Los jóvenes tienen dificultades para identificar las agresiones machistas y creen que son algo ajeno, que ocurre a madres o mujeres casadas, pero las cifras no dicen eso: una de cada cuatro mujeres asesinadas por sus parejas tienen menos de 30 años.

Otro dato que demuestra el impacto real de este fenómeno en los jóvenes es el hecho de que el 40 por ciento de las órdenes de protección dictadas por los jueces el pasado año eran de mujeres de esa edad.

Cuando se pregunta a los jóvenes si rechazan este tipo de violencia que se producen en el ámbito de la pareja o el matrimonio, el 85 por ciento responden afirmativamente y el 15 por ciento la justifica, pero en realidad puede que no sepan realmente qué es la violencia machista o de género.

"No lo saben y tampoco piensan que les afecte a ellos, creen que afecta a mujeres mayores y casadas", explica a Efe el director del Instituto de la Juventud, Gabriel Alconchel, quien recuerda que "esta violencia no es sólo el asesinato de una mujer, sino un proceso largo, que empieza con violencia simbólica o maltrato psicológico y al final algunas de estas relaciones sobre bases discriminatorias degeneran en violencia de género".

Las estadísticas nos demuestran que "afecta de manera contundente a la juventud", ya que de las 50 mujeres asesinadas este año por sus parejas, el 26 por ciento tenían menos de 30 años, un porcentaje ligeramente inferior a la media registrada desde 2003 (el 29,3 por ciento).

Pocos lo ven como un problema

Sólo el 2,5 por ciento de la población española considera que la violencia machista es un problema grave. Pero el porcentaje varía si se pregunta a los hombres, que opinan así el 1,5 por ciento, o a las mujeres, el 3,8 por ciento.

"Hay una distancia de 153 por ciento entre lo que piensan y se posicionan las mujeres y lo que hacen los hombres", indica Lorente, quien opina que "el hecho de que haya menos hombres en esa posición crítica es que están recurriendo a los mismos argumentos que usan los maltratadores para ejercer la violencia".

Muestra su preocupación por "esa reacción social, el postmachismo, que es una posición neutra en la que se trata de cuestionar los avances en igualdad, presentándolos como una ataque a las posiciones tradicionales".