Cultural Sacro. Cajamurcia

irene Jara, cante

carlos rafael pérez, órgano

alejandro romero, presentación y textos

Obras de: San Miguel, Cebrián, Gómez Zarzuela, Font de Anta, Oliver, Gómez Villa y populares. Lugar: Cieza, Basílica de la Asunción. Fecha: 15 de marzo.

En los países de cultura occidental y tradición cristiana, grandes compositores escribieron música para la liturgia, el acompañamiento de ceremonias religiosas, o relacionada con lo sacro, que, en el caso de la dedicada a la Semana Santa, cuando llegan o se aproximan estas fechas, se ofrece en conciertos en teatros, auditorios o iglesias, junto con obras que, no escritas expresamente para estos días, se ha dado en relacionar con ellos.

En España, además, hay dos tipos de música relacionada con la Semana Santa típicamente, diríamos exclusivamente, españoles. Uno popular, y otro dentro de lo que sería música de creación. La 'Saeta' es una canción tradicional con origen en el folklore andaluz, una especialización del flamenco y sus palos, en versos octosílabos, cuyo texto, de significado religioso alusivo a la Pasión, se canta sin acompañamiento al paso de las imágenes que desfilan por la calle. La 'Marcha de Pasión', o 'de procesión', que nace en la segunda mitad del siglo XIX, se compone en la forma de marcha, con tema, desarrollo, trío, reexposición y, en ocasiones, introducción y coda, y fija su estilo y carácter con el compás binario, el ritmo acentuado y el tempo lento, adecuados a la procesión que debe acompañar. Escrita para banda, es un género muy de España, aunque también se dé en algún otro país de influencia hispana, y se oiga en Italia. Las hay de excelente calidad, pequeñas joyas. En 1921, Igor Stravinsky, al paso de una banda de música en una procesión de Sevilla, dijo: "Felicitaciones, estoy oyendo lo que estoy viendo".

En la Basílica de la Asunción de Cieza, dentro del ciclo Cultural Sacro, con fluida secuencia marcha-glosa-saeta, escuchamos las saetas 'Como una eterna plegaria', 'Paro del querer', 'Camina lento', '¡Quién te ha enclavao!', 'Grandes penas', 'El llanto por tus mejillas' y '¡Estrella, Estrella!'. Y las marchas Mektub (1925) del guipuzcoano, de Oñate, Mariano San Miguel Urcelay (1879-1935), Nuestro Padre Jesús (1935), del toledano Emilio Cebrián Ruiz (1900-1943), Virgen del Valle (1898), del sevillano Vicente Gómez Zarzuela (1870-1956), Amarguras (1919), del también sevillano Manuel Font de Anta (1889-1936), Cristo de la Sangre (1941), nuevamente de Cebrián, Marcha lenta (¿1915?), del aragonés, de Caspe, Gerónimo Oliver Arbiol (1881-1945), y Cristo del Perdón (1948) y Semana Santa Ciezana (1994), del ciezano José Gómez Villa (1924-2001).

Alejandro Romero, en intervenciones habladas, glosó la Semana Santa leyendo sus textos con aplomo y seguridad.

Irene Jara, en las saetas populares, sola, puso alma y sentimiento, y con voz grave, honda, de impostación natural y emisión fácil y cálida, con temperamento y sin sobreactuar, generó emoción.

Y Carlos Rafael Pérez, autor de las oportunas transcripciones para órgano de las marchas de San Miguel, Cebrián, Oliver y Gómez Villa, con su formación y solvencia como organista, supo aprovechar el buen instrumento para redondear el ambiente procesionil, la atmósfera de Semana Santa que se creó en el templo, sin que alguna desigualdad o imprecisión, algún desajuste entre organista y quien ayudaba en los registros, como se vio en la pantalla colocada al efecto, restaran el menor valor o interés a una sesión grata, amena y con sabor. Y así la estimó el poquísimo público asistente.