Agricultura

El campo murciano se opone a los aranceles a los fertilizantes rusos

Imponerlos sin garantizar una alternativa viable y competitiva dejaría al sector agrario «en una situación de vulnerabilidad extrema», advierten los agricultores

Los aranceles a los fertilizantes ponen en jaque a los agricultores.

Los aranceles a los fertilizantes ponen en jaque a los agricultores. / EFE

Alejandro Lorente

Alejandro Lorente

Las decisiones que se toman en Europa y los intereses del sector agroalimentario en España y en la Región de Murcia suman un nuevo desencuentro. Este viernes se votará en el COREPER (Comité de Representantes de Permanentes) la propuesta de la Comisión Europea de imponer nuevos aranceles a los fertilizantes rusos y bielorrusos.

La propuesta europea prevé aumentos progresivos a partir del próximo 1 de julio hasta llegar a los 315 o 430 euros por tonelada (según el tipo de fertilizante) en julio de 2028. Esto supondría, según las principales organizaciones agrarias en la Región, un incremento del cien por cien de la carga impositiva, lo que supondría «una presión financiera insostenible para los agricultores».

Con esta medida, Europa pretende reducir la dependencia exterior y proteger la industria europea ante el riesgo de desestabilización del mercado, pero desde Asaja recuerdan que la UE carece de fuentes propias de fosfatos minerales y fosfóricos, lo que hace que dependa en gran medida de importaciones de países africanos y de Rusia. «Imponer aranceles sin garantizar una alternativa viable y competitiva dejaría al sector agrario en una situación de vulnerabilidad extrema», indican desde la organización a nivel estatal.

Según el secretario general de Asaja en Murcia, Alfonso Gálvez, esta decisión afecta especialmente a los agricultores murcianos por la diversificación y extensión del sector en la Región. «Los fertilizantes son fundamentales pasa sacar adelante los cultivos y tener una productividad que permita una cierta rentabilidad; con esos aranceles se incrementan más todavía los costes de producción», advierte Alfonso Gálvez, que explica que en vez de plantear aranceles, lo que tendría que hacer la UE es facilitar que haya nutrientes suficientes «y además de los fertilizantes químicos que puedan proceder de importaciones poner en marcha alternativas para el aprovechamiento de estiércoles y purines para valorizarlos».

Para Gálvez, es «paradójico» que la UE impongan aranceles a los fertilizantes cuando garantizar el suministro alimentario es clave para Europa «y sin embargo se sigue comprando gas a Rusia a pesar del conflicto bélico; es un contrasentido». El secretario general de Asaja asegura que con esta decisión la UE lo único que está haciendo es «castigar a los agricultores europeos en vez de a Rusia».

Además de Asaja, también se ha posicionado en contra de la propuesta COPA-COGECA, la principal organización de agricultores y cooperativas de la UE, que advierte que la imposición de estos aranceles «sin una alternativa real de suministro llevará a un encarecimiento extremo de los insumos agrícolas y a una grave pérdida de competitividad del sector agroalimentario europeo».

Para garantizar la competitividad del sector agrícola europeo, Asaja propone como alternativa la eliminación de los derechos antidumping sobre las importaciones de nitrato de amonio y mezclas de urea y nitrato de amonio originarias de Estados Unidos y Trinidad y Tobago y modificar la Directiva sobre Nitratos para permitir el uso de fertilizantes de origen ganadero, una solución sostenible que contribuiría a la autonomía de los agricultores europeos.

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