Le espera una larga gira por Uruguay, Argentina, Chile y Australia, pero Vicente Quirós ha vuelto unos días a casa, a Corvera, para tomar fuerzas antes de incorporarse de nuevo a Kooza, el espectáculo del Circo del Sol con el que, junto a sus hermanos Ángel y Roberto, recorre el mundo desde hace nueve años mostrando uno de los montajes de circo más tradicional de la compañía nacida en Quebec (Canadá).

Aunque nacidos en Madrid, los padres de los hermanos Quirós residen en la pedanía murciana, donde el propio Vicente se ha comprado una casa. «Aunque puedo venir poco -reconoce-, creo que es el lugar más bonito del mundo; sobre todo cuando estás siempre de gira por grandes ciudades, se agradecen las charlas en el bar o en el centro cultural y no lo cambiaría por nada; cuando vengo soy muy feliz».

Los hermanos Quirós han recorrido el mundo entero, primero con su propia compañía y, posteriormente, con el Circo del Sol. Especialistas en el alambre alto, sus impresionantes números les han valido numerosos reconocimientos, como el Premio Nacional de Circo. Aunque, para Vicente, el más importante sin duda fue el Payaso de Oro de Montecarlo, la máxima distinción para un artista circense. «Allí la compañía canadiense se enamoró de nosotros y comenzamos a trabajar con ellos en Kooza en 2007», recuerda el funambulista.

«Trabajar en el Circo del Sol -asegura- es la meta para un artista, no sólo por los grandes espectáculos que hacen uniendo circo y teatro, sino por lo que cuidan a sus profesionales».

Quienes han visto actuar a los tres hermanos aseguran que hacen que parezca sencillo moverse en los alambres a una gran altura, pero ellos vienen de una larga estirpe dedicada al circo y, según el mayor de los hermanos, todo es cuestión de ensayos, experiencia y cuidarse mucho físicamente.

Aunque no están presentes en Varekai, el primer espectáculo del Circo del Sol que pasará por Murcia del 20 al 24 de julio, Vicente Quirós aconseja a los murcianos no perdérselo: «Se van a quedar con la boca abierta... es perfecto», resume.

Además, el funambulista aprovechó su estancia en Murcia para visitar al alcalde, José Ballesta, acompañado por el pedáneo de Corvera, Miguel Ángel Noguera. Con ambos se comprometió, «si la agenda nos lo permite», a regresar en otra ocasión con Ángel y Roberto y ofrecer un pequeño espectáculo para mostrar por qué han conseguido llegar tan alto.