El finalista del Premio Hache César Mallorquí se reunió ayer en Cartagena con 600 alumnos de Secundaria que participan en esta nueva edición del certamen, a los que contó que concibe la literatura como un videojuego, como una diversión. El escritor participó en varios encuentros con los lectores, puestos en marcha dentro del programa Mandarache de fomento de la lectura.

En su segunda edición, los premios Hache han aumentado en un 10% el número de participantes, como señaló la concejala de Juventud, Ruth María Collado, en la presentación del también periodista. Con su libro 'La caligrafía secreta', el escritor catalán es el primero de los tres finalistas del Premio Hache Juvenil y abrió el ciclo de encuentros con 600 jóvenes, procedentes de los centros de Secundaria del municipio.

"Concibo la lectura como una diversión, igual que los videojuegos o el deporte", señaló el escritor, un autor que espera que a través de sus obras se creen lectores potenciales.

"El trabajo de un escritor es muy solitario. Somos bichos raros, acompañados únicamente por los protagonistas de las obras, pero esta soledad merece la pena cuando los mensajes que escribo llegan al público lector", aseguró.

César Mallorquí cuenta en su obra la historia de un joven calígrafo, Diego Atienza, que va a vivir la mayor aventura de su vida en el París de 1789, en los días previos al estallido de la Revolución Francesa.

"La idea surgió cuando leí hace años 'En busca del lenguaje perfecto', de Umberto Eco, que me llevó a interesarme por el poder de la escritura y las historias relacionadas con el lenguaje divino", recordó el escritor.