz de Murcia- brinda a sus visitantes un recorrido por las últimas tendencias desarrolladas en estos países con una escrupulosa selección de esculturas, fotografías y pinturas.

Así, Asia Tercer Milenio nos acerca a la visión más extrema del realismo internacional desde la visión de quince artistas completamente inéditos en España y apenas conocidos en Europa «por la tendencia de los mercados emergentes asiáticos a expandirse básicamente en los Estados Unidos, donde la mayor parte de los mismos han conseguido acceder a un buen número de las más destacadas galerías de Nueva York», señalan.

Hablamos de artistas como Luo Brothers o el fotógrafo Daniel Lee, que aportan una visión plástica completamente diferente donde la fuerte crítica social y política configuran un elemento común en esta selección. «Su manera de concebir las formas y un empleo del color radicalmente distinto al occidental han cambiado nuestra manera de entender el arte contemporáneo con una nueva carga de frescura y novedad convirtiéndose en potenciales puntos de inversión y atención a nivel de la crítica mundial», señalan desde la galería. La muestra, además, está recogida en un espectacular catálogo con cerca de ciento cincuenta páginas con un texto del crítico Iván de la Torre titulado El regreso de Mao que describe en un detallado recorrido la evolución de las artes plásticas en los más remotos lugares para el hombre occidental. Escrito especialmente para esta exposición, analiza cómo el mercado del arte occidental asume la llegada y triunfo de todos estos artistas finalizando con una frase más que clarificadora del artista Parviz Tanavoli: «Se ha corrido la cortina y por fin llamamos la atención».