Arte
La seguridad de los museos de la Región, en pañales
La Opinión visita varios espacios expositivos de Murcia y Cartagena y comprueba que en ninguno existe escáner a la entrada, solo hay vigilantes en algunas salas e incluso sería fácil tocar las piezas: Cultura anuncia una inyección de 90.000 euros para proteger más y mejor estos lugares donde se custodia el patrimonio

Un vigilante de seguridad mira una de las salas del Museo de Bellas Artes de Murcia. / Israel Sánchez
Al Museo de Bellas Artes de Murcia (Mubam) se puede acceder perfectamente con botellas y un spray de pintura, porque en la entrada no hay ningún arco de seguridad que detecte la presencia de estos elementos en el bolso del visitantes, tal y como ha podido comprobar este periódico. Pasa lo mismo en el Museo de la Catedral, en el Museo Arqueológico de Murcia, en el Museo Gaya y en el Museo Regional de Arte Moderno (Muram), ubicado en la ciudad de Cartagena.
Esta ausencia de control en los accesos facilitaría las cosas a unos hipotéticos activistas climáticos que quisieran perpetrar una acción contra una obra de arte. Recientemente, en el Museo Naval, en Madrid, unos individuos arrojaron pintura al cuadro Primer homenaje a Cristóbal Colón; hace años, hubo por todo el mundo ataques al Laocoonte, La joven de la perla, Los girasoles y La Gioconda, entre otras joyas.
"La seguridad en los museos de la Región de Murcia es una prioridad para el Gobierno regional", aseguran desde la Consejería de Cultura
La seguridad de los museos está de actualidad, además, a raíz del robo del Louvre, cuando unos delincuentes que fingieron ser operarios accedieron al museo parisino empleando un montacargas y se llevaron nueve piezas de las Joyas de la Corona de Francia.
En el caso de la Región, La Opinión ha corroborado que no entraña dificultad alguna introducirse en las instalaciones de media docena de espacios expositivos llevando encima sustancias u objetos que pueden suponer un riesgo para la integridad tanto de las personas que visitan el lugar como del patrimonio que se custodia y exhibe allí. Desde la Consejería de Cultura, de la cual dependen seis museos de la Región, anuncian una inyección de dinero para mejorar las medidas de seguridad.
Museo de la Catedral
Emplazado en el interior del templo más importante de la Región, el Museo de la Catedral, que alberga joyas como el San Jerónimo de Salzillo, carece de arco de seguridad en su entrada. Hay empleados y se aprecia la presencia de cámaras a primera vista, en los techos. La entrada cuesta 4 euros.

La talla de San Jerónimo de Salzillo, una de las joyas que se custodian en el Museo de la Catedral de Murcia. / Israel Sánchez
Al entrar, a mano derecha, hay un frontal de sarcófago romano (reutilizado en el siglo XVI) sin cristal ni protección alguna. Sí se exhiben en el interior de vitrinas tesoros como las coronas de la Virgen de la Fuensanta y el Niño Jesús, de oro fundido, repujado, cincelado y grabado en 1781.
Una escaleras conducen a la parte superior del emplazamiento, en la cual, un viernes a las once de la mañana, trabaja un solo vigilante para toda la planta. Hay un espacio, junto a las exposiciones, en el que dos empleadas teclean delante de un ordenador.
A los vándalos que quisiesen dañar una obra de arte les pillarían si hacen el destrozo, pero no se impediría el destrozo
San Jerónimo, la pieza estrella, está al fondo del habitáculo. Sin cristal ni cordel siquiera delante. Si se le pusieran delante unos individuos con oscuras intenciones, y quisieran vandalizarlo, el vigilante interceptaría a estas personas, pero el daño a la escultura creada por el genio en 1755 podría ser cuantioso. Esto es: a los bárbaros les pillarían si hacen el destrozo, pero no se impediría el destrozo.
Mubam
En el Museo de Bellas Artes de Murcia tampoco hay escáner al entrar. Muchas de los cuadros carecen de un cristal que los proteja.
Al entrar, una de las primeras obras que ve el visitante es la pequeña Gitana de la naranja, pintada por Julio Romero de Torres en 1925. Muy cerca cuelga la preciosa y más grande Alegoría de la primavera, óleo de Inocencio Medina Vera fechado en 1903. También destaca Estudio para el dos de mayo, de Joaquín Sorolla. La gran mayoría de los cuadros no tienen un cristal protector, algo que se aprecia a simple vista.

Un spray de pintura asoma del bolso que porta una mujer mientras mira el cuadro ‘Mujeres en el balcón’, firmado por Luis Garay, en el Mubam de Murcia. / Israel Sánchez
En el Mubam solamente hay un vigilante de seguridad para todo el edificio, confirman trabajadores in situ, que apuntan que, en el inmueble contiguo, hay otro. Junto a estos profesionales, hay dos trabajadoras: una en recepción y otra en una de las salas de arriba.
Sí están protegidas tras una vitrina las figuritas de belén que hicieron Nicolás Salzillo (Reyes Magos y paje) y su hijo Francisco (nacimiento), en barro policromado el primero, en madera tallada el segundo, en el siglo XVIII.
El tesoro de Nuestra Señora de las Mercedes, en Cartagena, sí tiene un sistema antirrobo especial
La bella estatua Corazón de Jesús Niño y Buen Pastor, también de Francisco Salzillo, sí está protegida en una urna transparente.
Arqueológico de Murcia
Al igual que en los dos anteriores, ni escáner en la puerta, ni cristales para proteger algunas piezas ni demasiada vigilancia. Por ejemplo, una dama ibérica en piedra, hallada en Cehegín, o varias basas de columnas se podrían hasta tocar. No obstante, muchos fragmentos escultóricos y amuletos sí están en vitrinas.

