Los Mártires del Compás, la mítica banda sevillana creadora en los años noventa del género ´flamencobilly´, vuelve a los escenarios en 2015 con una gira de Hola y adiós. Han logrado saltar las fronteras que siempre ha tenido el mundillo del flamenco, convirtiéndose en una formación aceptada en el ´rollo´ independiente con su ´flamencobilly´, con un estilo personalísimo que es como un golpe dirigido directamente al estómago, sin concesiones ni sofisticaciones.

El principio es el flamenco. De allí pasan por cualquier parte del mundo musical. Hacen ´sevillanas billys´, rock y rap que se abraza como el agua y la tierra, música étnica, bossa? qué más da. Son casi intuitivos y suenan bien. Mártires aportan a la música que se hace aquí armonías y escalas mágicas, compases frescos y casi inéditos, siendo la mezcolanza fuente inagotable de su inspiración, con sensibilidad y originalidad, fuera de modas o dictados.

Sus coplas traen una revolución. La lírica flamenca permanecía casi inmóvil desde hace varias décadas, pero el grupo de Chico Ocaña vino a demostrar que política flamenca y realidad viva pueden hablar el mismo idioma. Hay humor, amor, profundidad y cotidianidad. Y sobre todo está el habla de las calles en sus historias de hoy, con sus personajes verídicos. El rito individualista del cantaor y la silla de enea se ha socializado a favor de la fiesta ecuménica. Son otras formas.

Faltaba algo así en el panorama musical flamenco; algo que cubriera una necesidad explícita, sin conservantes ni colorantes, con una lírica del día a día, transparente, una instrumentación acorde a las letras, a las historias y a la manera de sentir el quejío, la sinrazón y el poderío. Por eso, Mártires del Compás hoy día tienen su territorio específico, innovadores, inimitables, capaces de promulgar estilos nuevos y diferentes, y evolucionando sin perder el rumbo.

Su encuentro del flamenco con otros conceptos fue excelentemente acogido por crítica y público en el Festival de Jazz de Montreux, el Midem de Cannes, Festival Caliente de La Habana, incluso la sala CBGB de Nueva York. Después de una primera etapa por la que pasaron artistas como Kiko Veneno, Raúl Rodríguez o Charamusco, con Flamenco Billy en 1995 quedó definida la que terminaría siendo la banda estable en los siguientes años. Chico Ocaña a la voz, Manuel Soto ´Noly´ a la guitarra flamenca, Julio Revilla a la guitarra eléctrica, Jesús Díaz al bajo, Alberto Álvarez al cajón billy, Sidy Samb con percusión africana y los coros de Rocío Vázquez y Joana Jiménez.

Veinte años después de un disco que marcó una época y que fundó el citado género musical y ocho años desde que, en 2007, el grupo se despidiera, Chico Ocaña, el singular e inconfundible vocalista, es quien ha tenido más visibilidad en su carrera en solitario, con dos discos editados a su nombre: Canciones de mesa camilla y De piedra.

Ahora los Mártires han dado la sorpresa del regreso. La nostalgia y la respuesta de los muchísimos incondicionales lleva al grupo a reunirse en una gira que se presentará con fecha de caducidad. Quién sabe si, como en otras reconciliaciones, no habrá continuidad posterior. A Mártires le van a acompañar Jamones con Tacones, La Espartera, Materia Primo y Bulevar.