El derbi apenas duró cinco minutos. Fue el tiempo que necesitó la defensa del Real Murcia en hacer dos regalos a De Lucas y Víctor quienes, como cabe esperar en jugadores tan experimentados, no desaprovecharon.

A partir de ese momento, todo el planteamiento que el nuevo técnico grana, José González, había realizado durante la semana no servía de nada y las buenas impresiones, al menos en actitud, que sus futbolistas habían dado en los primeros compases del encuentro volvieron a convertirse en la ansiedad de las anteriores jornadas.

Los nervios y las imprecisiones se hicieron dueños del juego del Real Murcia que no lograba finalizar sus acciones con peligro, lo que el Cartagena aprovechó antes del descanso para lograr el tercer tanto en un contraataque, tan bien llevado por los portuarios, como mal defendido por los capitalinos.

En la segunda parte, los granas salieron con más ganas y, ayudados por los cambios de su técnico y la expulsión del capitán visitante, lograron acortar distancias por mediación de Isaac Jové. Fueron los mejores minutos del Real Murcia, culminados con un disparo al palo de Aquino que, de haber entrado, hubiese, sin duda, cambiado el rumbo del encuentro.

Sin embargo, la sentencia vino desde el otro lado del Puerto de la Cadena en un discutido penalti que Víctor se encargó de materializar en el 1-4 definitivo, haciendo más líder al Cartagena y hundiendo en la clasificación a un Real Murcia que repite los errores del pasado y no consigue arrancar.