Foro del Mediterráneo
Arturo Bris: "España tiene un sector público elefantiásico"
España gana una posición en la lista de los países más competitivos del mundo, pero sigue en la parte baja de los países europeos, según el último ‘Ranking de Competitividad Mundial’

El director del Centro de Competitividad Mundial de IMD, Arturo Bris, durante su ponencia en el Foro del Mediterráneo. / Álex Zea
España ocupa este año el puesto 39 en el Ranking de Competitividad Mundial, que elabora anualmente la escuela de negocios IMD. Así lo desveló Arturo Bris, profesor de Finanzas y director del Centro de Competitividad Mundial de IMD, durante la ponencia 'Competitividad Europea', en el marco de la segunda edición del Foro Económico y Social del Mediterráneo que se celebra este martes en Málaga. Bris recordó que con esa posición España mejora una posición con respecto al año pasado, algo que estadísticamente no es muy relevante, pero “sigue en la parte más baja de la competitividad de los países europeos”. El director del Centro de Competitividad Mundial explicó que esta clasificación atiende a cuatro factores: la fortaleza económica del país, la eficiencia del gobierno, la eficiencia del sector privado y la calidad de la infraestructura, no sólo la referida a aeropuertos y autopistas, sino también a la calidad del sistema educativo o el de salud.
Para Bris, las dos fortalezas de España “son nuestra infraestructura y nuestra gestión económica, pero nuestra debilidad clara es la calidad de las políticas públicas y como consecuencia la falta de eficiencia del sector privado”. En este punto el profesor de Finanzas hizo referencia al informe Draghi, cuya principal conclusión es que existe una gran crisis de competitividad y de productividad en Europa.

Arturo Bris presenta los resultados del último Ranking de Competividad Mundial. / Álex Zea
Entre los países que no acusan problemas ni de productividad ni de competitividad citó a Suiza, Dinamarca, Suecia, Holanda, Irlanda, Finlandia o Alemania. Por su parte, aseguró, “España tiene un problema tanto de productividad como de competitividad”. Para Bris, el modelo a seguir para España no debe ser Estados Unidos, sino estos países que “gestionan sus economías de manera que son productivas y prósperas”.
Antes de abordar los retos que tiene por delante España, Arturo Bris hizo mención a las fortalezas que se destacan de España por parte de los ejecutivos de las empresas del sector privado nacional, entre otras: la calidad de nuestra infraestructura, el dinamismo de la economía, el talento y las actitudes positivas y abiertas de la población. Ante esto, el director del IMD se pregunta por qué si tenemos una mejor infraestructura física que la de otros países del sudeste asiático o Latinoamérica, “no somos capaces de ser muchísimo más productivos”.
Para Bris, uno de los aspectos que lastra la competitividad española es la dimensión que ha adquirido el sector público, “que es un hecho que es menos productivo que el sector privado”. En cualquier caso, afirma que el verdadero problema es cuando esos sectores públicos son “demasiado grandes”. Aunque España no tiene, afirmó, muchos funcionarios, (hay muchos más proporcionalmente en Dinamarca) sí tiene “un sector público elefantiásico en el sentido de que toca demasiados sectores de nuestra economía". Eso explica, en opinión de Bris, que los mayores niveles de innovación se den en la periferia de España, particularmente en el Corredor Mediterráneo, “porque cuando estamos cerca del poder político central”, eso afecta y hace ineficiente al sector público.

Arturo Bris explica los retos que tiene por delante España para mejorar su nivel de competitividad. / Álex Zea
El tamaño de las empresas
Otro de los desafíos que afronta el país tiene que ver con el tamaño de sus empresas. En este sentido recordó que la mayor parte del empleo en España es creada por empresas medianas y pequeñas. “Tenemos un problema de escala” aseguró el director del IMD, que añadió que otro de los desafíos tiene que ver con la transición de pequeña a gran empresa. “El problema fundamental de España y de otros países es la financiación, es decir, no existe capital de crecimiento. Tenemos un gran nivel de innovación, tanto tecnológico como económico en general, pero nuestras empresas innovadoras carecen de la capacidad de crecer más allá del nivel de ‘unicornios’”.
La polarización política, un lastre
Otro de los retos a superar para España es el ligado a la calidad de las políticas y del gobierno. En este sentido alertó que, según la encuesta realizada por el IMD, este año el 92% de los ejecutivos españoles confiesan que la polarización política es el mayor problema para la creación de valor empresarial. “Y este dato asusta porque solo hay un país en el mundo que es peor en esta pregunta: Brasil. Estamos en el puesto 68 de 69 de países en polarización política”.
Para Arturo Bris, esta polarización hará “sufrir en el futuro” a España, porque en los países que están en lo más alto del ranking, como Suiza, existe un gran nivel de consenso pese a las discrepancias políticas, “y eso hace que carezcamos de una estrategia económica; por tanto, la calidad de las políticas requiere estabilidad de las políticas, que no es lo mismo que estabilidad política”.
Por último, hizo referencia a la importancia del talento y la educación. En este apartado informó que lo más alarmante es la fuga de talento. “Tenemos un sistema educativo que prepara graduados, pero no existen posibilidades laborales para esos graduados y la fuga de talento ha crecido de manera muy significativa en los últimos años”.

