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Agua

Regantes proponen que el trasvase Júcar-Vinalopó pueda regar zonas del Segura

El cierre de los acuíferos para el año 2027 desempolva esta vieja reclamación, pero el presidente de Scrats advierte que no «es la solución urgente que necesitamos»

Actuales obras del postrasvase Júcar-Vinalopó en su margen izquierda.

Actuales obras del postrasvase Júcar-Vinalopó en su margen izquierda. / ALEX DOMINGUEZ

D.PAMIES

La cuenca del Segura atraviesa un momento crítico. La adaptación de la legislación española a la normativa europea obliga a cerrar progresivamente los pozos de acuíferos sobreexplotados, lo que a partir de 2027 podría implicar la pérdida de unos 213 hectómetros cúbicos anuales para los regantes, especialmente en el Altiplano y Lorca. A esto se suma el inminente recorte del Trasvase Tajo-Segura de 105 hectómetros cúbicos cuando entren en vigor las nuevas normas de explotación.

En este contexto, vuelven a escucharse voces entre los representantes de comunidades de regantes sobre la posibilidad de que el trasvase Júcar-Vinalopó, ya operativo en el Alto y Medio Vinalopó tras muchas décadas de obstáculos, amplíe su dotación a territorios de la cuenca del Segura como alternativa al recorte del Tajo-Segura. Y es que las tierras del Altiplano murciano, recuerdan estos regantes, comparten acuíferos con el Vinalopó, donde este trasvase ya aporta agua a precio asequible (financiados), aunque con volúmenes limitados: unos 30 hectómetros cúbicos.

El presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats), Lucas Jiménez, se mostraba ayer profundamente escéptico ante esta posibilidad aunque reconoció que la opción es real y viable, y recordó que el sindicato ya había presentado hace unos años al Ministerio estudios sobre la extensión del Júcar hasta el Segura. «Técnicamente es posible», sostiene. Sobre quién asumiría los costes, explicó que la recuperación recae actualmente sobre los regantes, aunque la ejecución debería corresponder al Estado: «Hoy, mediante la obligatoria recuperación de costes, lo pagan los regantes, otra cosa es que lo ejecute el Estado, que es a quien compete». Añadió que, si fueran los propios regantes quienes llevaran a cabo la obra, incluso podría resultar más económico.

Respecto al volumen de agua que podría llegar a tierras murcianas, reconoció que los estudios contemplan cifras concretas, pero alertó de las dificultades políticas: «En la actual coyuntura veo muy difícil que haya un cuórum en el Estado para cualquier iniciativa que implique traer agua al Levante».

Balsa de La Cuesta, uno de los principales embalses reguladores del postrasvase Júcar Vinalopó.  AXEL ALVAREZ

Balsa de La Cuesta, uno de los principales embalses reguladores del postrasvase Júcar Vinalopó. AXEL ALVAREZ / AXEL ALVAREZ

En cualquier caso, Jiménez quiso dejar claro que esta medida sería solo una opción a largo plazo y no una solución inmediata: «La realidad es la que tenemos y este tipo de proyectos solo genera expectativas que no existen». Insistió en que la idea no es nueva: «Ya la planteamos en 2018… es una vieja cantinela de hace muchos años. Hoy es una línea de trabajo, pero nada más».

En medio de esta incertidumbre, el Scrats ha convocado una asamblea abierta en Lorca el próximo 11 de noviembre, donde se abordará la problemática de las aguas subterráneas y se coordinarán acciones conjuntas del sector. Jiménez confía en que el encuentro sea «multitudinario» y sirva para trasladar a la sociedad la gravedad de la situación y la necesidad de medidas urgentes para garantizar la viabilidad de la agricultura en la Región de Murcia.

En definitiva, aunque la extensión del trasvase Júcar-Vinalopó hacia la cuenca del Segura es una alternativa real que está sobre la mesa, Jiménez insiste: «No es la solución que necesitamos ahora».

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