El excelso e histórico poeta Lope de Vega y el recio y ficticio capitán Alatriste, uno de los personajes del escritor y académico cartagenero Arturo Pérez-Reverte, guiarán a partir de hoy en una ruta teatralizada por el Barrio de las Letras de Madrid a los afanados en conocer los entresijos del Madrid del Siglo de Oro. Con un guión de Pérez-Reverte y con motivo de la celebración del tercer centenario de la Real Academia Española, la Comunidad de Madrid promueve la ruta Letras y Espadas, por la que, según su presidente, Ignacio González, es la mayor concentración de talento por metro cuadrado de la historia universal. En las salidas, que comienzan hoy con periodicidad mensual, los ciudadanos se desenvuelven por las calles del centro de Madrid donde vivieron, de forma simultánea y no siempre en amor y compañía, escritores como Cervantes, Quevedo, Góngora o Calderón de la Barca, pesos pesados de la literatura en castellano de todos los tiempos.

En compañía del director de la RAE, Jose Manuel Blecua, así como de Pérez-Reverte o la responsable de Cultura de la Comunidad de Madrid, Ana Isabel Mariño, la comitiva estrenó la ruta con un periplo más corto que el que será habitual -de hora y media- tras ser recibida en la Casa-Museo de Lope de Vega por una mesonera al grito de «¡gallardos!».

La tabernera, un tanto lenguaraz, condujo a la comitiva hasta el convento de clausura las Trinitarias -donde vivió una hija de Lope y reposan los restos, cuya ubicación exacta en el edificio no se conoce, de Cervantes-, donde Lope de Vega se encontró con Alatriste y con los «aspirantes».

A partir de ahí, Lope y el capitán condujeron un paseo por el Barrio de las Letras junto a los 'cómicos', en el que no han faltado las bravuconadas del socarrón Quevedo y sus saetas a Góngora, la finura del joven Calderón de la Barca y las referencias a un Cervantes cuya única gloria póstuma lamentan los literatos.

Letras y Espadas atraviesa la zona de Madrid en cuyos corrales de comedias Lope de Vega y Calderón rivalizaron en tiempos, donde Quevedo compró una casa por el simple gusto de expulsar de ella a su rival Góngora y donde se encuentra la imprenta de la que salió el primer Quijote -la de Juan de la Cuesta-.

Blecua agradeció a Pérez-Reverte su magnífico trabajo en la recreación de un espectáculo que, a su juicio, se convertirá «en fábula de corte y se hará famoso por plumas y por espadas». «Nunca hubo tanta concentración de talento en un lugar del mundo», recalcó Pérez-Reverte, que citó los «dardos envenenados» que, en ocasiones, se lanzaron con una distancia de pocos metros los Quevedo, Lope de Vega, Calderón, Cervantes y Tirso de Molina de la época.

González destacó que la ruta da a conocer la riqueza cultural de un barrio en el que amaron, pelearon y se inspiraron los más grandes escritores.