No, no es un pájaro ni un avión, es Raphael surcando el cielo en su enésima reinvención artística. Nuevo disco, gira sinfónica y puesta de largo de Mi gran noche, su vuelta al cine con Alex de la Iglesia. A sus 72 años y con mucha calma, el de Linares parece poder con eso y con más. «No te creas, tengo mis miedos, no soy un superhéroe, lo que pasa es que en mi vida hay un antes y un después del trasplante -de hígado, al que se sometió en 2003-. Ahora soy mucho más fuerte, voy más tranquilo, casi a cámara lenta y estoy teniendo una vuelta a la vida maravillosa», dice el cantante.

La excusa es la presentación de Sinphónico, un nuevo trabajo discográfico con grabaciones inéditas de algunos de sus grandes éxitos junto a la Orquesta Sinfónica de RTVE. La edición especial incluye el histórico recital que dio el pasado 22 de julio en el Teatro Real.

La gira, acompañado por la orquesta sinfónica -en Murcia será con la de Málaga-, le llevará por toda España y hoy recala en la Plaza de Toros de Murcia, a partir de las nueve y media de la noche.

Pero además, acaba de estrenar en el Festival de Cine de San Sebastián Mi gran noche, junto a De la Iglesia y el resto del equipo. Está tan contento con el resultado que ya está pensando en nuevos proyectos cinematográficos. «Haré más cine, procuraré cada dos años tener tiempo entre gira y gira, pero dependerá siempre del guión. Ahora me gustaría hacer una cosa muy seria, porque al público siempre hay que darle sorpresas», afirma.

Lo de Alphonso, su personaje en Mi gran noche, un trasunto disparatado de lo que podría ser él mismo, es de todo menos serio. Un divo endiosado que lucha por el mejor share durante la grabación, con meses de antelación, de un especial de Nochevieja.

«Me lo he pasado muy bien. He tenido unos compañeros maravillosos, con Carlos Areces me he reído de lo lindo, aparte de que ahora hay unos medios técnicos que lo hacen todo mucho más apetitoso», señala el cantante, que no rodaba desde hacía casi cuatro décadas.

«Es la primera vez que tengo que hacer de algo. Antes hacía de mí mismo en películas románticas donde se me moría la novia, aquí interpreto a un artista que nada tiene que ver conmigo, ha sido muy divertido».

"No malgasto energía"

  • En su camerino, antes de un concierto, pocas excentricidades. «Hay un cesto de fruta que nunca tomo, mucha agua y una manzanilla que me tomo siempre antes de salir». Un solo hábito, eso sí, no hablar. «A mí me ha venido muy bien el internet y los móviles, porque en vez de hablar puedo poner mensajes. Así no malgasto energía. Desde las tres o las cuatro de la tarde no hablo y eso permite que al salir, la primera nota esté limpísima y eso me crea confianza para seguir».

Así pues, parece que habrá Raphael para rato. En su hiperactividad tranquila, el cantante ya está preparando un nuevo disco, que verá la luz en mayo, con canciones compuestas por autores jóvenes como Enrique Bunbury, Manuel Carrasco o Vega.