Medio ambiente
Reactivan la vigilancia en Isla Grosa tras las protestas de los centros de buceo
El servicio funcionará hasta el mes de septiembre y estará compuesto por guardias rurales, buzos y patrones de embarcación

La renaudación del servicio de control de visitantes busca prevenir impactos en la Isla Grosa. / CARM
Clubes de buceo y colectivos ecologistas han denunciado que la falta de vigilancia en Isla Grosa, espacio catalogado como ZEPA, desde que comenzó el año ha provocado serios daños ecológicos debido a la proliferación de la pesca furtiva y a las embarcaciones de recreo. Además, esta situación ha generado situaciones de riesgo para los buceadores. Según Ignacio Larrea, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Centros de Buceo de la Región, han tenido en los últimos meses problemas «tremendos; nos han pasado por encima motos de agua, embarcaciones de alquiler, e incluso no han llegado a echar encima el ancla».
Otro punto polémico es que a pesar de que han estado todos estos meses sin vigilancia, los buceadores han tenido que seguir pagando una tasa de 3,56 euros, sin recibir nada a cambio. «Se sacaron de la manga esta tasa, y la equipararon a las tasas de Cabo de Palos, y nos parece una auténtica barbaridad», señala Larrea, que añade que esta tasa «supone el 10 por ciento de nuestro precio venta; para que te hagas una idea: imagina que vendes coches y que de cada diez que vendes le tienes que dar uno a la Administración, esto no puede ser». Cabe destacar, que esta asociación ha solicitado en varias ocasiones, además de que se adelante el dispositivo de vigilancia, la retirada de esta tasa, que consideran «abusiva».
Desde la Consejería de Medio Ambiente informaron que se ha reactivado desde ayer el servicio de vigilancia y control de visitantes en el Espacio Natural Protegido de Isla Grosa y el islote del Farallón y que estará operativo hasta el mes de septiembre, coincidiendo con la temporada de mayor afluencia turística en la zona.
Para ello, se desplegará un equipo especializado formado por guardas rurales, buzos, patrones de embarcación y personal técnico, junto con los medios materiales necesarios para desarrollar su labor de forma eficaz.
Entre sus principales funciones, explican estas fuentes, se encuentran la supervisión de actividades como la navegación, el fondeo, la pesca y los desembarcos no autorizados, así como la realización de labores de sensibilización ambiental. Además, durante la campaña estival se llevará a cabo el mantenimiento y reposición de los sistemas de fondeo y boyas tanto en Isla Grosa y El Farallón como en los fondeos de Cabo de Palos.
Durante el periodo de mayor sensibilidad ecológica, hasta el 1 de septiembre, estará prohibida la navegación en la Zona de Conservación Prioritaria (ZCP), un perímetro de 300 metros alrededor de las islas, salvo autorización expresa para actividades reguladas como el buceo recreativo, las excursiones de turismo activo o investigaciones científicas, siempre bajo condiciones estrictas para minimizar el impacto ambiental.
Sólo en la campaña del año 2024, la Consejería de Medio Ambiente tramitó más de 25 denuncias por infracciones que afectaban a los valores naturales de la zona.
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