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Salud mental

El año 2024 cierra sin ningún suicidio en menores de 20 años en la Región

Las cifras se siguen reduciendo con 105 casos el pasado año, trece menos que en 2023n El estigma de la discapacidad, principal barrera para la prevención

Ana García

Ana García

Tras varios años consecutivos de aumentos, en los que las tasas de suicidios seguían una línea ascendente que parecía no tener freno, los datos muestran un cambio de tendencia. Las cifras no sólo se han frenado, sino que han comenzado a reducirse en 2023 y 2024, tanto a nivel nacional como autonómico. La realidad muestra, además, que en uno de los grupos de población más vulnerables, los menores de 20 años, durante el pasado año no se contabilizó ningún suicidio en la Región de Murcia, frente a los 7 que hubo en 2021, justo el año posterior a salir del covid, cuando los problemas de salud mental y las ideaciones suicidas se dispararon de forma muy alarmante.

Estos son algunos de los datos que se pusieron este martes sobre la mesa en la V Jornada sobre Psicología y Suicidio que se celebró en el Colegio Oficial de Psicología de la Región de Murcia, un encuentro que se organiza desde sus inicios en colaboración con La Opinión y en el que también participan Consejería de Salud y Ayuntamiento de Murcia.

El propio consejero Juan José Pedreño daba a conocer durante la inauguración del encuentro las últimas cifras provisionales de la Región de Murcia y que corresponden a 2024, cuando se registraron 105 suicidios en la comunidad, 13 menos que en 2023, ninguno de ellos en menores de 20 años. Esto ha llevado a que también se reduzca la tasa de 7,6 a 6,7 suicidios por cada 100.000 habitantes, por debajo incluso de la media nacional que se sitúa en 7,8, según indicó.

Pese al descenso de la mortalidad, la Región registra un aumento del 7,2% en las autolesiones en el último año, lo que lleva a pensar a los responsables de la Consejería que «el trabajo que se viene haciendo con los profesionales nos está permitiendo identificar antes estas conductas para actuar».

Para Pedreño «todas las actuaciones suman y es necesario dar visibilidad al suicidio para trabajar en su prevención, dejando los tabús y estigmas».

Suicidio y discapacidad

La jornada del Colegio de Psicología de este año se ha centrado en Suicidio y Discapacidad, un ámbito en el que «los afectados sufren una doble vulnerabilidad que resultaba necesario atender», tal y como detallaba ayer la decana del colegio, Pilar Martín, quien aprovechó su intervención en la apertura para poner el acento en el problema tan importante de salud pública que supone el suicidio, con once muertes cada día en nuestro país.

Así, insistió en que aunque la incidencia hayan descendido en los últimos dos años, «las cifras siguen siendo escalofriantes» porque sigue costando mucho hablar de suicidio y es algo que se debe normalizar.

Los profesionales reclaman conocer las cifras de suicidios entre personas con discapacidad

Martín mostró su preocupación por el elevado riesgo de conducta suicida que presentan las personas con discapacidad, que suelen ser cuidadas por familiares o personas cercanas. Recordando que «el cuidador también necesita cuidados».

Precisamente, una de las necesidades en las que coincidieron los participantes en el encuentro es la urgencia de acabar con el estigma que tienen las personas con discapacidad, ya que ésta es la principal barrera para la prevención.

Para abordar el cuidado de la salud mental y la prevención del suicidio en las personas con discapacidad, el acto de este martes se estructuró en dos mesas redondas y varias intervenciones individuales que permitieron a los asistentes hacerse una idea de cuál es la situación y los aspectos a mejorar.

En la mesa institucional se contó con la voz de responsables del ámbito político, administrativo y asociativo, quienes abordaron un problema complejo del que se habla en pocas ocasiones.

La directora general de Salud Mental de la Consejería de Salud, María José Lozano, hizo un repaso por varios de los proyectos que tienen en marcha y otros en los que están trabajando, como el Código de Riesgo Suicida anunciado por el consejero Juan José Pedreño y con el que la Sanidad murciana dispondrá de un protocolo para homogeneizar la atención y organizar las tareas preventivas y de atención a estos pacientes.

El objetivo es que esta iniciativa comience a funcionar este mismo mes de septiembre, para lo cual ya se está formando a los profesionales sanitarios que intervienen en la atención a estos pacientes.

Pero también desde esta dirección general se viene trabajando para hacer más accesible a los usuarios la red de Salud Mental, para lo cual se cuenta con cartelería y pictogramas y el pasado año se implantaron los bucles magnéticos para las personas con problemas auditivos.