En el Arqueológico muchos fragmentos escultóricos y amuletos sí están en vitrinas. / Israel Sánchez
El museo ubicado en el paseo Alfonso X de Murcia alberga colecciones de yacimientos arqueológicos de la Región y propone «un viaje desde el Paleolítico hasta el siglo XX», se lee en la web de Turismo. De forma temporal, acoge la muestra itinerante El abrigo de las ruinas, un proyecto, con 60 paneles con textos y fotos, que reúne ejemplos internacionales de intervenciones destinadas a preservar el patrimonio arqueológico.
Museo Gaya
De titularidad municipal y entrada libre, tampoco hay escáner en la entrada. Las estancias se pueden recorrer sin cruzarse con vigilantes y las cámaras, si las hay, no están a la vista, a excepción de la que se aprecia en la última planta del edificio, donde está la recreación del estudio del artista.

Mesa con cuentos infantiles y colores en el Gaya, espacio que alberga en muchas ocasiones actividades para niños. / Israel Sánchez
En el museo ubicado en la murciana plaza de Santa Catalina hay ventanas y balcones, espacios que podrían aprovechar los hipotéticos amigos de lo ajeno que quisiesen emular lo ocurrido en el Louvre.
Muram
Al Museo de Arte Moderno se accede por una puerta sin escáner y nadie vigila lo que lleva el visitante.

Una pareja entra por la puerta del Museo Regional de Arte Moderno (Muram) de la ciudad del Cartagena, donde tampoco existe arco de seguridad ni escáner. / Iván Urquízar
Dentro, las salas cuentan con sistemas antirrobos y cámaras distribuidas, algunas visibles en el techo.
Arqva
En el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (Arqva) se aprecia más seguridad: no en vano alberga el tesoro de Nuestra Señora de las Mercedes, la fragata de guerra española que naufragó a principios del siglo XIX tras el ataque de la marina británica.
Así, en el Arqva el visitante observa a simple vista más personal de seguridad que en otros espacios. Y más cámaras. En cuanto al tesoro, cuenta con un sistema antirrobo especial, en el cual el cristal que sí cubre a las monedas está conectado a una alarma. Se trata de un museo que depende del Gobierno central, no de la Consejería de Cultura ni del Consistorio.
Lo que dice la Consejería
A preguntas de esta redacción, desde la Consejería de Cultura explicaron que «precisamente, a lo largo de este año, el Gobierno regional está llevando a cabo nuevas actuaciones de mantenimiento, de mejora y de modernización de los sistemas de seguridad en los museos de titularidad o gestión regional».
«Estas actuaciones suponen una evolución de los medios de seguridad con los que ya contaban los espacios expositivos regionales, y han alcanzado una inversión cercana a los 90.000 euros», aseguraron desde el departamento de Carmen Conesa.
«En materia de mejora y modernización, el Servicio de Museos ha realizado una inversión de 18.000 euros para la actualización de los sistemas de seguridad en el Museo de Bellas Artes de Murcia, mientras que el Servicio de Seguridad de la Comunidad ha destinado 50.000 euros a la actualización de los sistemas del Museo Arqueológico de Murcia. Ambos proyectos se encuentran actualmente en fase de ejecución», detalla la Consejería.

Visitantes en el Muram de Cartagena, en cuyo techo se aprecian cámaras de seguridad, el pasado viernes. / Iván Urquízar
«El resto de los recursos se destina al mantenimiento general de los sistemas de seguridad. A lo que hay que sumar una inversión total en vigilancia presencial superior al millón de euros», desgranaron.
«La seguridad en los museos de la Región de Murcia es una prioridad para el Gobierno regional, tanto pensando en los visitantes como en las propias obras a las que da cabida», aseveraron desde la Consejería de Cultura.
Sin embargo, precisaron que «por razones de seguridad, no podemos detallar los procedimientos ni protocolos específicos que se aplican a la seguridad de las salas expositivas, aunque sí podemos afirmar que disponen de unos mecanismos preventivos y de respuesta inmediata, coordinados con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que hasta el momento han resultado eficaces y resolutivos».
Lo que dice el Ministerio
Desde la Delegación del Gobierno en Murcia, como representante del Ejecutivo central que dirige Pedro Sánchez, apuntaron que "los museos, como responsables de la conservación y seguridad de los bienes que custodian, despliegan diferentes medidas que incorporan tanto recursos humanos como tecnológicos. Tales medidas abarcan desde el control de las condiciones ambientales de conservación, hasta su estricto control documental mediante sistemas informatizados de gestión museográfica, pasando por los diversos mecanismos de vigilancia y seguridad física".
"En este último sentido, la presencia de sistemas monitorizados de control con circuitos cerrados de videovigilancia y sistemas de alarma con conexión a centrales de alerta; la instalación de barreras físicas, de cristales de protección, de vitrinas antirrobo y otros soportes de protección; así como la presencia en sala de personal de vigilancia junto con la contratación de empresas de seguridad especializadas, son, entre las más destacadas, algunas de las principales garantías para la integridad de los bienes culturales", destacaron desde la citada institución.
"Si bien no existe un único protocolo de seguridad a nivel nacional, cada museo, ya sea de titularidad pública (estatal, autonómico o local) o privada, adapta estas medidas en función de la naturaleza y tipología de museo, así como de las especificidades de sus colecciones y su entorno físico", incidieron desde la Delegación.
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