­«No hay ni pasado ni futuro», tiene claro Sole Giménez (París, 1963), que este domingo aterriza en Cieza -pueblo que está de fiestas- para presentar su trabajo Cómo hemos cambiado, que incluye clásicos de su carrera como En la oscuridad o Mi pequeño tesoro. La artista charló ayer por teléfono con LA OPINIÓN.

¿Qué va a encontrar quien se acerque al Balcón del Muro a disfrutar de su concierto?

Será un repaso al disco de Cómo hemos cambiado y a mis treinta años de carrera, con canciones que para mí han sido importantes. Sencillamente, quiero que la gente lo disfrute.

Sólo piano y voz. ¿No se siente desnuda sobre el escenario?

¡No es un pianista cualquiera! Es Iván ´Melón´ Lewis, un cubano afincado en España que tiene un extraordinario talento, poderío y buen hacer. El que lo conozca sabe que lo que estoy diciendo es verdad. Y el que no, podrá comprobarlo. La verdad es que no me siento más desnuda. Iván toca el piano de un modo que no parece que sólo toque una persona. Le da un cariz interesante a las canciones, que se quedan en su esencia.

El show se llama Cómo hemos cambiado. ¿Se arrepiente de haber dejado Presuntos?

En absoluto.

Como el título es referencia a una de las canciones más conocidas del grupo...

No, no, no. Yo también tengo derecho a revisar mi propia historia. Esas canciones, Cómo hemos cambiado o Alma de Blues, no sólo las he cantado, sino que las he compuesto. Son canciones que cuentan mi propia vida. Estoy muy agradecida con todo lo que pasó con Presuntos, pero no me gusta vivir en la nostalgia.

Hay quien dice que, desde la nostalgia, se compone mejor...

Bueno, sí. Cualquier emoción puede dar lugar a una buena canción. Pero, personalmente, no soy una persona nostálgica. No soy de las que piensan que cualquier tipo pasado fue mejor.

Buena filosofía...

El presente también tiene derecho a existir.

Ya sabe usted que es muy humano pensar en plan ´si hubiera hecho esto o aquello, si pudiera cambiarlo´...

¿Pero se puede?

No.

¡¿Pues entonces para qué?! No me parece que sea una actitud demasiado buena para vivir. Además, la gente que se queda anclada en el pasado tiende mucho a la depresión.

Por otra parte, ¿cómo ve la industria musical en España?

Revuelta. Un poco como todo. Y sin saber cuál va a ser el paso siguiente. Creo que la situación ha empeorado para mucha gente, sobre todo para la gente que está empezando, que lo tiene muchísimo más complicado. Lo tenemos complicado todos. Los supervivientes tampoco lo tenemos fácil. Los nuevos tiempos nos han pillado un poco a contrapelo. Es un momento convulso.

Y el tema de Internet...

Eso ha venido a arrasar la música. Los intangibles... Como pasa con la prensa. Tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Y ha venido para quedarse.

Hay ya incluso quien liga por Internet...

¡Eso está muy al día! Yo no tengo mucho conocimiento, pero sí tengo amigos que me cuentan que esa es la manera en la que ahora se conoce gente. Y, en cierto modo, no les quito razón. En el día a día, es muy complicado conocer gente. Tengo la sensación de que todo está como cuando se mueven las piezas del puzzle.