La familia nazarena está de luto. Hace unos días fallecía a los 81 años de edad uno de los miembros más ilustres de la archicofradía de la Sangre, conocida popularmente como la de 'los coloraos', Francisco Bagó Ramírez, mayordomo de dicha cofradía y primer Cabo de Andas del paso 'Las Hijas de Jerusalem'.

Francisco nació en Villanueva del Arzobispo, Jaén, pero a muy temprana edad se va a vivir a Murcia, de hecho, tal y como relata su hijo José Bagó Fuentes (actual Cabo de Andas del paso 'Las Hijas de Jerusalem'), "él siempre se ha considerado más murciano que la torre de la Catedral".

Amante de la pintura y la escultura, desde joven Francisco mostró su pasión por la Semana Santa, cuando "hacía pasos con figuras que los traperos le daban a cambio de ropa vieja", asegura su hijo. Al margen de su cariño a las cofradías, Francisco dedicó su vida profesional a la creación de carteles de películas que se usaban en los estrenos que tenían lugar en diferentes cines de la ciudad.

Así, trabajó en la empresa Iniesta, llegando a ser una persona conocida en Murcia por "su arte, su personalidad y, sobre todo, por ser el mejor cartelista de entonces", según destaca su hijo. En el plano personal, junto a su mujer Carmen formó una familia de diez hijos, a quienes transmitió su dedicación a la archicofradía de la Sangre. Fue en 1951, tal y como recuerda su hijo José, cuando Francisco ingresó en la misma y en 1956 se incorporó a la procesión de 'los coloraos' el paso del que fue Cabo de Andas, 'Las Hijas de Jerusalem'.

Desde entonces, y hasta su muerte, Francisco, según cuenta su hijo, "ha formado a cientos de nazarenos y ha conseguido crear la cuarta generación que forma parte de un color, el colorao".

Puede que el día más feliz de la vida de Francisco fuera el 4 de marzo de 2006, cuando la archicofradía de la Sangre, coincidiendo con el 50 aniversario del paso anteriormente nombrado, y durante el transcurso de la Cena Colorá, le hizo entrega del máximo galardón de la cofradía, la Medalla de Oro. Muestra de su pasión por la Semana Santa fue cómo se despidió de amigos y familiares, ya que Francisco se fue vestido con la túnica de mayordomo de la Sangre.

Sin duda, deja un gran vacío y sólo queda pensar que "desde el cielo ya estará organizando a sus nazarenos para que tengan la mejor procesión colorá el año que viene", según palabras de uno de sus hijos, José Bagó Fuentes.