Los Toreros Muertos aseguraron que el 12 de mayo de 2015, treinta años después de su formación, sacarían su esperado disco En vivo, y cumplieron su palabra. Tras la buena acogida de su gira de regreso y la presentación del último trabajo, siguen girando e incluso han atravesado el Atlántico con nueva puesta en escena. El genial Pablo Carbonell, músico, actor, cantante, humorista, reportero majete, director de cine y unas cuantas cosas más, acaba de publicar su libro de memorias, El mundo de la tarántula (Blackie Books), y nos pone al día de todo.

Me alegró el regreso de Los Toreros Muertos, pero el tema de las vueltas suele ser muy controvertido€ ¿Dudasteis? ¿In it for the money, que cantaba Zappa?

No lo dudamos porque no tuvimos tiempo. Nos planteamos que teníamos que hacer algo para celebrar nuestros treinta años, y le cogimos gustito. Ha ido todo rodado. Si estuviera en esto por dinero habría aprovechado mi incomparable atractivo sexual.

¿Cómo surgió este tour de reunión? ¿Quién tuvo la culpa?

No te lo pienso decir. Hay mucho resentido por ahí.

Ha salido un disco, En vivo, ¿Os gustaría publicar material nuevo?

No nos mata la idea; no tenemos compañía. Hemos grabado un tema: el himno a Teruel, y lo hemos colgado en la red. Ahora colgaremos Bicicleta estática. Si dentro de un tiempo juntamos quince canciones las juntaremos en un nuevo disco, pero sin prisa. Somos un banda de directo, y la gente lo sabe.

Aparte de que todos somos un poco más viejos, ¿qué diferencia notáis entre vuestras giras en los ochenta y este nuevo tour?

Ahora entendemos las canciones. Lo orgánico tiene un trasfondo psicológico que se nos escapaba cuando éramos mozos.

¿Te parece que actualmente el panorama se ha vuelto más gris en la música?

En general todos estamos bastante más grises, pero eso a Los Toreros Muertos les afecta positivamente.

Vuestros directos tienen fama de ser muy divertidos€ ¿Os lo pasáis tan bien como parece cuando actuáis?

Lo pasamos mejor. Pero tenemos que disimular para no generar envidias.

¿Se ha perdido mucho el sentido del humor en la música? ¿Cuáles han sido vuestras principales referencias? A mí me parece ver desde Zappa a Madness€

A los Talking Heads también les debemos mucho. Los Madness me interesan bastante menos. El ska me resulta cansino. Somos muy eclécticos, y nuestra mirada siempre se dirige a ironizar con los diferentes estilos.

¿Crees que se puede hablar de temas serios con sentido del humor?

El sentido del humor es lo más serio que conozco.

La muerte es una inspiración poderosa. Por cierto, vuestro nombre surgió por el fallecimiento de Paquirri, ¿verdad? ¿Qué opinión tienes de la tauromaquia?

Yo no la prohibiría. A ver si después van a prohibir la pesca con lo que me gusta a mí el pescado. La edad media de la gente que acude a la plaza es, estimo, de unos 60 años. La ley natural se encargará de que desaparezca sola o no.

Algunas canciones de Los Toreros Muertos serían imposibles de publicar hoy en día en plena era del meapilismo, por resultar políticamente incorrectas. ¿Os habéis visto envueltos recientemente en alguna polémica por vuestras letras (irreverentes)?

No. Nosotros decimos cosas que han llevado a la gente a la cárcel o directamente al paredón. Son cosas que digo desde la óptica de un personaje. Y tiene un efecto balsámico y liberador. Entiendo que la gente entiende que hay un juego de espejos. Se proyecta una imagen, después la gente la procesa como quiere.

¿Mi agüita amarilla tiene otras lecturas aparte de himno tabernario? Supongo que la presión de la discográfica por seguir sacando canciones como esta debió de ser insoportable.

Estuve pensando en grabar una canción sobre un tipo que se comía cuatro platos de garbanzos. Con eso te lo digo todo.

¿Disfrutáis mucho más ahora, sin presiones?

Las presiones más importantes son las que tu conciencia te impone. Hacer canciones comerciales no está en mis parámetros, porque no soy capaz de compaginar esa idea con lo más importante: que me divierta.

Después de Por Biafra parece que la cosa decayó un poco€ He leído por ahí que el problema fue que os creísteis una banda de rock.

Siempre habíamos sido un grupo que bromeábamos sobre los grupos o ironizábamos sobre las ideas típicas de las canciones. Cuando pretendimos hacer algo personal, sin burlas, no nos salía. Nuestro combustible es la sátira.

Una de las cosas llamativas de tu papel en Los Toreros Muertos es lo teatral, lo de meterse en el personaje cual método Stanislavski. ¿Ha sido vital tu trayectoria de actor, payaso, bufón en el grupo?

Yo no he empezado a cantar hasta hace tres años o así. Mi única posibilidad de estar en un escenario rodeado de músicos era usar las canciones como disfraces.

Los Toreros Muertos cantan en español fue la despedida. ¿Cómo acabó todo? Eran tiempos feroces.

Pasamos muy mala época. El sida, la crisis del petróleo, la falta de ideas€ Nosotros también fuimos víctimas de la tristeza. Las canciones que hubiéramos hecho en esa época habrían sido para echarse a llorar.

Con Caiga quien Caiga volviste a ser uno de los personajes más populares de España. ¿Cuál es tu mejor recuerdo del paso por el programa, majete?

Ja ja ja. Los amigos que hice. Mi cámara, Juanjo Bañó, con el que las pasé canutas, es ahora uno de mis mejores amigos.

Eres autor de un tema clásico como Ay qué gustito pa´ mis orejas, que grabó Raimundo Amador; sin embargo, no te has prodigado en el género.

¿En qué genero? ¿En el flamenco o en el sexo oral? El flamenco es un don que se me negó. Aunque yo esa canción la canto en plan reggae y no me queda mal. Del sexo oral no se debe hablar porque no se habla con la boca llena.

Eres uno de los fundadores del sello 18 Chulos. ¿Cómo está el panorama discográfico en la actualidad?

Ha cambiado. Nosotros ya no podemos producir. Antes solo lo hacíamos con los discos de Krahe, que era el más activo en la compañía. Ahora nos hemos transformado en distribuidora, y nuestra compañía es como un sello de calidad. Solo publicamos lo que nos gusta.

En alguna ocasión (Lo vi en El Hormiguero) has hecho campaña contra las drogas, al mismo tiempo que has narrado anécdotas sobre su consumo, que aparecen publicadas en tus memorias. ¿Catarsis, ajuste con el pasado...?

Creo que mi opinión sobre las drogas, que es negativa, pero permisiva y no prohibitiva, es más valida que la de la fundación contra la droga Reina Sofía. Yo sé de qué estoy hablando. Y doña Sofía no lo sé.