El poeta urbano por excelencia, Rosendo Mercado, recupera su sonido más icónico, la denuncia social y la rima pegadiza con "Vergüenza torera", un disco repleto de letras políticas que ha considerado "inevitable" y que publica con la "satisfacción del trabajo bien hecho".

"Estamos todos agobiados con el desastre político que vivimos y no he podido evitar volver a cantar sobre lo que vivo a diario", ha dicho hoy Rosendo sobre su último trabajo en una entrevista con Efe.

No recuerda bien si es su decimoquinto disco o si ha alcanzado ya el decimosexto, pero lo que Rosendo (Madrid, 1954) tiene claro es que si no le queda mucho que decir, al menos sí conoce diferentes formas de cantarlo.

"Es cierto que en mis discos los temas se repiten; por ello trato de contar lo mismo con estilos diferentes", ha señalado este viejo rockero que ha confesado que ya no tiene edad para innovar demasiado.

De este modo, "Vergüenza torera" recupera el toque mágico de la guitarra y esa forma de escribir tan particular que radica en "confundir y obligar a leer las letras varias veces para descubrir el auténtico significado".

Un sello de identidad que le ha convertido en icono del rock español y que se mantiene presente incluso en el título de este nuevo álbum, con un nombre que "da pie a un doble sentido en el que se habla tanto del pundonor como de la poca vergüenza".

De nuevo, los poemas urbanos y el alma de rock confluyen en un sonido puro, esencia de Rosendo, que denuncia con ironía y un ritmo pegadizo el poder de los ricos, aunque el cantante ha reconocido que su intención inicial se alejaba de las composiciones políticas.

"Trato de huir de la actualidad porque las canciones son para siempre, pero mis discos son un diario en el tiempo y, al final, siempre escribo sobre lo que se está viviendo", ha comentado un Rosendo más enfadado que nunca con la situación económica actual.

Así, este viejo rockero, que lleva 40 años dedicados a la música, arrastrará el rechazo social por cada escenario, combatiendo contra la clase política y la corrupción acompañado de un auténtico tributo al rock & roll en el que la guitarra ruge con libertad.

Rosendo cumplirá en febrero 60 años y piensa ya en la jubilación, sin embargo sus canciones se mantienen imperturbables en el tiempo, siempre cantadas a coro por sus incombustibles seguidores, cada vez más jóvenes, que disfrutan con el sonido desgarrado y ronco de este madrileño.

"En mis conciertos ha habido ya varios relevos generacionales, pero es lo que tiene el rock & roll, que es la música de la calle, de la energía y la mala leche, y siempre hay gente a la que le llegan estos mensajes", ha declarado.

"Vergüenza torera" mantiene ese espíritu de lucha, que habla sin tapujos de la situación actual de crisis y está compuesto en exclusiva por Rosendo, a excepción de la canción "A remar", obra de su hijo Rodrigo Mercado, que se atreve con un estilo más acústico en el que un cuarteto de cuerda es protagonista.

"He colaborado en varias ocasiones con mi hijo porque me gustan sus juegos de vocabulario y esta canción se prestaba a ello", ha confesado el de Carabanchel.

Pese a ello, "Vergüenza torera" mantiene el carácter particular de Rosendo, capaz de robar un suspiro a todos aquellos que descubran al ritmo de sus melodías que, pese a que la vida golpee con fuerza, los viejos rockeros nunca mueren.

El compositor se encuentra inmerso desde agosto en la gira "Mentira me parece", con la que llevará estas nuevas composiciones por cada rincón de España hasta diciembre; "disfrutando de la carretera" y sin olvidar jamás las canciones que le han convertido en leyenda como "Hombre singular" o "Agradecido".

De este modo, Rosendo continuará enviando un mensaje de protesta envuelto en unos acordes vibrantes, superando el nerviosismo que siempre, ha dicho, sentir sobre el escenario y demostrando así, una vez más, que denunciar la injusticia es su única manera de vivir.