El disco de Mucho es un hervidero de sensaciones, de latigazos de pop cósmico. Rock'n'roll sin guitarras para pedir que «la entrada al infierno sea para todos». Ahora toca una gira para mostrar este trabajo. Al cartel de Microsonidos se suman también Inkeys y Lucky Dukes. Martí, cantante de Mucho, responde nuestras preguntas.

Pidiendo en las puertas del infierno es un disco diferente a lo habitual. ¿Os habéis planteado algún triple salto mortal?

Nos aburre lo habitual, no queremos repetirnos. Eso no es un triple salto mortal, simplemente es intentar hacer un homenaje sincero y honesto a la música, un arte tan excelso merece ser afrontado con riesgo y excitación.

¿Vivimos en la época de la estandarización? ¿Lo habéis grabado así para desmarcaros?

Hemos querido romper con la música de consumo rápido. Buscamos algo único, personal e intransferible, y sobre todo buscamos emocionarnos con cada canción nueva que hacemos.

¿Son estos los mismos Mucho de El apocalipsis según Mucho? ¿Era esta la evolución natural?

Somos las mismas personas, pero hemos cambiado, somos más abiertos, tenemos menos prejuicios y cada vez vemos la música como algo mucho más amplio e infinito. Cada vez nos gusta más música y cada vez tenemos más ganas de escuchar cosas nuevas.

¿Y por qué Pidiendo en las puertas del infierno? ¿Qué pedís?

Que dejen entrar a todo el mundo y no solo a gente con traje que lleva una tarjeta black en la mano.

¿Fueron primero las letras? ¿Cómo se escribieron estas canciones?

Todas las canciones se compusieron con la letra ya escrita, una versión más larga de la letra que luego ha sido sintetizada, ya que no queríamos que las canciones duraran quince minutos.

Parece que habéis querido basar el sonido de esté álbum en los sintetizadores (los únicos instrumentos acústicos fueran la batería y la voz). ¿Qué buscabais?

Siempre había querido componer y producir un disco basado en los sintes, y este ha sido el resultado. Buscábamos hacer un disco sin guitarras y sin bajos acústicos.

¿Y esa presión de sólo tener ocho días para grabarlo? ¿Era autoimpuesta?

Lo de los ocho días básicamente es por cuestiones de presupuesto y de logística; no teníamos dinero para más días de estudio. Hacer discos en este país es un negocio ruinoso; si lo hacemos es por romanticismo absoluto. Si viviéramos de esto dedicaríamos mucho más tiempo a la grabación, pero está claro que en España ser músico es una ruina.

¿La etiqueta de 'pop cósmico' define bien vuestra música?

A la perfección. Mientras pongas la palabra 'cósmico' cualquier género nos vale.

¿Echáis en falta una actitud más contestataria en la música?

Sí. Parece que los grupos tienen miedo a decir lo que piensan. Opino que las letras hay que hacerlas desde la honestidad y que hay que mojarse, cualquiera puede hacer una canción sobre el amor perdido y sobre follar en festivales, pero mojarse y hablar de la mierda de país que tenemos sólo lo hacemos unos pocos. Creo que es el momento de decir las cosas altas y claras y de dejar de esconderse.

¿Hay muchas cortapisas a la creatividad en la música?

Las cortapisas se las pone uno mismo. En nuestro caso no tenemos ninguna. En general tengo la sensación de que hay poca libertad creativa en la música patria, excepto algunos grupos increíbles obviamente, pero hay una facción que parece que sólo hacen lo que les dicta su sello o su oficina de contratación. Dicen que son indies, pero en realidad son un engranaje más de la mercadotecnia y de la música de consumo rápido y efímero.

¿Sois gente de vuestro tiempo? Cómo afecta la desafección social y política a la música?

Somos gente de nuestro tiempo, y por eso tenemos la necesidad imperiosa de hablar sobre lo que está pasando en nuestro país.

Dicen que lo peor que puede suceder es caer en el aburrimiento. ¿Os ha pasado alguna vez?

Antes de caer en el aburrimiento nos metemos en fregados como hacer un disco así. Lo que más miedo nos da es caer en el aburrimiento musical, por eso siempre intentaremos meternos en nuevos fregados frikis.

Grupo revelación era una sátira hacia aquellos grupos que más bien parecen empresas. ¿Os hicisteis muchos enemigos?

Algún enemigo nos hicimos, y también muchos amigos, pero ya sabes, como dice el refrán: 'el que se pica?' De hecho, Izal nos dedicaron su canción Tambores de guerra a raíz de Grupo revelación. No sé por qué se sintieron identificados con la letra.

Tampoco os identificáis demasiado con el fenómeno Indie. ¿Cuál es vuestra postura?

No hay ninguna postura, el indie ha sido violado y maniatado por las multinacionales y por los grupos. Dicen que son indies pero trabajan con multis y funcionan como si fueran grupos de los Cuarenta Principales. Lo que pasa es que ahora ya no suenan en los Cuarenta, sino que suenan en los festivales. Creo que es fácil identificar quién hace música de verdad y quién hace BigMac's de plástico.

¿No os sentís parte de todo eso?

Nos sentimos parte de una gran escena de gente que hace canciones eternas y que cree en la música fervientemente, como nosotros. Hay muchos grupos y artistas con nuestra misma visión y que disfrutan de la música igual que nosotros, no es una cuestión de ser indie o no es una cuestión de intentar hacer calidad y de intentar hacer canciones que hagan la música más grande. Creo que la gente es lo suficientemente inteligente como para notar la diferencia.