En febrero de 1985, un avión del puente aéreo Madrid-Bilbao cayó al suelo en las laderas del monte Oiz, tras haber sido amenazado por ETA. En aquel vuelo iban personajes de la política autonómica vasca, empresarios y el ex ministro del régimen López Bravo. Así arranca Oiz 1985. La sombra de la sospecha, novela que nace, 31 años después, de mano de uno de los guardias civiles que participó en el despliegue tras el suceso, así como en la recogida de pruebas y posterior investigación.

Si escribe de lo que vivió, ¿es difícil desconectar?

Es que, de alguna manera, me dejó marcado. Vi el avión todavía ardiendo, los cuerpos desparramados, la visita de las autoridades... En este avión desapareció el ministro López Bravo. No se encontró su cadáver. Era entonces un alto cargo de un banco, pero había sido ministro dos veces con Franco y espía en Egipto.

¿Usted cree que fue un accidente o un atentado?

Yo sigo teniendo la teoría del atentado. En la ladera de ese monte se encontró una especie de lanzagranadas, modificado para lanzar misiles. Ese lanzagranadas está ahora en el Museo de la Guardia Civil. Además, uno de los motores del avión se lo llevó el Mosad (la agencia de inteligencia de Israel), yo estaba presente cuando se lo llevó. Buscaban restos de algún misil.

¿Es necesario saber historia para leer sus novelas?

No hace falta: en las novelas se va explicando todo. De una forma novelada. Esta lleva tres tramas: ETA, terrorismo islámico y la extrema derecha española de aquella época, mitad de los 80.

¿Ya existía el terrorismo islamista en aquellos tiempos?

El terrorismo islámico nace en 1948, junto con el Estado de Israel. En el año 72 ya hubo una masacre en las Olimpiadas de Munich: secuestraron a los atletas y los mataron uno a uno. Y en 1985 volaron un tres París-Marsella.

¿En España hay tramas ocultas que merezcan novela?

Sí, hay muchas. Por ejemplo, el 11-M. Da para muchas novelas. Y luego, los Servicios Secretos.

¿Se podría ´murcianizar´? ¿Qué investigan los Servicios Secretos por aquí?

Lo que más se persigue es el terrorismo islámico. Los ciudadanos de a pie pueden estar completamente tranquilos. Los que no tienen que estar tranquilos son los malos.

¿Se ha planteado mezclar del todo su oficio y la literatura? Escribir sobre los entresijos del Cuerpo al que pertenece...

No me considero capacitado para escribir una novela sobre el ámbito social de la Guardia Civil. Todavía no se me ocurre una trama desde un punto de vista más humana. A través de la novela negra sí que puedo meter otros temas: tramas humanas, investigaciones... Lo que yo escribo se podría calificar de novela histórica.

¿Se puede aprender historia con la literatura o hay que recurrir a la enciclopedia?

Se puede aprender muchísima historia a través de novelas que estén muy documentadas.

Por otro lado, ¿cómo ve el panorama literario murciano?

Lo veo muy flojo. Hay muchos escritores, pero pocas editoriales. Y de subvenciones no hay nada. El escritor no necesita ningún tipo de subvención, pero la editorial sí, porque no se publica a un autor novel, que no tenga nombre, que no tiene interés comercial.