­¿Por qué escribir novela negra? ¿Qué le hizo decantarse por este género?

Yo llegué a la novela negra de la mano de Manuel Vázquez Montalbán y mi afición por la gastronomía y los viajes. Me explicaré: había escrito con anterioridad un buen puñado de libros de temática gastronómica y algunas novelas en las que los viajes fueron el eje central. Quise aunar lo que me gustaba como lector, lo que necesitaba como escritor: el crimen, el misterio, la intriga, los viajes, la gastronomía, el vino. Eso es casi todo lo que necesito para poder escribir. La novela negra es mi pasión como lector. Fue un reto unir todo aquello que me gustaba, envuelto en un ambiente de intriga y misterio.

Mencione un autor del género que podamos considerar de culto para usted.

Serían bastantes, pero si hay que citar alguno lo dejaremos en el antes mencionado Vázquez Montalbán o el escocés Ian Rankin.

¿A qué personaje, policía o detective le hubiese gustado crear?

Me siento inmensamente feliz y orgulloso de haber creado al inspector Monfort y a sus compañeros de la serie: el comisario Romerales, la agente Silvia Redó, los agentes Terreros y García o el forense Pablo Morata, entre otros. Por gustarme, me hubiera gustado crear a todos los personajes que leo con pasión, pero la lista sería demasiado larga y pretenciosa. Sus autores los crearon y suyos serán siempre los méritos y honores.

¿Prefiere la sangre o la psicología en sus novelas?

Pese a que suelo utilizar en mis novelas el recurso de contarle al lector la impronta que produce la sangre de una víctima de asesinato, la psicología está siempre detrás de esa sangre vertida de forma intencionada. La psicología del asesino, la de la víctima, la de los que investigan el caso. Inevitablemente, ambas cosas van siempre unidas.

¿Algún arma preferida a la hora de matar?

Es circunstancial en cada caso escrito. Todo depende de quién sea el asesino, cómo se desenvuelva, su estado social, y cuál sea su modo de proceder. Una vez se ha creado al asesino o asesina hay que elegir un arma (en el supuesto de que deba haberla), con la que de rienda suelta a su fantasía enferma.

Valore la novela negra española frente a la de otros países.

Los lectores de novela negra escrita por autores españoles estamos disfrutando de un momento dulce. No hay nada que debamos envidiar a la novela escrita en otras partes del mundo. Los lectores deciden qué leen y qué no leen. Y está claro que lo pasan bien leyendo nuestros libros.

¿Qué le ha impulsado a asistir a Cartagena Negra, conocía ya estas jornadas?

Desde que aparecieron los dos libros del inspector Monfort: Asesinato en la plaza de la farola, y Mañana, si Dios y el diablo quieren, en septiembre de 2015, he tenido el placer de poder participar en algunos de los más importantes festivales del género: Getafe Negro, Barcelona Negra, Valencia Negra o Castelló Negre, entre otros. Cartagena Negra representa un paso importante, sobre todo para el personaje del inspector Monfort. Nacido en Barcelona, sus casos se suceden en Castellón y en su provincia, también en Valencia. Cartagena representa ese paso mediterráneo que Monfort debe dar en próximas ocasiones. Quizás le lleve hasta esta estupenda ciudad en alguno de los siguientes casos a resolver.

¿Qué opina del boom de festivales negros que hay en España?

Opino que si hay festivales, o mejor aún, si hay personas que quieran organizar eventos dedicados a este género, es porque existe un público (lectores) interesado en dichos eventos. Creo que es magnífico que se celebren festivales de este tipo, en los que el lector experimentado se sentirá como en casa, y el que acabe de conocer el género descubrirá nuevos autores que desconocía, y buenos libros para leer.

¿Hay algún tema que no trataría nunca en sus novelas?

No tengo ninguna regla establecida sobre lo que debo o no debo escribir.

¿Cree que la realidad supera a la ficción como fuente de argumentos negros?

Absolutamente. Suele ocurrir, además, que cuando escribo algo que parece imposible que pueda suceder en la realidad, aparece en las noticias o en la prensa un nuevo caso que supera con creces lo que los escritores plasmamos en los libros.

¿Qué le diría a un lector que no conozca su obra para que se acerque a sus novelas?

Los casos del inspector Monfort acercarán al lector a un mundo cercano y conocido. Sus casos se desenvuelven por lugares reconocibles y reales, siendo posible visitar los lugares por los que transita el inspector, también los restaurantes, bares y hoteles donde satisface su predilección por la mejor gastronomía de los lugares visitados. La música ocupa un importante papel en las novelas de Monfort. Sus gustos musicales se hacen patentes en los casos que resuelve, y en más de una ocasión se convierte en un personaje más de las tramas de las novelas. El lector podrá deleitarse de la música que acompaña a los personajes. Crimen, intriga, gastronomía, música, viaje y territorio, son las claves de identidad del inspector y sus compañeros. Monfort es un policía de los antes que está convencido que echarán en falta cuando los de su especie desaparezcan de las calles. El lector que se acerque a los casos del inspector Monfort pasará un buen rato de lectura en el que irá desgranando, mientras lee, la resolución de los casos que el inspector persigue. Podría decir que el lector se convierte en uno de los personajes que desgranan una a una las pistas que van apareciendo.

¿Cuál es, si se puede confesar, el siguiente crimen que tiene en mente?

Las arterias aorta y carótida darán mucho juego en el nuevo caso del inspector Monfort.