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Día Mundial Contra el Cáncer de Mama

La mitad de las mujeres reanudan su vida laboral al año del tratamiento del cáncer de mama

La directora de la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo señala que la quimioterapia es la principal barrera para volver en las pacientes de cáncer de mama

Araceli López-Guillén comenta con La Opinión los resultados del trabajo recientemente publicado. | JUAN CARLOS CAVAL

Araceli López-Guillén comenta con La Opinión los resultados del trabajo recientemente publicado. | JUAN CARLOS CAVAL

Ana García

Ana García

El cáncer es una enfermedad que irrumpe en la vida de una persona originando un frenazo en seco en todos sus ámbitos: personal, familiar y laboral. El diagnóstico precoz y el avance en los tratamientos hace que las tasas de supervivencia y recuperación sean cada vez mayores, por lo que tras superar la enfermedad hay que ir retomando esas esferas que habían quedado en un segundo plano. Uno de los retos a los que se enfrentan las pacientes de cáncer de mama es la vuelta a su vida laboral, un ámbito que en ocasiones necesita una adaptación de horarios, rutinas y tareas.

Concretamente, más de la mitad de las mujeres reanudan su actividad laboral en el plazo de doce meses desde el tratamiento del cáncer de mama y en estos casos «la adaptación del lugar de trabajo jugó un papel clave en el regreso exitoso». Así lo afirma la doctora Araceli López-Guillén, médico del Trabajo murciana, directora de la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo (ENMT) y catedrática en la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), quien precisamente acaba de publicar un artículo titulado ‘Factores que pueden influir en el retorno al trabajo de las supervivientes de cáncer de mama’ en la revista Medicina y Seguridad del Trabajo del Instituto de Salud Carlos III en el que analiza esta realidad.

La especialista explica a La Opinión que en esta revisión sistemática ha realizado una recopilación sobre todo lo publicado hasta el momento sobre esta vuelta al ámbito laboral de las pacientes, una fase crucial de la recuperación que simboliza la vuelta a la normalidad y la independencia de estas mujeres. El trabajo recoge que la reincorporación laboral de las pacientes que han superado un cáncer de mama es un tema relevante y cada vez más frecuente debido al aumento de la supervivencia y el diagnóstico precoz de la enfermedad.

Las mujeres de más de 40 años tienen más opciones de conservar sus empleos

Pero en esta experiencia intervienen múltiples factores que son los que reflejan no solo la recuperación física, sino también la reintegración social y profesional. Estos elementos se agrupan en las dimensiones: personal, clínica y laboral. La doctora López-Guillén afirma que en el ámbito personal, factores como la edad, el nivel educativo y el apoyo social tienen un impacto significativo. Las mujeres más jóvenes y con mayor formación suelen reincorporarse con mayor facilidad, especialmente si cuentan con redes de apoyo sólidas. Mientras que desde la perspectiva clínica, el tipo de tratamiento recibido y los efectos secundarios persistentes, como suelen ser fatiga, dolor o linfedema, pueden limitar la capacidad funcional y retrasar el regreso al entorno laboral.

En tercer lugar, los factores laborales también son determinantes. La naturaleza del empleo, la flexibilidad de horarios, las condiciones físicas del puesto y el grado de comprensión del entorno laboral influyen directamente en la reincorporación. Ante estas situaciones, Araceli López-Guillén sostiene que «las políticas de adaptación progresiva y los programas de rehabilitación ocupacional pueden facilitar este proceso».

Tasa de retorno

En España, el porcentaje de retorno al trabajo de las mujeres supervivientes de cáncer de mama doce meses después de su recuperación es del 53%, una cifra similar a la que registran países como Francia (54,3%), pero muy alejada de la que se da en Dinamarca y Países Bajos (62%); Suecia (65%); China (68,2%); Japón (73%); Estados Unidos (80%); y Colombia (93%).

En este caso, la directora de la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo dice que no se pueden comparar estas cifras sin más sin tener en cuenta los factores externos que influyen en ellas, ya que en muchos países están más relacionadas con criterios sociosanitarios que laborales, pues depende mucho de las coberturas económicas que existan en cada territorio, de los convenios colectivos y de si se trata de autónomos o trabajadores del sistema general, ya que los primeros se suelen incorporar antes.

El trabajo publicado por la revista del Instituto de Salud Carlos III apunta que «el camino de vuelta al trabajo no es fácil», la incorporación laboral supone un punto de contraste difícil en cuanto a la percepción del antes y el después del cáncer. Entre los factores que influyen, destacan aquellos relacionados con la enfermedad y el tratamiento. Aunque la quimioterapia es un tratamiento eficaz contra el cáncer de mama, «existe una amplia evidencia de que la quimioterapia es la barrera más importante para el retorno al trabajo debido a sus efectos adversos (náuseas, vómitos, fatiga, depresión, disfunción cognitiva) y a que, a diferencia de los tratamientos quirúrgicos o radioterapéuticos, requiere numerosas citas hospitalarias que dificultan la continuidad laboral», señala el informe. Las secuelas de la cirugía supunen a su vez un problema, así como la fatiga.

También menciona la autora del trabajo que las mujeres de 40 o más años, en comparación con las menores de 40, presentan mayor probabilidad de conservar sus respectivos empleos después del tratamiento y de reincorporarse a su anterior puesto en un menor espacio temporal. Una realidad marcada por múltiples factores en cada uno de los casos.

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