La cereza murciana se abre paso con las nuevas variedades tempranas

Hace unos años parecía impensable que la Región de Murcia apostara por el cultivo de cereza, pero poco a poco esta codiciada fruta de hueso, muy trabajada en Extremadura, Aragón y Cataluña, está encontrando un hueco en el sureste, gracias a variedades tempranas, como la Royal Tioga. En este momento, según los últimos datos facilitados por la Administración regional, la Región alberga más de 500 hectáreas, repartidas sobre todo en zonas de Cieza, Blanca y Abarán, así como en fincas del Altiplano.

Tras unos años más que complicados por la falta de precipitaciones y por las altas temperaturas, este año los productores prevén una buena campaña. Uno de los pioneros en este cultivo en la Región es la empresa Finca Toli ubicada en Jumilla. Su propietario, Pedro Carrión, prefiere mostrarse cauto con las predicciones «porque la cereza hasta el día que la recoges puede sufrir cambios muy importantes», pero reconoce que se espera una cosecha buena, «tampoco excesiva».

En cualquier caso, la cosecha será mejor que las recogidas durante los últimos años en los que la sequía ha golpeado duramente a la Región. «Ha habido problemas de lluvia y de cuaje, y aquí influye mucho las temperaturas que se registran en primavera y las horas frío en invierno».

Incluso, como este año, se puede dar la circunstancia de que haya un buen cuaje y una buena cosecha, «pero cuando llegue el momento de la maduración tengamos lluvias y suframos el rajado y se pierda la cosecha».

Sobre la situación del sector, Carrión considera que la producción de cereza en la Región todavía no es significativa a nivel nacional. «La única ventaja que tiene la Región de Murcia es que ciertas variedades tempranas, con muy pocas necesidades de horas frío, parece que están funcionando en el Fenazar, Blanca y Alhama de Murcia y ya se está recolectando y se están obteniendo muy buenos precios, porque ahora mismo no hay cereza», explica el propietario de Finca Toli, que añade que «en esas zonas de producción, con esos climas y esa variedad es posible que muchos se animen a poner cerezo».

Eso sí, advierte que no sería una buena idea que muchos productores tomaran la misma decisión, como ha pasado con otros cultivos. «Puede ser que nos tiremos todos los agricultores a poner eso y en cuestión de seis, siete, ocho años la rentabilidad sea dudosa y el mercado no sea capaz de absorber esa producción», asegura Carrión, que en este sentido vería razonable que se estableciera una cierta planificación a nivel autonómico.

Por otro lado, advierte que las variedades tempranas no son la panacea. «Tiene sus problemas, hay que saber manejarlas, pero pueden dar resultado».

Otro de los desafíos a los que se enfrenta este sector incipiente es la competencia con el producto de Turquía y Grecia, dos grandes productores, cercanos a Europa. «Tienen muy buen producción, está haciendo una buena cereza, y lo hacen con unos costes de producción mucho más baratos», deja caer Carrión.

El secretario de Agricultura de UPA Región de Murcia, Antonio Moreno, coincide en que el problema de las últimas campañas de la cereza en la Región se ha debido a los inviernos anormalmente cálidos y la falta de horas frío.

«Este año se han acumulado más horas frío y eso ayuda; en principio no debería ir mal», aventura Moreno. Otro de los obstáculos que enfrentan los cultivos de cereza es la mala polinización. Asegura el secretario de UPA que no es tanto un problema por la falta de abejas, sino de los ‘vuelos’ cada vez más cortos. «El cambio climático está influyendo en la movilidad de la abeja», sostiene.

En cuanto a la pujanza del sector en la Región, Moreno cree que aunque se ha investigado mucho, sigue en manos de muy pocas personas, y no se acaba de encontrar una variedad que se adapte perfectamente a nuestras temperaturas.