Quizá porque escribe lo que le gustaría leer, el murciano Pedro Pujante se dedica, desde que empezó a tomarse en serio su faceta de autor, al relato. Seducido por la escritura de grandes maestros como Borges y Cortázar, publicó hace ya un año su primer libro, Espejo y otras orillas, que hoy presenta en las Jornadas Literarias de Chiado que se celebran en Salamanca.

Al también colaborador de LA OPINIÓN no le asusta la «faceta más pública» del escritor, la de enfrentarse cara a cara al público. Lectores a los que agradece que estén ´al otro lado´ y que sin duda han ayudado a que la editorial portuguesa Chiado vaya a publicar pronto un nuevo libro de relatos.

Cuenta el autor -escritor metido a profesor para subsistir, según él mismo dice- que el cuento «es un género más preciso y económico con muchas posibilidades aún por explotar». «No se puede comparar con la novela -declara-, es más como un poema, que debe sugerir mucho para que el lector complete todo lo que no se puede contar... Es como un chispazo».

No termina de entender por qué es más difícil encontrar libros de relatos, por qué se promueve menos su publicación cuando hay grandes autores que han demostrado que «no es un género menor». Borges y Cortázar, pero también Chéjov, Kafka o Poe... «Hasta la Biblia está compuesta de relatos, una tradición muy unida a la faceta oral que hay que recuperar, dice.

En Espejos y otras orillas cuenta que quiso hacer «un homenaje» a sus escritores predilectos y por eso sus relatos desprenden cierto realismo mágico. En ellos explica que desarrolla «técnicas como la alternancia de voces narrativas y de tramas y juegos cronológicos que permiten detener el tiempo, invertirlo... jugar con él y con la realidad».

Siempre ha sido un gran lector, pero Pedro Pujante no sabe cuándo soñó por primera ver con ser escritor: «Lo de contar historias ha ido conmigo toda la vida, siempre estaba fantaseando», recuerda. Hace ya un par de años que se dedica de una forma «más profesional» a la escritura y, como cualquier otro autor, confiesa que su sueño es « poder vivir del cuento -y sin dobles sentidos-, no solo por el elemento económico, sino porque eso significaría que tu obra es reconocida, que es lo que todo escritor busca, que le guste al lector».

Y como todo escritor novel, ha encontrado en Internet «un escaparate». «Es una herramienta útil y necesaria», explica Pujante, quien publica de forma asidua en su blog (pedropujante.blogspot.com) y recuerda que gracias a la Red pudo, por ejemplo, participar en un concurso de Estados Unidos que finalmente ganó, gracias a lo que vio la luz su segundo libro: Déja vù (Latin Heritage Foundation, 2012).

Pero independientemente del medio, sea a través de Internet o del papel -sus libros y revistas en las que colabora-, Pujante siempre busca lo mismo: seguir contando historias y, sobre todo, aportar su pequeño grano de arena «para que la gente lea relatos».