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­«La sociedad en la que vivo es injusta hasta la crueldad. Me gustaría que cambiase, pero no estoy dispuesto a perder en el intento aquello que he logrado acumular». Es una de las frases de Autorretrato de un joven capitalista español, un monólogo escrito y protagonizado por Alberto San Juan, cofundador de Animalario, en el que muestra la visión siempre crítica y con humor de nuestra actualidad y nuestra historia.

Autorretrato de un joven capitalista español le sube en solitario a las tablas con el formato de monólogo. El tema está claro, pero ¿por qué eligió este formato?

Porque suponía una libertad total. Para acertar o equivocarme, o ambas cosas, pero libremente.

«Sé que vivo en una sociedad injusta hasta la crueldad. Y quiero que cambie. Pero no sé si estoy dispuesto a arriesgarme a perder en el intento todo lo que tengo». ¿Es ese el problema, que todos hablamos mucho y hacemos poco?

Creo que hacemos poco. Y no por desidia o falta de interés, sino porque es muy difícil hacer. Venimos de cuarenta años de dictadura y cuarenta años de monarquía democrático empresarial que nos han educado en la sumisión.

Ha dirigido con gran éxito Ruz-Bárcenas, montaje de Jordi Casanovas, estrenado en la cooperativa Teatro del Barrio, que luego se ha llevado al cine. ¿No tiene la sensación de que no hemos pillado al más malo de la película, de que deberíamos llegar más allá?

Absolutamente. José María Aznar debería sentarse en el banquillo. Y no solo para investigar casos de corrupción. Sobre todo, para investigar posible colaboración en crímenes de guerra.

¿El teatro ahora más que nunca debe reflejar la realidad y enfrentarse a ella?

El teatro siempre refleja la realidad, es su naturaleza. Mejor o peor. Cuando no lo hace, no es teatro. Es algo que no se como se llama.

Sabemos que la crisis ha afectado al teatro, al arte, a la cultura... pero ¿cómo ha modificado el panorama teatral desde su faceta como productor, autor y actor?

Pues desde luego, el teatro, mucho teatro, se ha implicado directamente en el proceso de transformación social en marcha.

¿Y el cine?

El cine tiene un problema: es muy caro hacerlo, distribuirlo, exhibirlo. Cuanto más caro, menos libre. Y por supuesto, menos trabajo y peor pagado, como en todos los ámbitos laborales. Pero a la vez, como cada año, se estrena un puñado de películas españolas maravillosas.

Preguntar por la crisis y el IVA cultural del 21 por ciento resulta muy redundante así que dígame algo positivo que haya traído al teatro esta circunstancia tan adversa.

La precariedad es horrible pero uno puede aprovechar para liberarse de antiguas servidumbres.

Usted se unió a Podemos en la Comunidad de Madrid y consiguió muy buen resultado, convirtiéndose en el candidato más votado. ¿Confía en esa opción o se cuestiona algo de su planteamiento?

Podemos no importa en sí mismo, sólo en la medida que sirva como vehículo para que el conjunto de los ciudadanos decidan cómo quieren vivir y participen después en la gestión de esas decisiones. Podemos es sólo un tramo del camino. Muy valioso.

¿Cree que en breve actuar en el Teatre Lliure de Barcelona contará en su currículum como gira por el extranjero?

No lo sé. Me parece incuestionable el derecho a decidir y la necesidad de recuperar soberanía local.