Clara Janés días atrás decía que con su discurso de ingreso en la Real Academia de Lengua quería dejar «algo de belleza» y así ha sido. Ayer la lectura del discurso de la nueva académica, en el que reflexionó sobre «el enigma» de la escritura y su origen místico, llenó de luz y poesía esta institución.

En un acto presidido por el ministro en funciones de Educación, Cultura y Deporte, Iñigo Méndez de Vigo, y ante más de quinientos invitados, entre ellos muchos poetas, como Antonio Gamoneda, Victoria Atencia u Olvido García Valdés, Clara Janés (Barcelona, 1940) leyó un discurso titulado Una estrella de puntas infinitas. En torno a Salomón y el Cantar de los Cantares. La poeta, que se ha convertido así en la séptima mujer que está dentro de la Academia de la Lengua y la décima en los 300 años de la historia de RAE, ocupará el sillón U, hasta ahora vacante por el fallecimiento del profesor Eduardo García de Enterría.

Y también a Enterría se refirió y elogiado Clara Janés, a quien unió al título de su discurso, gracias a los tres libros que ésta recibió de la familia del profesor y que ha sumado a su estrella de puntas infinitas: Hamlet en Nueva York, De montañas y hombres y Fervor de Borges. La autora de La voz de Ofelia ha subrayado de Enterría «su propósito de ir en pos de la verdad y el bien».

Janés, cuya obra mira a Oriente y Occidente, relató el origen de la simiente en su creación, que viene desde hace años movida por una única energía impulsora, que no es otra que El cantar de los Cantares. «Gira en mi mente un triángulo de tres nombres: Fray Luis de León, Arias Montano y san Juan de la Cruz, triángulo, que manifestado su dinamismo, ha dado en cuadro al incorporar a Santa Teresa de Jesús y esa energía a la que me refiero es el Cantar de los Cantares», explicó.

«Salomón, siempre según la leyenda -ha continuado Janés-, no solo entendía el lenguaje de los pájaros, sino que escribió dicha obra, la cual como su sello ha generado deslumbrantes destellos y despertado tales ecos que han acabado por convertirse en semillas fecundas». Y la influencia de ese 'rey sabio' en Oriente, en la alquimia, en santo Tomás de Aquino, Fray Luis de León, en Arias Montano, en San Juan de la Cruz, para quien el Cantar de los Cantares es el germen de El Cántico espiritual, o en santa Teresa de Jesús, es el arco de de la estrella de infinitas puntas que ha seguido la autora de Los secretos del bosque en su discurso. «Mi vinculación con la escritura empezó debido al Cántico espiritual, a la lectura y explicación -diría majestuosa- que de él hizo José Manuel Blecua -a quien tanto debo- cuando llegó a la Universidad de Barcelona», reconció la escritora que ha dedicado su discurso a la memoria de Blecua Teijeiro y Martín de Riquer. «San Juan, allí, en la celda-prisión, experimentó de pronto toda su materia convertida en energía, y, como Salomón surcó los cielos, seguido por genios capaces de buscar el tesoro en el fondo de las aguas, entró en los secretos del lenguaje de los pájaros, y se hizo vehículo incomparable de una experiencia que va más allá del tiempo y del espacio».

Con estas palabras concluyó su discurso Clara Janés, a quien Jorge Guillén le dijo que «cantaba como los pájaros al amanecer».