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Sanidad

"Que se reconozca que hubo negligencia es importante, aunque no recupere a mi hija"

Condenan al SMS a indemnizar con 700.000 euros a unos padres que perdieron a su hija durante el parto hace diecisiete años en la Arrixaca

La historia de Mª del Mar, una murciana que perdió a su hija en el parto por un negligencia médica en la Arrixaca

Israel Sánchez

Ana García

Ana García

Diecisiete años después María del Mar Vicente y su marido, Juan Carlos Moreno, podrán cerrar la etapa más dura de sus vidas. Diecisiete años después se hace justicia, aunque no la justicia que le hubiera gustado a estos padres, que el 16 de octubre de 2008 perdieron a su hija Ángela durante el parto en el Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia debido al sufrimiento de la niña y el retraso en la atención por parte de las dos ginecólogas que se encontraban de guardia.

Ahora, diecisiete años después, hay sentencia. El Juzgado de Primera Instancia 91 de Madrid ha condenado al Servicio Murciano de Salud (SMS) a indemnizar, a través de su aseguradora Zurich, a esta familia con 193.300 euros, más los intereses moratorios desde febrero de 2009, que ascienden a otros 500.000 euros, lo que hará que la indemnización final supere los 700.000 euros, tal y como detalla la abogada del matrimonio, Raquel García-Valcárcel, del despacho García-Valcárcel y Cáceres Abogados de Murcia.

Ellos pedían 250.000 euros, 150.000 por los daños a la madre y 100.000 por el padre, y aunque ha sido estimada parcialmente, sí que el juez ha actualizado los baremos y porcentajes que se deben aplicar por todo el sufrimiento que tuvo la madre, «que necesitó atención psiquiátrica y psicológica por la pérdida de su única hija», insiste la letrada.

María del Mar y Juan Carlos  reciben a La Opinión tras conocer la sentencia y muestran las ecografías.  | ISRAEL SÁNCHEZ

María del Mar y Juan Carlos reciben a La Opinión tras conocer la sentencia y muestran las ecografías. / Israel Sánchez

La sentencia llega por la vía civil, después de que se archivara la demanda penal que los padres interpusieron en un primer momento con la petición de inhabilitación y pena de cárcel por un presunto delito de homicidio por imprudencia grave para las dos médicas que debían estar en su puesto y haberla atendido.

María del Mar Vicente ingresó en la Arrixaca de parto el 16 de octubre de 2008. Después de varios ciclos de fecundación y dos embarazos fallidos para intentar ser padres, parecía que esta vez iba todo bien, el embarazo llegó a término y se puso de parto. Ángela iba a nacer. La dilatación avanzaba y cuando ya estaba de entre 6 y 7 centímetros el monitor avisó de que algo no iba bien, había sufrimiento fetal.

Las matronas estaban presentes, pero la responsabilidad de atender el parto era de las ginecólogas que estaban de guardia y a las que se avisó personalmente, a través del busca y de otras compañeras sin que se personaran en el paritorio. Los testigos llegaron a señalar en sus intervenciones que ambas se habían marchado a cenar y por ello no estuvieron en su puesto cuando se las necesitaba.

El informe del propio médico forense indicó que «hubo un retraso injustificado entre la aparición de signos de pérdida de bienestar fetal y la adopción de medidas urgentes y necesarias, como era la práctica de una cesárea, lo que provocó una anoxia intrauterina y la muerte» de la niña.

Crearán una fundación con el nombre de Ángela

La lucha de María del Mar y Juan Carlos no busca la compensación económica por la pérdida de su hija Ángela, sólo querían justicia y que pagaran las ginecólogas que no estuvieron en su puesto durante el parto. Por ello, ahora que el proceso ha finalizado y ya hay sentencia, ambos han decidido que el dinero que reciban de la indemnización lo emplearán en ayudar a otros niños que lo necesiten o tengan problemas de salud. Para ello ya están dando los pasos para crear una fundación con el nombre de su hija y han acudido a una asesora que les ayudará en esta nueva aventura. «Así esperamos que la muerte de Ángela sirva para ayudar a otros niños», afirma María del Mar Vicente.

Esto llevó a María del Mar Vicente a sentirse «desatendida y abandonada por parte del personal médico», lo que le llevó a necesitar atención especializada.

Ahora, tras conocer la sentencia y la condena al SMS, la afectada explica a La Opinión que «supone un alivio porque, por fin, podemos cerrar este capítulo, el judicial, y la incertidumbre constante y el dolor que nos generan las citaciones». La última vista en Madrid fue el pasado 16 de octubre, el mismo día que falleció su hija, «es algo que te pone los pelos de punta y que te hace revivirlo todo de nuevo».

Sin embargo, también reconoce tener sentimientos encontrados porque al terminar el proceso «es como si mi lucha por ella hubiera terminado».

Para esta murciana «el que se reconozca en la sentencia que hubo una negligencia es lo más importante, aunque ya no vaya a recuperar a mi hija. Al menos hay constancia de ello, de lo que se hizo mal, y se reconoce el daño moral que nos han causado».

En estos años María del Mar Vicente ha estado en tratamiento, con periodos de más y menos estabilidad, y aunque afirma que el duelo ya lo ha superado, lo que no consigue olvidar son «las horas que me pasé llorando sola, sin atención. Eso es lo que me ha dejado el estrés postraumático grave que tengo y con el que tendré que aprender a vivir», a lo que añade que «cuando se acerca el 16 de octubre mi cuerpo reacciona, guarda memoria de ese dolor tan grande que no logro superar».

Su marido, Juan Carlos Moreno, también se muestra aliviado de haber terminado y poder cerrar esta lucha, aunque ambos reconocen que no es el resultado que les hubiera gustado.

«Nosotros no queríamos dinero. Iniciamos la vía penal porque nuestro objetivo era que las ginecólogas pagaran el daño causado», explica María del Mar, quien reconoce que «nos queda la espina de que no sean ellas las que paguen». Recuerda que el archivo de la causa penal -que se alargó durante 15 años- le provocó un bloqueo total durante más de un año, «me llevó a no creer en la justicia», pero no querían dejar de luchar, por lo que optaron por la vía civil.

Tras diecisiete años de lucha en los tribunales y destrozaza por el dolor de perder a su hija Ángela en el parto, ve con alivio el resultado y cree que el cerrar este capítulo les ayudará a seguir adelante.

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