Laboral

La Región luchará por evitar que se pierdan los oficios tradicionales

El Gobierno regional y UPTA crearán un Plan de Relevo Generacional para que negocios tradicionales de autónomos no desaparezcan

Raúl Ferre, propietario de Panadería  Masamadre, saca pan récien horneado en uno de sus locales

Raúl Ferre, propietario de Panadería Masamadre, saca pan récien horneado en uno de sus locales / Juan Carlos Caval

Santiago Ramón Torres

Las jubilaciones y la percepción errónea de las condiciones laborales hacen que cada vez se vean menos oficios tradicionales como carnicería, pastelería o panadería, que están en riesgo de desaparición, como augura la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA).

Para evitarlo, esta organización por medio de su presidente, Eduardo Abad, colabora con el Gobierno regional en la creación de un Plan de Relevo Generacional.

«Estamos trabajando con el Ministerio de Educación en ese tema y con el Gobierno regional para poner en marcha un Plan de Relevo Generacional que la Región de Murcia desarrolle para luchar con lo que creemos que va a ser un abandono masivo de estas profesiones».

"No existen los panaderos"

«Tengo muchísimas dificultades para encontrar personal cualificado de calidad, de hecho, es que no hay, no existen los panaderos», sentencia Raúl Ferre, para quien es preferible tener hasta 10 jóvenes de prácticas en su horno de pan «para formarlos a mi manera». Aunque piensa que su profesión de panadero no es atractiva para los jóvenes «por el desconocimiento de cómo se trabaja actualmente en una panadería artesanal y su funcionamiento».

Ferre no se plantea un relevo generacional. «Espero que no». Y cree que su oficio tendrá futuro gracias a chicos como los que está formando. 

Este plan incluye una regulación «más liviana para que un autónomo que no tenga trabajadores pueda albergar a personas que están estudiando la Formación Profesional Dual y que se alivien las cargas administrativas para que puedan hacerlo», además de «incentivos reales» que permitan la continuidad de la actividad a aquellos autónomos que ya hayan cumplido la edad de jubilación. «Se trata de que no caiga el número de autónomos de forma estrepitosa en los próximos años».

Abad explica que el «factor fundamental» por el cual estas profesiones podrían extinguirse es que las personas que realizan estas actividades están próximas a jubilarse.

«Creemos que va a haber un abandono masivo de los oficios», dicen desde UPTA

«Los datos que tenemos en UPTA y que extraemos de la Seguridad Social indican que el 30% de los autónomos en la Región de Murcia ya tiene más de 63 años. De ese 30%, más de la mitad son profesionales de los oficios. Con lo cual, en los próximos 3 o 4 años, se van a jubilar solamente de profesionales de oficios el 7% del total de autónomos, que dejarán de trabajar».

Otro factor a tener en cuenta es el exceso de cualificación académica de los jóvenes en títulos universitarios. Indica que los jóvenes «tienen una imagen confundida» sobre los oficios tradicionales. «Creen que tan solo existe salida profesional a través del trabajo por cuenta propia en profesiones con muy alta cualificación».

«Creo que el futuro es cerrar»

«El futuro de la profesión a medio plazo va a ser complicado porque muchos carniceros van a cerrar porque se jubilan y no van a tener sucesores para continuar el negocio. Porque no es un trabajo atractivo».Para Manuel Hernández, su oficio no es atractivo porque «este es un trabajo un poco esclavo, un poco exigente en el número de horas. Y los jóvenes tienden a buscar trabajos de otro perfil».Una manera, comenta, de hacerlo más llamativo es a través de cursos de formación especializada, porque también tienen «bastantes dificultades» para encontar personal cualificado. Por lo que cree que «el futuro de la carnicería es cerrar».

Trabajadores  de la carnicería El Pavo Real en su puesto de la plaza de abastos de Vistabella en Murcia.  | S.R.T.

Trabajadores de la carnicería El Pavo Real en su puesto de la plaza de abastos de Vistabella en Murcia. / S.R.T.

Añadido a esto, Abad comenta el ‘boom’ tardío de la Formación Profesional (FP) que «ha estallado apenas hace 5 o 6 años, con lo cual llevamos un retraso considerable desde el punto de vista de la creación de profesionales cualificados». También, señala que «existe una muy alta demanda por parte de las empresas, que lo que hacen es contratar personal por cuenta ajena, lo que deja sin espacio al trabajador por cuenta propia».

Crisis de talento en los oficios

Otra organización que alerta sobre la situación de los oficios es Cruz Roja en su informe Oportunidades y Desafíos en los Oficios Tradicionales, que subraya la crisis de talento en los oficios tradicionales como panadería, electricidad, fontanería o construcción.

Entre los factores que agravan esta situación destacan la falta de relevo generacional, la escasa formación especializada y la percepción errónea de las condiciones laborales, como la creencia de que es necesaria una alta exigencia física, que los horarios son irregulares o la falta de oportunidades para el crecimiento laboral. De ellos, la falta de relevo generacional se ha convertido en «un problema crítico», según Cruz Roja. Por otro lado, se señala a la digitalización y la tecnología, que «han captado la atención de la población activa», como una de las razones de que se queden muchos puestos de trabajo sin cubrir.

«El relevo generacional de estas profesiones se ha convertido en un problema crítico», indica Cruz Roja

Desde la mesa de diálogo de Cruz Roja se han propuesto estrategias y soluciones para mejorar la percepción de estos oficios, mostrando «casos de éxito y buenas prácticas que evidencian el crecimiento profesional».

Dos casos de éxito en este sector los encontramos en Murcia, con Raúl Ferre, panadero y propietario de Panadería Masamadre y Manuel Hernández, propietario de la carnicería El Pavo Real de la plaza de abastos de Vistabella.

Ferre comenta que es panadero desde el año 2000, cuando decidió abrir Masamadre, según cuenta, «en un momento de crisis, con un pan de muy mala calidad y el aumento del pan congelado». Se hizo panadero para ayudar a su madre, que regentaba un despacho de pan donde vendía un producto realizado por otros panaderos, «y pensé que la mejor manera de ayudarla era elaborando nosotros el pan».

Por su parte, Hernández trabaja como carnicero desde que dejó el colegio y empezó en la profesión de la familia de su madre.

«Empecé en la carnicería al acabar el colegio, tenía que elegir si trabajar o seguir estudiando y estudiar no me gustaba. La familia de mi madre son todos carniceros y la de mi padre vendía en los mercados, y más tarde se hicieron carniceros». Regenta la carnicería El Pavo Real desde que su tío se la dejó a él y a su hermano en 1983.

A pesar del éxito de sus empresas, ambos autónomos sienten las dificultades de incorporarse a trabajar en oficios tradicionales como el suyo.

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