Parecía un paso lógico rodearse de mujeres en un disco y presentarse en el siguiente como El último hombre en la Tierra, aunque Coque Malla asegure en una entrevista que sigue sin entender al género femenino, ni siquiera después de ser padre de una niña.

«Eso me ha despistado más todavía, las entiendo menos», confiesa el músico madrileño, que narra con humor cómo su hija recibió con lloros la nana Duerme que le había compuesto y que cierra el sexto disco de estudio de su carrera en solitario, «mucho más luminoso que los anteriores» en el enfoque de sus relaciones con ellas. Cuenta sobre el título que, «como siempre» en sus historias, «hay una mujer implícita», una que, en este caso, «te hace sentir tan especial que pareces el último hombre en la tierra, no solo para la otra persona, sino para todo el mundo». El álbum se publicó el viernes con la vitola, según Warner Music, de ser «el mejor disco de su carrera hasta el momento».

«Nos hemos lanzado a hacer el mejor disco posible sin complejos», afirma sobre un trabajo que cuenta con los arreglos de su hermano, Miguel Malla, y que partió de la siguiente premisa: «¿Por qué no hacer un álbum tan bueno como los de nuestros ídolos?». No es de extrañar así que en su apertura con La señal, los paisajes sonoros que se presentan al oyente provengan de EE.UU., con algo de 'swing' que recuerda incluso al mismísimo Frank Sinatra, una de sus escuchas habituales. El último hombre en la Tierra se ha grabado en un espacio mayor «a la medida del talento» de su productor, José Nortes, con el que el resultado posee un sonido sofisticado, aunque a él le cueste reconocer que la criatura le ha salido 'guapa'. «Lo que tengo claro es que he buscado la emoción», contrapone el madrileño, que alcanza la máxima plenitud a mitad de álbum con la grandiosidad de Me dejó marchar. «Mi hermano Miguel ahí tocó el cielo. Para mí es el momentazo del disco, con unas cuerdas que te rompen el corazón. En el estudio todos conteníamos el aliento y se nos ponía la carne de gallina», destaca. Las buenas críticas no dejan de acompañarle, sobre todo desde la publicación del álbum Termonuclear (2011), y cuesta reconocer en esa profundidad al mismo artista que forjara el rock fresco y divertido de 'Los Ronaldos'.

«Lo que hago ahora no es tan diferente de Los Ronaldos. Hicimos discos muy variados, aunque es normal que lo primero que venga a la memoria sean cortes como Adiós, papá.

De hecho, en este disco hay canciones que podría haber hecho con ellos, como Escúchame», subraya. Para él, su crecimiento artístico viene dado por atreverse a ser cada vez más libre en lo creativo. Por eso no entiende casos como el del programa de La Sexta A mí manera, protagonizado por siete de sus colegas.

«Hay cariño y respeto entre ellos, que están estupendos. Pero lo que no me gusta es el formato y por eso no participaría. Veo poca música en un programa con músicos y me parece que desde esa premisa se podría hacer algo acojonante. ¿Y por qué tienen que estar en una mansión de lujo y no en un estudio de grabación sucio lleno de guitarras?», se pregunta. El 4 de marzo arrancan en el Teatro Auditorio Ciudad de Alcobendas las presentaciones en vivo de El último hombre en la Tierra, que llegará al Teatro Circo de Murcia el próximo 30 de abril.