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Entrevista | Pedro Martínez López Presidente del Cermi Región de Murcia

"El suicidio de personas con discapacidad está invisibilizado"

El presidente del Cermi Región de Murcia será ponente en una de las mesas de debate que se celebrarán durante las V Jornadas sobre Psicología y Suicidio, que organiza el Colegio de Psicología con la colaboración de La Opinión, el Gobierno regional y el Ayuntamiento de Murcia

Pedro Martínez, presidente de Cermi Región de Murcia, en su despacho.

Pedro Martínez, presidente de Cermi Región de Murcia, en su despacho. / L.O.

El suicidio es un tema todavía muy silenciado en la sociedad. ¿Qué llevó a Cermi Región de Murcia a implicarse en las V Jornadas de Psicología y Suicidio y a poner el foco en la relación entre suicidio y discapacidad?

Fue una colaboración natural entre el Cermi y el Colegio de Psicología de la Región de Murcia, ya que muchos profesionales de nuestras entidades sociales están colegiados allí. En esta ocasión fue el Colegio quien nos contactó, pero impulsado también por las demandas de los propios psicólogos que trabajan con personas con discapacidad.

¿Cómo se pretende abordar en las jornadas dos temas tan complejos como el suicidio y la discapacidad?

Uno de los principales problemas es la falta de datos. La idea es explicar cuáles son las características que pueden llevar a una persona con discapacidad a tener ideas suicidas o incluso a intentarlo, y analizar los factores que intervienen en ello. También plantearemos recomendaciones que ayuden a reducir estas tasas en el colectivo.

¿Cuáles son los principales factores de riesgo que pueden llevar a una persona con discapacidad a tener ideaciones suicidas?

Existen varios. En primer lugar, los problemas de salud graves, como el dolor crónico, que pueden derivar en pensamientos suicidas. También los trastornos de salud mental, que además arrastran un fuerte estigma. A ello se suman factores económicos, la discriminación, el acoso o el bullying, especialmente en la infancia y adolescencia.

Otra circunstancia relevante es la discapacidad sobrevenida, por ejemplo tras un accidente o una enfermedad grave, que puede generar un fuerte impacto emocional. En general, se trata de factores múltiples y combinados. El problema es que no existen estudios detallados que permitan conocer con precisión estas causas. Por eso, una de las principales recomendaciones es promover investigaciones exhaustivas que sirvan de base para la prevención.

¿Ha conocido personalmente algún caso de personas con discapacidad que hayan tenido ideaciones suicidas?

Sí, desde las entidades hemos conocido casos tanto de familiares de personas con discapacidad grave como de las propias personas con discapacidad que han tenido intentos de suicidio, e incluso algunos que se consumaron. Estos casos se relacionan con problemas de salud mental, acoso o rechazo social.

Si tuviera que dar una recomendación a las familias que conviven con personas con discapacidad y que temen por su bienestar emocional, ¿cuál sería?

La prevención debe abordarse de manera conjunta: familia, profesionales, administración y la propia persona con discapacidad. La familia tiene un papel esencial: hablar y escuchar, conocer sus pensamientos y preocupaciones, especialmente en jóvenes o en quienes adquieren una discapacidad de forma repentina. Es fundamental fomentar relaciones sociales, apostar por una educación inclusiva, apoyar la formación y el acceso al empleo, y favorecer una vida independiente. Y, por supuesto, ante cualquier señal de alarma, acudir de inmediato a profesionales de la psicología.

¿Está preparado el sistema sanitario de la Región para prevenir el suicidio en personas con discapacidad o todavía queda trabajo por hacer?

Faltan recursos, empezando por estudios e investigaciones que permitan conocer los casos en profundidad. También hay carencia de profesionales: médicos, psicólogos y psiquiatras. Las consultas suelen demorarse demasiado y, en estas situaciones, la persona necesita atención inmediata. El suicidio debe abordarse con la misma urgencia que una emergencia médica, aunque no se trate de una herida física visible.

En España aún pesa el estigma, tanto sobre la discapacidad como sobre el suicidio. ¿Cómo se pueden combatir dos tabúes tan fuertes a la vez?

Lo primero es visibilizar. En España se producen cerca de 11 suicidios al día, unos 4.000 al año. Son cifras muy altas y, sin embargo, muchas veces se ocultan, tanto por las familias como por la sociedad. Igual que se ha trabajado en la prevención de accidentes de tráfico o en la sensibilización sobre el cáncer, debemos hablar del suicidio con naturalidad, concienciar a la sociedad y asumir que es un problema que requiere intervención.

¿Qué medidas propone Cermi?

Fundamentalmente investigación y prevención. La prevención debe comenzar en la etapa escolar, con formación que permita detectar señales de riesgo no solo a la familia, sino también a amigos, profesores o compañeros de trabajo. Cuantas más personas tengan herramientas para identificar estas situaciones, más fácil será prevenir.

En el Cermi insisten en la importancia del empleo como herramienta de inclusión. ¿Hasta qué punto el acceso a un trabajo digno puede ser un factor protector frente al riesgo suicida?

El empleo es clave. No solo proporciona estabilidad económica, sino también integración social y sentido de pertenencia. Una persona con discapacidad que trabaja se siente útil y reconocida como un ciudadano más. Sin embargo, las cifras de desempleo en este colectivo son muy altas: alrededor del 56% de las personas que podrían trabajar no lo hacen. Esta falta de oportunidades laborales se suma a otros factores de riesgo y puede incrementar la vulnerabilidad al suicidio.

Para terminar, me gustaría que enviara un mensaje esperanzador a las personas con discapacidad y a sus familias que puedan estar pasando por un mal momento.

El mensaje esperanzador es que no están solas. Estas jornadas demuestran que administración, entidades sociales, profesionales y colegios profesionales están trabajando juntos para visibilizar la situación y buscar soluciones. También los medios de comunicación tienen un papel fundamental como aliados para informar con rigor y ayudar a derribar estigmas. Seguiremos investigando, analizando y poniendo en marcha recursos para que las personas con discapacidad y sus familias cuenten con apoyos adecuados y puedan mirar al futuro con esperanza.

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