«Esta obra constituye uno de los momentos de mayor belleza en la liturgia católica: durante el concierto recrearemos el rito de apagado de las velas en la Catedral con un tenebrario».

Lo adelantaba Silvia Márquez, responsable de la dirección musical de la obra Lecciones de tinieblas, que se puso en escena anoche en nada menos que la Catedral de Murcia.

La pieza se inspira en el rezo de la liturgia de las horas según el antiguo breviario romano de Jueves, Viernes y Sábado Santo.

La Tempestad pretende, con este concierto, instaurar una nueva tradición en la Semana Santa de Murcia.

Desde la organización indicaban que se llevó a cabo en Martes Santo «para no interferir en los oficios solemnes previstos».

La obra fue compuesta por el clavecinista francés François Couperin en el siglo XVIII.