La violinista cartagenera Lina Tur, acompañada por su formación, MUSIca AlcheMIca, protagonizan hoy un nuevo concierto del ciclo Músicas históricas en la iglesia San Juan de Dios de Murcia, donde interpretará siete de las quince Sonatas del Rosario, escritas por el compositor y violinista checo Heinrich Ignaz Franz von Biber en la segunda mitad del siglo XVII y basadas en los Misterios del Rosario.

Tur Bonet llegará desde Madrid, donde ha interpretado las quince sonatas completas, eso sí, en dos conciertos. «Ha sido un éxito, hemos llenado una iglesia enorme, porque es una obra de una gran belleza y no hay mucha ocasión de escucharla en nuestro país», explica la violinista. La particularidad de este concierto va más allá de la belleza de la composición, ya que «cada sonata se interpreta con el violín afinado de manera distinta». Una técnica «muy compleja, porque es el 'más difícil todavía'», y que apenas hay oportunidad de escuchar en directo -«no lo puedo afirmar con seguridad, pero creo que soy la única violinista que lo hace en España», dice Tur Bonet-. «Emocionalmente es muy intenso, es una obra muy bella y desgraciadamente al compositor no se le conoce como se debiera», lamenta la violinista, agradecida sin embargo de poder difundir su obra. «Sé que tras el concierto muchos espectadores se compran el disco, por lo que la gente también descubre su belleza; como intérprete es nuestra misión para hacer más cultura, para crear más patrimonio».

MUSIca AlcheMIca publicó en 2015 Mystery Sonatas, con las quince sonatas de von Biber, que ha sido incluido entre los mejores de música clásica del pasado año en revistas de referencia y que vuelve a consagrar a la violinista cartagenera como una de las mejores del momento. «Me gusta interpretar obras tanto de autores no tan conocidos como de compositores consagrados, depende de lo que me hagan sentir; he descubierto muchas partituras y no me ha merecido la pena interpretarlas, porque no tenía nada que decir con ellas», confiesa Tur Bonet. «Cada músico debe sentir lo que va a interpretar e ir encontrando su propio repertorio», explica.

En el concierto de esta tarde, Lina Tur estará acompañada al clave y el órgano de Anne Marie Dragosits y Eugène Michelangeli, respectivamente. «La música de cámara es, para mí, la mejor; suelo explicar que es como una conversación en la intimidad solo con cuatro o cinco personas, lo que permite profundizar en el lenguaje que utilizas», explica la intérprete cartagenera de padres ibicencos. «Me preocupo mucho de que me acompañen las personas adecuadas, porque se tiene que notar la química, si esta existe, se nota en toda la sala; firmemente lo creo -sentencia-, que es entonces cuando también hay química con el público y el público la tiene contigo».

Para Lina Tur, el talento se puede conseguir a base de aprendizaje, de tener suerte con los maestros, de dedicarle tiempo, «pero el duende es lo que sientes dentro y tienes que contar, el carisma...», explica.

Confiesa que es más tímida de lo que parece, pero esta tarde volverá a ponerse frente al público para interpretar y describir algunos de los pasajes bíblicos más famosos. En la primera parte del concierto interpretarán los misterios de La Anunciación, La Visitación, La presentación en el templo (Misterios Gozosos) y La agonía de Jesús en el huerto de Getsemaní (Misterios Dolorosos). Tras una pausa, continuará con la interpretación de Jesús con la Cruz a cuestas y La crucifixión y muerte de Jesús (Misterios Dolorosos) y con La Asunción de la Virgen (Misterios Gloriosos). El concierto finalizará con la interpretación de la Passacaglia en sol menor para violín solo, dedicada al Ángel de la Guarda. Y será, para la violinista, «como darle vida a la música y enseñar pequeños tesoros; es maravilloso».