Social

La importancia de la educación afectivo-sexual para prevenir el abuso infantil

La psicóloga especializada insta a hablar de consentimiento "desde que somos chiquititos"

Beatriz Mayhew Manchón, psicóloga especializada en abuso sexual infantil.

Beatriz Mayhew Manchón, psicóloga especializada en abuso sexual infantil. / Juan Carlos Caval

Jaime Ferrán

Jaime Ferrán

La psicóloga especializada en abuso sexual infantil Beatriz Mayhew Manchón valora muy positivamente el efecto que tienen en las niñas y adolescentes las charlas de educación afectivo-sexual. «Hablar del consentimiento desde que somos chiquititos, hablar de qué es un secreto bueno y qué es un secreto malo, la importancia de pedir ayuda si alguien toca nuestro cuerpo y nuestras partes íntimas, que eso no está bien. Todo ese tipo de actuaciones que se pueden hacer desde los colegios previenen que se pueda seguir dando una situación de violencia sexual en el entorno cercano», explica.

Por este motivo, subraya que «es responsabilidad no solo de la familia, sino de las autoridades de la Comunidad y de la Administración pública, hacer todo lo posible para proteger a los niños y niñas ante el peligro que supone el abuso sexual». Mayhew añade que «lo que se imparte en los centros educativos está basado en la ciencia y no en ideologías».

De hecho, estas charlas forman parte de algunos tratamientos a los que someten a las niñas adolescentes que tratan en Proyecto Luz. «Lo que sabemos de las estadísticas es que una de cada cinco niñas o chicas adolescentes son víctimas de violencia sexual frente a uno de cada siete u ocho chicos», afirma.

Ante esta realidad, la psicóloga ofrece a sus pacientes femeninas que están en la fase de la pubertad, después de sesiones individuales, formar parte de una terapia en grupo en la que puedan recibir información sobre los límites en las relaciones de amistad y otras «cuestiones relacionadas con los mitos del amor romántico y las relaciones de violencia de género en pareja adolescente», por ejemplo.

«Para mí es algo muy positivo el que cada vez más se hable de este tema. El hecho de que cada vez más los profesionales y las familias entendamos que el abuso sexual infantil ya no pertenece al ámbito privado y que pasa en nuestras familias es un logro que se está consiguiendo en la Región», destaca.

La caja de arena

En la Asociación Albores hay una habitación repleta de figuras y una caja llena de arena (imagen superior). Se trata de una técnica de intervención para que las víctimas «puedan procesar sus respuestas traumáticas desde otro lugar».

De esta forma, se les pide que escojan uno o varios personajes y objetos para que los coloquen en la caja y vayan construyendo su mundo en ese lugar. «Los distintos movimientos que se van haciendo les permite hacer conexiones cerebrales que a través de la palabra o con un discurso no serían capaces de hacer», indica.

Esta terapia cognitivo-conductual, «basada en evidencias científicas» y originaria de Estados Unidos, les facilita que puedan «reelaborar la experiencia que traumática que vivieron y que entonces no fueron capaces de procesar».

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