Tenía solo doce años cuando hechizó la pantalla en El laberinto del fauno, con un Goya incluido. Ivana Baquero (Barcelona, 1994) tuvo un arranque fantástico en todos los sentidos (Romasanta, La caza de la bestia, Rottweiler, Frágiles). The New York Times dijo de ella que era «misteriosamente talentosa» y pronto dejó claro que el cine español le quedaba pequeño. Rodar con Kevin Costner La otra hija permitió que sus horizontes se ampliaran a Estados Unidos. Y, ahora, el despegue definitivo con la superproducción televisiva de reciente estreno Las crónicas de Shannara, basada en las populares novelas de Terry Brooks y con la que la MTV pretende seducir a los seguidores de El señor de los anillos.

Decía antes de irse a rodar a Nueva Zelanda que sería una aventura. ¿Lo fue?

Lo fue y muy gratificante, no sabía a qué me enfrentaba y resultó muy divertido. Nos convocaron un mes antes para entrenarnos, y el rodaje cambiaba cada día, como el clima. Al mismo tiempo fue un rodaje muy duro, de lunes a sábado durante 14 horas diarias.

¿Le asusta la reacción de los fans de las novelas?

Me importa y la respeto pero no me da miedo. Es como todo en esta vida, no siempre vas a gustar a todo el mundo. Se ha hecho un buen trabajo y es una gran apuesta, que luego la gente lo perciba así ya no depende de nosotros.

¿Se siente en cierto modo como Alicia en el país de las maravillas, atravesando el espejo de la pantalla?

Sí, y es fantástico. En este caso, al ser una serie, recibíamos los guiones a la par que rodábamos. Leer y saber qué ibas a interpretar poco después era algo único y emocionante, descubría sobre la marcha lo que iba a hacer mi personaje, con quién iba a luchar o relacionarme...

Un sueño hecho realidad... Otro más con 21 años. ¿No tiene miedo de quedarse sin ellos?

Ninguno porque mi sueño principal es seguir trabajando y hacer lo que me gusta, y si los agotara todos algún día me retiraré tan tranquila y feliz. La vida tiene muchas cosas interesantes y nunca sabes adónde te va a llevar. Por eso vivo el día a día sin obsesionarme por lo que vendrá, sin precipitaciones que no sirven para nada.

¿Qué es más agotador, el entrenamiento como su personaje, Eretria, o la promoción?

Buena pregunta... El entrenamiento, a nivel físico, es exigente, te lleva a los extremos de lo que necesitas para desarrollar tu personaje, pero lo que más me gusta es rodar, interpretar y entrenar, y las complicaciones no me importan.

El escritor presenta a su personaje en la novela con frases como «la joven más atractiva que había visto nunca. Era menuda y delicada, pero sin inocencia infantil, de ojos oscuros y misteriosos. Su rostro era hermoso, sus facciones perfectamente formadas e inolvidables tras ser vistas por primera vez». La clava.

Los productores querían que hubiera un gran parecido físico con el personaje para que los fans no se sintieran decepcionados, pero en otras cosas no me parezco en nada a Eretria. Ella viene de unos orígenes muy distintos, se ha sacado las castañas del fuego sola, sin ayuda de nadie, mientras que yo he tenido siempre una familia al lado para ayudarme, un apoyo constante. Pero también es una persona vulnerable, y yo he intentado potenciar ese lado más delicado, que la gente no viera en ella un personaje unidimensional, sin matices, la malota de turno, la chica del bosque sin sentimientos ni debilidades. Y hacerlo fue muy divertido. Está claro que hay que conservar el alma de los libros y guiarte por las indicaciones de los guiones, los productores y el director, pero siempre queda un espacio para la creatividad propia, pequeños detalles que enriquezcan al personaje. Es uno de los protagonistas que más crece a medida que avanza la temporada.

Carlos Sedes, su director en El club de los incomprendidos, dice de usted que es una actriz con un control absoluto de la cámara, de la luz... Y también muy sobria, reacia a los excesos. Una actriz muy de cine.

Es instintivo totalmente porque nunca di clases. Empecé con ocho años y todo lo que he aprendido es con la práctica, fijándome en las cosas que rodean un rodaje. El cine te permite más tiempo para desarrollar un estilo de interpretación más concreto, pero no lo hago a propósito, me sale así.

Estudiante de Derecho. ¿Para defenderse mejor?

Lo hago por asignaturas, no por cursos, y al hacerlo a distancia las cojo en función del trabajo. Digamos que estoy en un equivalente a tercero. Me gusta mucho y es muy interesante, siempre me ha atraído el mundo de los negocios, pero soy mala con los números, así que pensé que Derecho podría ser una forma de acercarme a la empresa. Y vengo de familia de juristas.

¿Se crea una familia para lo bueno y para lo malo en un rodaje tan largo?

En todos los rodajes creo una pequeña familia, y eso que en cine son de dos o tres meses, imagínate en el de una serie de más de seis meses, con todo el elenco en el mismo hotel. Es muy intenso.

Después de tanto tiempo lejos de la familia, y con el cambio físico por el entrenamiento tan duro, ¿su familia la reconoció?

Llegué más en forma y encima me tiñeron el pelo de negro, pero están tan acostumbrados a verme cambiando de aspecto, con el pelo rosa, largo o corto, que no les sorprende ya nada.

¿Vivió alguna situación de riesgo?

Me lesioné la ingle, la desgarré, y luego el día siguiente seguí rodando y montando a caballo como si nada. Está todo muy controlado, hay dobles de acción, los mismos de Juego de tronos, que son los mejores.

¿Desarrollar un personaje para una serie es más gratificante como actriz que hacerlo en una película?

Es distinto, en una serie le coges más cariño y lo tienes más de por mano, trabajas con él día a día, el cine no te da tanto tiempo.

De todo lo que aprendió (esgrima, arco, dagas...) va a seguir enganchada a algo?

La equitación ya la practicaba antes y ahora he vuelto a apasionarme por ella. No he seguido con el boxeo y las dagas, pero sí hago más deporte, antes sólo hacía pilates. Le cogí el gustillo a ir al gimnasio, hacer running....