¿Cómo fue elegir la obra de Don Juan Tenorio?

Era algo que teníamos pendiente durante más de tres años. Cuando Alhory se fundó una de sus intenciones era algún día poder representar el Tenorio, ya en el génesis de la compañía estaba esa obra. La principal línea estética que ha recorrido está compañía a lo largo de su joven historia ha sido el teatro barroco, así como el verso barroco con esa estética tan particular de los siglos XVI y XVII, y que no hay obra mejor en la historia de España y del teatro que encarne mejor esta línea estética que esta historia de José Zorrilla. Era una tarea pendiente que algún día tenía que llegar.

¿Cómo será esta versión de Zorrilla?

Lo que el espectador tiene que tener claro es que no es cualquier función de Don Juan Tenorio que se suele ofertar hoy en día, es decir, una selección de escenas dada la larga duración de la obra y la extensión del texto original de su autor. Lo que nosotros ofrecemos es una función de tres horas, con un descanso de quince minutos, siguiendo a rajatabla el texto de José Zorrilla.

Además de ser el director de la compañía, también tiene un papel en la obra.

Cuando por junio nos planteabas sacar adelante el Don Juan y qué línea seguir, decidimos que durante el mes de agosto se haría un reparto libre, es decir, tendríamos una serie de reuniones creativas en las que se llevarían a cabo lecturas del texto y una apuesta común de opiniones. Durante esas reuniones los compañeros de reparto, así como los técnicos, irían ajustando cada papel. Durante las dos primeras semanas de agosto fuimos configurando el equipo de trabajo, hasta que ya estábamos prácticamente despegándonos del texto para subir a las tablas. En un primer momento no sabía si iba a participar en el reparto y al final será con Don Juan.

Tiene el papel protagonista, junto a Doña Inés que también es una conocida suya.

Hasta el último momento tampoco sabíamos quién lo iba a representar, además tan completo. Al final será Cristina González quien encarne a Doña Inés.

El vestuario también será muy cuidado.

La verdad es que con esto llevamos varios quebraderos de cabeza, porque queríamos un vestuario muy especial con una línea estética muy específica y no encontrábamos nada que se adaptara a nuestras necesidades. Solo lo encontrábamos en las grandes casas, como es el caso de Cornejo, pero de alquiler. Nosotros queríamos algo que fuera propio de la compañía. Al final dimos en Lorca con una diseñadora que se ha atrevido con el proyecto. De momento son seis los trajes nuevos que vamos a sacar para este Tenorio, a parte del vestuario que ya tenía la compañía de otras representaciones del mismo estilo. Un vestuario que además conlleva una inversión muy importante para la compañía.

Aunque Alhory tiene pocos años, sí que es cierto que tiene una amplia trayectoria. ¿Qué es más complicado preparar un corto o una obra?

Es muy diferente. Para nosotros fue más difícil el cortometraje por el hecho de que somos una compañía de teatro que quiso aprender cine; fue tocar un terreno que no era el nuestro. Por otro lado, la obra también tiene sus complicaciones, lleva un montaje escénico muy cuidado donde están trabajando no solo el personal de la compañía, sino también artistas externos como es el caso de Antonio Labaña, escultor murciano, que está realizando la escultura de Doña Inés de los dos actos que corresponden al cementerio. Luego tenemos también a Francisco Fernández trabajando en los telones.