Escuchar a Río Viré enamora al más duro de los corazones. Un tipo genial, honesto, sencillo. De esos artistas que están siempre del lado de la gente.

Buenas noches, Luna, buenas noches, Rubén, Río Viré, ¿jugando con acrónimos? En Francia hay un río que se llama así. ¿Cuál es el sentido de tu nombre artístico? Empezaste como Habibi, que suena árabe...

Sí, jugando con acrónimos. Río Viré es lo mismo que Rubén Villahermosa. Lo del Río no lo sabía hasta que me busqué a mí mismo en Internet, y el nombre fue idea tanto de Toni Peña como mía. A mí me gustaba Río y él sugirió Viré.

¿Por qué eliges ser músico en vez de otra profesión más 'normal'?

Yo no he elegido ser músico. La música es algo que va en mi alma. Profesionalizarla es otra cosa.

La música que creas tiene influencias muy variadas, desde la música de autor hasta el reggae. ¿Cuáles son o han sido tus influencias más directas a la hora de hacer música?

Yo hago la música que a mí me gustaría escuchar. Si que es verdad que suelo escuchar mucho reggae o música de autor, pero no tengo un estilo definido. Mis influencias son, en el terreno de la canción de autor, Jorge Drexler o Silvio Rodríguez, o incluso Aute, pero me gusta mucho escuchar al Kanka u otras cosas que no tengan nada que ver, como Muse o Silvia Pérez Cruz. Mis raíces musicales son sin duda The Beatles, el primer grupo que escuché, contagiado por la pasión que siente mi padre por ellos.

¿Qué te inspira a la hora de hacer tus canciones?

Cualquier cosa que me ocurra; un recuerdo, una historia, un pensamiento, una mujer, un lugar. Cualquier cosa que merezca la pena ser contada y cantada.

Se nota el cariño y el trabajo que hay tras el EP Buenas noches, Luna. ¿Qué expectativas has puesto en este disco? ¿Dónde quieres llegar con él?

Es un EP muy orgánico; todo lo que suena ha sido tocado en directo y sentido. Además conocí a una persona que musicalmente y a nivel personal me aportó mucho, que fue Diego López; me encantó su manera de trabajar: totalmente con los pies en el suelo, pero dejaba que la música flotara, aprendí muchísimo. Hay mucha emoción en esas cinco canciones. Mis expectativas son simplemente que la gente escuche una parte de lo que yo hago, llegar a cuanta más gente posible. Y llegar donde me permitan las circunstancias, sin rumbo fijo, cuanto más lejos, mejor.

¿Cómo está siendo la respuesta de la gente, tanto en lo que respecta al disco como a las sensaciones en los conciertos?

Siempre digo que soy un músico de directo. Donde mejor me manejo es en el escenario. A pesar de las emociones volcadas en un disco, un músico debe justificarse en directo. Mis directos son siempre diferentes; intento tocar algo nuevo, y las circunstancias de cada sala o bar son diferentes; intento aprovecharme de ellas. Lo bueno es que a la gente parece gustarle.

Procedes de un grupo de pop llamado Pandanono. ¿Qué fue de esa vida anterior? ¿Cómo terminó derivando a Rio Viré?

Bueno, eso de pop?. Nunca supieron cómo catalogarnos. De esa etapa conservo de los mejores recuerdos musicales; fue algo absolutamente mágico, muy intenso, como un amor que nunca se olvida. Sin embargo la cosa se torció, y como no sé expresarme de otro modo mejor que con la música, era inevitable que naciera Río Viré.

¿Has formado banda? ¿Quienes son, de dónde los has sacado? ¿Cuál es el formato?

Me los presentó Toni y son los mejores músicos con los que he tocado y unas personas excepcionales. De momento estamos en formato cuarteto de guitarra, piano, bajo o contrabajo y percusión, aunque las canciones van creciendo y no cerramos puertas a nuevos sonidos.

¿Qué es lo que más te interesa que suene en tus canciones? ¿Al final todo se rige por la emoción?

Es mi hábitat natural. Lo que me más me gusta es transmitir, emocionar, hacer sentir. Sí, al final todas las acciones parten de una emoción. Es una cualidad innata al ser humano.

