En tiempos de indie, todavía quedan valientes que se agarran a la música combativa. Valientes porque la cosa «está jodida» y porque cualquier «chico o chica que te toque bonito es más fácil de vender», pero Mez-K se niega a claudicar; y su entrega, su energía y sus ganas de tocar han recibido premio: los murcianos se proclamaron la semana pasada ganadores del concurso de bandas del festival Viña Rock, gracias al voto del jurado. Estarán actuando en el Escenario Negrita de Villarrobledo el próximo 28 de abril, a partir de las cinco de la tarde.

Para la gente que no os conoce: ¿Quiénes son Mez-K?

Empezamos siendo un grupo de amigos que se juntó para hacer música, pero poco a poco hemos ido creciendo. Empezamos siendo cuatro, luego entró el saxofonista y, a día de hoy, somos seis: Arturo, Ramón, Carlitos, Miguel, Kapa y yo.

Mez-K nace en 2009 como otros tantos grupos: cuatro colegas sin mayores pretensiones que pasarlo bien. Ahora, siete años y pico después, habiendo compartido escenario con grupos como Talco o la Pegatina y con reconocimientos como el del Viña, ¿cuál es la meta?

Sinceramente, no nos esperábamos para nada todas estas cosas que nos están pasando últimamente. Nos hemos sabido mover y hemos sabido aprovechar las oportunidades que se nos han presentado, pero lo que hacemos lo hacemos para nosotros y porque nos gusta, nada más. Al principio venían veinte personas a nuestros conciertos y ahora 200, pero las ganas son las mismas. Eso sí, ahora se nos tiene más en cuenta y nos lo tomamos más en serio que cuando empezamos, pero seguimos siendo un grupo de garaje.

Hace unos meses publicásteis vuestro primer disco, Esto no es serio. ¿Satisfechos con el resultado?

Siempre se puede lograr algo mejor -en cuanto a sonido-, pero el disco es totalmente autoproducido y con muy poco presupuesto. Lo que hemos hecho ha sido ir recogiendo cosas que teníamos grabadas para ofrecerle ya algo a la gente. Pepe Moreno (Estudios PM) nos facilitó mucho las cosas en este sentido. Al final el disco es algo simbólico, porque donde está ahora mismo la música es en Internet. Eso sí, estamos muy contentos porque allá donde vamos siempre vendemos alguna copia.

¿Ha sido difícil llegar hasta aquí? Porque hacer música es divertido, pero es un mundillo jodido.

El panorama está jodido. Las salas de conciertos no ayudan: te cobran 300 pavos por alquilar el local a las diez de la noche, que es cuando la gente está cenando, y a la una te cierran para poner su Dj. Se lo están cargando todo. Tiramos para adelante con ganas porque a la gente le gusta, pero no pagan lo que deben; no a nosotros, sino a cualquier grupo de la zona. Yo le pediría al Ayuntamiento que nos deje un sitio a los jóvenes para hacer conciertos. Es que al final estamos pagando por tocar...

Y luego que, para sacar esto hay que hacer muchos sacrificios...

Imagínate para los ensayos. Somos seis y para ponernos de acuerdo, tela. Hoy, por ejemplo, lo tenemos a las diez. Después de todo el día trabajando hay que estar ahí, echar dos horas, llegar a tu casa a la una y, al día siguiente, más de lo mismo.

Murcia es una ciudad indie, para qué engañarnos. ¿Qué tal está la escena alternativa?

No está mal del todo. Lo que pasa es que la gente se tiene que animar más a venir a los conciertos. Me duele ver grupos que llenan cobrando quince pavos la entrada y que luego se junten tres grupazos de por aquí, alquilen una sala, pongan la entrada a cinco euros y mi público no vaya. Pero de eso no tiene la culpa nadie, es la gente y sus gustos; aunque donde antes había 500 o 600 personas ahora hay 200 como mucho.

¿Los grupos de vuestro género, tenéis más dificultades?

La música reivindicativa siempre va a tener más problemas. Lo comercial es mucho más fácil de vender. Un chico o una chica que te toque bonito es más fácil de enseñar. Las verdades dichas de la forma en la que las decimos nosotros duelen, y no interesa que nosotros los músicos despertemos a la sociedad dormida. Pero, ¿sabes qué? No tenemos ganas de cambiar para gustar a nadie.

Lo del Viña supongo que tiene que ser un impulso importante...

Mucho. Ha sido un paso tremendo. Además, nosotros tenemos un espectáculo muy currado, mis músicos son muy buenos y lo dan todo en el escenario, y así es muy difícil que después de un concierto no nos salga otro. Sabemos lo importante que es tener un representante que medie, pero nosotros funcionamos así: de bolo en bolo. Ahora mismo, después de Villarrobledo tenemos solo dos fechas cerradas, así que espero que tocar allí nos de más oportunidades.

¿Qué tal la experiencia?¿Pensábais que podíais ganar?

No nos lo esperábamos para nada, pero nos quedamos terceros en los votos del público y la verdad es que trabajamos mucho pidiendo apoyos para ser seleccionados... Y al final, mira, nos eligió el jurado.

Más motivos para enorgullecerse, ¿no? Un grupo con más contactos que méritos puede rascar muchos votos, pero para el jurado, o eres el mejor o te quedas fuera.

Ahí no hay trampa ni cartón. Cuando me lo dijo mi colega Carlitos no me lo creía, pensaba que me estaba vacilando. Y aún sigo sin creérmelo. Hasta que no esté allí delante del micro...

¿Habíais estado ya en el Viña? Como público, me refiero.

Llevo yendo desde 2008; y, de hecho, el año pasado ya me harté y dije: «Si no es tocando, no vuelvo». Lo dije medio en broma medio en serio, y mira. Tocar en el Viña es algo que siempre habíamos soñado. Lo veíamos desde abajo y pensábamos lo guapo que sería estar en el escenario. Este año lo vamos a saber.

Una pasada.

¿Sabes los años que llevo viendo a Boikot o a El Último Ke Zierre? ¿O lo que es saber que voy tocar en el mismo escenario que Iratxo o Desakato? Y luego lo piensas y te das cuenta que así es como salen las bandas. Mira, yo vi a La Raíz hace cuatro o cinco años en un Marearock con apenas 500 personas y hace dos años metieron a 30.000 en el Viña.

Para animar a la gente, ¿qué se va a encontrar el público del Viña que acuda a ver a Mez-K?

Somos los que abrimos el viernes a las cinco de la tarde, y va a ser apoteósico. Los que vengan se lo van a pasar muy bien, se van a pegar la fiesta y van a bailar un montón. Nuestra intención es que desde la primera hora se disfrute el Viña Rock como se tiene que disfrutar.