Tras casi 30 años de incansable trabajo para la diócesis de Cartagena, 20 de ellos como obispo, Javier Azagra fue sustituido por Manuel Ureña -con quien aparece en la imagen superior-. Su labor no paró ahí y, pese a estar en segundo plano, fue muy importante para el Obispado, ya que su carisma y sus ganas de ayudar al prójimo le hicieron ser un soporte para sus sucesores. F. S. M.