El influjo de la luna se hace visible hasta en los tatuajes que luces. Y también llevas tatuado un piano. ¿Con todas las teclas? ¿Hay cierta simetría? ¿Te gustan los símbolos?

Soy un adicto a los tatuajes. Mi madre no tanto, pero a mí me parece una forma de expresarse artísticamente maravillosa. Es una cosa tan íntima que te acompañará toda tu vida. Y sí, desde pequeño tengo obsesión con la luna. Soy una persona nocturna. La luna me hace una gran compañía, por eso decidí integrarla a mi piel. También era cuestión de tiempo que me tatuara algo musical, y esos pianos me representan completamente. Los tatuajes de mis antebrazos están perfectamente pensados para que sean totalmente simétricos; me produce mucha paz ver que ambos lados son iguales, y adoro la simbología, lo sutil, lo minimalista, por eso mis tatuajes no tienen un alto contenido estético, son símbolos que me representan.

En tu perfil de facebook citas a Yann Tiersen o Benjamin Clementine. ¿Quiénes son realmente de los tuyos? ¿Y a nivel regional?

En cierto modo crecí con la banda sonora de Amelie, que me parece una de las músicas más delicadas, elegantes y sutiles que he escuchado. Además, siento muchísima admiración por Yann Tiersen. Me parece que se corresponde perfectamente con lo que entiendo por artista; mi música bebe de él, sobre todo, en las partes instrumentales. A Benjamin Clementine lo conocí hace poco, y al verlo en directo me sorprendió muchísimo. A nivel regional sigo mucho el trabajo de mi compañero de oficina Muerdo, o Jamones con Tacones; también Carlos Zambrana, antiguo amigo mío de andaduras de la música desde el principio.

¿Con qué te defiendes mejor, con el piano o la guitarra?

Son dos instrumentos que me aportan cosas totalmente diferentes. Empecé a tocar el piano hace años, y aún sigo aprendiendo, pero lo busco cuando necesito un sonido más melódico, más sobrio, más 'serio'. La guitarra, además de ser mucho más manejable, me aporta frescura, más alegría, y aunque no sé tocarla muy bien, las canciones que compongo con ella son totalmente distintas, y se puede apreciar cuál está compuesta con qué instrumento. Pero, contestando a tu pregunta, el piano, sin duda.

¿Uno de tus sueños es tener un grupo de reggae? (las rastas te delatan)

Sí, es algo que pienso mucho. La música en esa cultura en ese estilo de vida se trata como algo sagrado, como realmente corresponde. El sonido, el ritmo, todo en esa música me atrapa. Gran parte de culpa la tiene un grupo llamado Soja y otro llamado Emeterians.

¿Te centras mucho en las letras?

Absolutamente. En esta etapa de mi carrera musical las considero tan importantes como la propia música. Cuando estaba en Barcelona en Pandanono, al haber tres cantantes, nos centrábamos mucho en las armonías, en la música. Ahora, al estar solo, me preocupo más por transmitir un mensaje, contar una historia, e intentar hacerlo de la forma más bonita y sincera que sepa.

¿Qué cosas hay en la vida importantes para ti?

Qué pregunta tan difícil, y está bien que la hagas porque no suelo pensarlo demasiado. Te podría decir que seguir componiendo y disfrutando de la música como lo hago es de lo más importante. Adoro a mi familia, a mi perro y tener mi soledad para intentar comprender un poco más este lugar tan extraño en el que vivo.

Has grabado solo cuatro canciones, pero parece que tienes mucho material. Barrunto que no eres muy ordenado en el trabajo.

Al final, en el EP entraron 5 canciones. La nana de mi pequeña sobrina entró por petición popular con la preciosa aportación del clarinete de Juan Antonio Álvarez, otra persona maravillosa. Y sí, me tomo muy en serio mi trabajo e intento componer todo lo que puedo y hay bastante material. El orden en mi vida es algo que no abunda demasiado, pero me siento cómodo en ese desorden, lo ordeno.

¿La fuerza más poderosa que existe es el amor?

¿Acaso existe otra fuerza?