Las muertes se reducen en Murcia, pero crecen un 7,2% los casos de autolesiones

La Administración reconoce desde el ámbito de la discapacidad que aún quedan muchas cosas por hacer y que «una de las líneas en las que trabajamos es la diversificación de los servicios, con la vista puesta en la promoción de la autonomía personal», dijo la subdirectora general de Personas con Discapacidad, Salvadora Titos.

Durante su intervención también insistió en que a la hora de hablar de suicidio y discapacidad no hay que olvidar el peso que tienen los determinantes sociales y la red de apoyo familiar.

El encuentro sirvió para conocer el trabajo que desarrolla la Comisión de Discapacidad de la Asamblea Regional a través de Luz Marina Lorenzo, una de sus miembros, quien recordó que «este es el altavoz» para lograr las mejoras que necesitan estas personas.

Las personas con discapacidad tienen un riesgo de entre dos y tres veces mayor a presentar conducta suicida que el resto de la población, según dijo ayer presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) en la Región de Murcia, Pedro Martínez.

En su caso, sí que insistió en el carácter multifactorial de este riesgo, ya que en él intervienen factores psicológicos, por ejemplo, tras sufrir un accidente; los tratamientos largos; el dolor; la red familiar; o el nivel económico, que también hace que la persona socialice más o que se refugie en la soledad.

Varias de las voces autorizadas coincidieron en la jornada del Colegio de Psicología en que para conocer la realidad y poder desarrollar políticas públicas es necesario conocer los datos desagregados de cuántos de los suicidios corresponden a personas con discapacidad, ya que es necesario saber de qué punto se parte.

Dos elefantes en una habitación

En primera persona habló el psicólogo del Colegio de Cataluña Felipe Yagüe, quien a su vez tiene una discapacidad visual. Yagüe lamentó que en la mayoría de las ocasiones los círculos sociales de las personas con discapacidad les evitan para no preguntar, para no incomodarlos, «pero la sensación de dolor por la pérdida que tiene una persona con discapacidad adquirida es menor con acompañamiento».

Este profesional utilizó la metáfora de que el suicidio y la discapacidad son como dos elefantes en una habitación. «Están ahí, son enormes, pero la sociedad prefiere mirar hacia otro lado», por lo que dijo que ya es hora de hablar de frente de lo que duele.

Once vidas

La jefa de sección de El Mundo y coordinadora del proyecto Once vidas, en referencia a las once personas que se quitan la vida cada día en España, Yaiza Perera, abordó ayer en Murcia el papel que tienen los medios de comunicación en la prevención del suicidio y sostuvo que aunque existe una responsabilidad compartida, «el estigma es la principal barrera para avanzar en la prevención», un estigma que entre las personas con discapacidad es doble, «lo que supone una carga muy peligrosa».

Perera puso sin lugar a dudas el enfoque más humano de la jornada, ya que acercó a los asistentes los casos reales de personas con discapacidad o que han intentado suicidarse y los sentimientos que atraviesan. Entre ellos destacó la historia de Regino de Miguel, un joven autista que se comunica tecleando con un asistente personal y que se ha marcado como meta ser periodista, pero quien siente que muchas personas le miran como si fuera «tonto» por no hablar.

La última de las mesas abordó la situación del suicidio y la discapacidad desde el prisma profesional de tres psicólogas: Verónica Rodríguez, psicóloga especializada en atención a personas con discapacidad intelectual; Tania Sánchez, psicóloga y neuropsicóloga clínica; y Timanfaya Hernández, psicóloga sanitaria y forense y decana del Colegio de Psicología de Madrid.

Esta última lamentó que «vivamos en una sociedad hedonista y que piensa que el suicidio y la discapacidad es cosa de otras», recordando que el 70% de las discapacidades son adquiridas y «no vivimos con la percepción de que en cualquier momento nos puede tocar a nosotros».

Por su parte, Tania Sánchez mencionó la pérdida de rumbo que sufren muchas personas cuando reciben el diagnóstico de discapacidad, al tiempo que Verónica Rodríguez insistió en que «sin datos no hay políticas».

El cierre de la V Jornada sobre Psicología y Suicidio corrió a cargo de la concejala de Bienestar Social, Familia y Salud del Ayuntamiento de Murcia, Pilar Torres, que recordó que Murcia está adherida a la estrategia nacional y tiene en marcha talleres y proyectos en centros educativos, en los que han participado más de 16.000 jóvenes. Además, anunció que el Consistorio creará una nueva unidad gracias a un convenio con el Colegio de Psicólogos para derivar los casos más complejos a estos profesionales. Un nuevo paso para seguir ayudando.

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