Arturo Bris, Carme Poveda y Víctor Luque, este martes en la Mesa '¡Europa, despierta!' del Foro del Mediterráneo. / Álex Zea
Tras la ponencia, dio comienzo la mesa redonda ¡Europa Despierta!, en la que además de Arturo Bris, participó Carme Poveda, directora de Análisis Económico de la Cámara de Comercio de Barcelona y Víctor Luque, director general de Trops, cooperativa de referencia en Europa en la producción y comercialización de aguacate y mango. El encuentro fue moderado por la directora adjunta de El Periódico, Gemma Martínez.
Para Carme Poveda, una de las claves para mejorar la competitividad europea es avanzar hacia “una mayor integración dentro de Europa, un mercado de 450 millones de habitantes con un poder adquisitivo medio y alto, porque el potencial de crecimiento del comercio intraeuropeo es enorme”. Poveda citó un informe del Fondo Monetario Internacional que se publicó el año pasado que calcula que las barreras arancelarias que existen actualmente por la fragmentación dentro de Europa equivalen a tener una tarifa arancelaria del 45% en el caso de los bienes y del 110% en el caso de los servicios.
Además, la directora de la Cámara de Comercio de Barcelona explicó que la propuesta del régimen 28 del exprimer ministro italiano, Enrico Letta, es “muy interesante”, ya que se trata de crear un estado ficticio en el cual se aplicarían unas normas básicas para las empresas y con ello podrían operar en cualquiera de los 27 estados miembros. Para Poveda es importante “apostar por el mercado único en ámbitos estratégicos”, como el de la energía, las telecomunicaciones o el transporte, lo que generaría empresas más grandes y con la capacidad de competir con China o Estados Unidos. En cuanto a la financiación, aseguró que los estados europeos van a tener que hacer un gran esfuerzo para coordinarse y hacer frente a la competitividad americana. Para ello consideró vital desarrollar el mercado de ahorro y de inversión y poder afrontar así toda la necesidad de inversión que requiere Europa en estos momentos.
Por su parte, el director general de Trops aseguró que los datos de las empresas españolas del sector agroalimentario son muy buenos. “Las exportaciones siguen creciendo”, indicó Luque, que celebró que se esté proyectando cada vez más esa visión del sector como elemento de soberanía alimentaria. “Sin queremos ser una Europa más competitiva debe asegurarse primero, como base, la soberanía alimentaria”, afirmó. Al igual que Bris, señaló que es muy importante avanzar hacia una mayor integración. “Hace falta ganar tamaño, no podemos competir en un mundo donde nuestros clientes, los retailers, son cada vez más grandes”.
También advirtió que es imprescindible aumentar las inversiones en innovación y logística y trabajar para que España sea la puerta de entrada para el boyante norte de África y los países de Latinoamérica.
Bris destacó que “España puede ser definitivamente uno de los motores de la de la economía paneuropea”. En este sentido, señaló que, durante los últimos años, el país ha logrado aumentar su productividad, y presentar balances financieros más saneados. Sin embargo, para terminar de explotar todo su potencial todavía se requiere avanzar, según Poveda, en un régimen fiscal competitivo, y tratar de reducir la burocracia o la excesiva y variada regulación de las diferentes comunidades autónomas. También ve como una gran oportunidad el desarrollo de iniciativas que buscan tejer alianzas entre distintos países europeos para avanzar en asuntos clave, sin requerir o tener que esperar al consenso de los 27.
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