Tras unos años inactiva, la antigua Galería Verónicas ha visto restaurada su función original de la mano de VERBO Estudio, fundado por Dictinio del Castillo-Elejabeytia y Carlos Pérez Armenteros, cuya actividad principal está enfocada a la arquitectura y a los procesos urbanos, como bien muestra su último proyecto, ADN Murcia, destinado a renovar y activar socialmente algunos de los barrios de la ciudad. A través de una convocatoria abierta, diversos artistas como Pedro Noguera, Ester Travel, o Ana María Gil, entre otros, han ido mostrado su obra en exposiciones de pequeño formato que buscan una mayor comunicación con el público y, por ende, una mayor profundidad a la hora de captar los detalles de la obra. Así, gracias a su privilegiada posición en la calle peatonal situada detrás del Mercado de Verónicas, este espacio se ha convertido en un lugar de encuentro y reflexión independiente de la institución.

Hundiendo sus raíces en el óxido al que nos expone el pasado, Antonio Gómez Ribelles, artista plástico y escritor, continúa en Quiromante el regreso extraño, aunque necesario, al ambiguo territorio de los recuerdos y lo familiar, a ese punctum barthesiano que tanto nos atrae. Aún más, al igual que Palabra, lugar (2014, MUBAM) y La traición de la memoria (2012, Palacio Molina), su trayectoria indaga, cual incrédulo Santo Tomás, en la llaga de la memoria y su constante infidelidad con los hechos, aspectos que también han tratado, dentro de esta vía apropiacionista, Tatiana Abellán o Concha Martínez Barreto.

Con una pintura gestual que tapa, desvela y subraya, según la imagen, partes corporales de los protagonistas o detalles cotidianos, Ribelles realiza una cartografía de lo inefable, un intento de palpar lo invisible. Si bien algunas remiten a los retratos de El Fayum, mientras que otras lo hacen al campo expandido de las visiones oníricas, en todas ellas pervive un ambiente frío, distante, que desgarra la mirada.

Complementaria a la exposición, Quiromante también es el título del libro que, a modo de catálogo, Ribelles ha publicado en Calblanque Ediciones. Más hermético e incierto, desde la rigurosa sobriedad de su portada, muestra las imágenes sin ningún tipo de información técnica, como si se tratara, en ese sentido, de un álbum más que el lector puede contemplar y hacer suyo. Este efecto se produce, además, gracias a la preeminencia de una serie de fragmentos, escritos en una prosa poética universal a modo de relato, que van cortando, desgranando u ocultando los conceptos que rodean las diferentes series fotográficas. En ese proceso, esta labor de arqueología busca impactar en la acelerada y desmemoriada existencia a la que nos hemos visto abocados -obligándonos a reflexiones sobre nuestros propios elementos identitarios-. En definitiva, al igual que el polifacético Andy Warhol dijo sobre el eco asfixiante del pasado, ¿no es la vida una serie de imágenes que cambian mientras se repiten?