Las manos de Ramón Gaya, las manos con las que pintaba y con las que se convirtió en «un excelente escritor»; esas manos «potentes» del creador han servido de inspiración a la artista Chelete Monereo, que ha inaugurado una pequeña exposición en el Museo Ramón Gaya de Murcia, dentro del ciclo Diálogos.

A diferencia de otros autores que han participado en esta iniciativa de la pinacoteca murciana, la autora madrileña no ha querido realizar un paralelismo con un cuadro de Gaya, sino recordar su figura y aprovechar así para rendir homenaje no solo al artista, sino «al tejido cultural de una ciudad». Por esta razón, en esta instalación, titulada Manos, han participado otros muchos artistas de la Región de Murcia.

Monereo ha realizado una escultura plana con veintiuna cajas que esconden las huellas de las manos de poetas, escritores, músicos y pintores. «Se me han quedado fuera muchos -lamenta la autora-; me hubiera gustado contar con más, pero era difícil por el espacio que estuvieran todos».

Y es que asegura Chelete Monereo que lo más bonito de este proceso de creación ha sido el contacto con los artistas, las conversaciones con ellos mientras dejaban su huella. «Con el tiempo, cuando ya no estemos, quedará este retrato de sus manos, en el que se percibe hasta la huella dactilar», afirma Monereo, que confiesa que no todo el proceso de creación ha sido sencillo, «pero, de repente, en mitad de una 'lucha' contra los materiales, es cuando aparecen en la obra verdaderos regalos».

Entre los artistas que han colaborado con la autora figuran los escritores Miguel Ángel Hernández y Marisa López Soria; los poetas Soren Peñalver y Jose María Álvarez; Paco Maciá (Ferroviaria) y Cesar Oliva del mundo del teatro, y los actores Margarita Lozano y Ginés García Millán, junto con el músico Abdón Alcaraz y el cantaor Curro Piñana. También se encuentran las 'manos' de los artistas plásticos, Pedro Cano, Ángel Haro, Eduardo Cortills, Antonio Ballester, Jose Luis Cacho, Severo Almansa, Dora Catarineu, Marcos Salvador Romera y Katarzyna Rogowicz, junto a las de los arquitectos Fernando de Retes y Juan Antonio Molina.

Así, a través de este diálogo con Gaya, Chelete Monereo rinde homenaje «al artista vivo», al artista que «vive eternamente en el filo de la sociedad más débil», pero a ese artista que sabe que «a la larga, una sociedad se tiene que apoyar en el arte». Y es un homenaje a artistas veteranos y jóvenes. «De todos he aprendido, de los jóvenes se aprende muchísimo», asegura.

No falta en la exposición, que se podrá visitar hasta el 31 de marzo, un retrato de Ramón Gaya, un autor del que la artista madrileña destaca, fundamentalmente, «su preciosa manera de escribir». «Tenga razón o no en lo que diga -explica Monereo-, mostró una gran valentía a la hora de definir una época; era un excelente escritor con un gran estilo».

Chelete Monereo, afincada en Murcia desde hace tres décadas tras su matrimonio con el arquitecto Vicente Martínez Gadea, estudió Bella Artes en la Escuela Superior de San Fernando de Madrid y ha estado dedicada a la pintura y a las escenografías teatrales. Ha expuesto su obra en numerosas salas, la última, Poema Numérico en el Ateneo de Madrid, así como en otras ciudades europeas como Bratislava, Ámsterdam o Milán. El año pasado publicó su primera novela, La herencia de Clara, con la editorial Raspabook.