Entrevista | José Antonio García Gamuz Profesor del área de Radiología y Medicina Física en la UMU
"La UMU colabora en el desarrollo de un protocolo nacional de actuación ante incidentes radiológicos"
"Este permitirá coordinar los diferentes centros del país, de modo que se pueda proporcionar una respuesta rápida ante un incidente nuclear a gran escala con el fin de optimizar los recursos disponibles en el sistema sanitario"

José Antonio Gamuz en el laboratorio de su grupo de investigación. / Juan Carlos Caval
En un mundo donde la radiación está presente en la medicina, la industria y la energía, comprender sus riesgos y beneficios es crucial. José Antonio García Gamuz, profesor del área de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Murcia y miembro del grupo de investigación ‘Radiología Experimental’, da a conocer cómo la ciencia nos protege frente a incidentes radiológicos. Desde la creación del primer mapa radiológico del Puerto de Cartagena hasta su participación en el Protocolo Nacional de Dosimetría Biológica, el investigador desvela cómo la tecnología y la investigación avanzan para fortalecer la seguridad y la salud pública.
¿Qué es un incidente radiológico y por qué es importante que la ciudadanía esté informada sobre este tema?
Hablamos de incidente radiológico cuando se produce una exposición indebida a radiación ionizante. Puede deberse a accidentes nucleares, liberación (intencionada o no) de material radiactivo o ataques terroristas. Es fundamental que la ciudadanía esté informada sobre estos eventos, ya que la radiación no se puede detectar por los sentidos y sus efectos pueden ser a largo plazo, por lo que seguir los protocolos adecuados es importante en la protección de la salud, así como en las consecuencias ambientales y económicas que pueden derivar de estos incidentes. Vivimos en un mundo donde la radiación se emplea en diversos campos, como la medicina, la industria o la obtención de energía, de ahí la importancia de comprender sus riesgos y beneficios.
¿En qué aspectos la dosimetría biológica que estudia vuestro grupo de investigación complementa o difiere de los métodos físicos tradicionales en la evaluación de la exposición a la radiación?
Ambos métodos no compiten, sino que se complementan. Los distintos tipos de dosímetros y detectores, usan diferentes procesos físicos para medir la cantidad de radiación ambiental o absorbida por un individuo, por lo que representan herramientas esenciales en la protección radiológica. Por ejemplo, nuestro grupo de investigadores de la Universidad de Murcia usa este tipo de detectores en el Puerto de Cartagena, donde estamos realizando el primer mapa radiológico del mismo gracias a un proyecto financiado por la Autoridad Portuaria de Cartagena, que busca evaluar la radiación ambiental en la zona y confirmar la ausencia de contaminación radiactiva significativa.
Estamos realizando un mapa para evaluar la radiación que hay en el Puerto de Cartagena
¿Para que servirá este mapa radiológico del Puerto de Cartagena?
Permitirá conocer los niveles de radiación ambiental, establecer valores de referencia y detectar anomalías antes de que representen un peligro real. Por otro lado, y retomando la pregunta anterior, la dosimetría biológica pretende estimar la dosis absorbida tras una sobreexposición a radiaciones ionizantes mediante el análisis de un parámetro biológico, en concreto mediante el análisis de los cromosomas de los linfocitos obtenidos de una muestra de sangre para estudiar el daño genético producido. Esto es crucial en situaciones donde no se disponen de registros físicos de exposición, como en accidentes nucleares o incidentes radiológicos inesperados, constituyendo un elemento imprescindible para la posterior intervención médica de las personas afectadas. De ahí la complementariedad de ambos métodos. Además, en exposiciones bajas y prolongadas, la dosimetría biológica ayuda a evaluar los efectos acumulativos biológicos que no pueden detectarse con dosímetros convencionales.
¿Cómo se están adaptando las tecnologías y metodologías en dosimetría biológica para responder de manera más eficaz a las emergencias actuales?
Las técnicas de dosimetría biológica, que son las que estudiamos en la Universidad de Murcia, evalúan principalmente el daño genético producido en la radiación, cada una fijándose en una alteración cromosómica diferente. Desde la IAEA (Agencia Internacional de la Energía Atómica) se han realizado manuales desde hace años, actualizándose cada cierto tiempo, de las diferentes técnicas que se usan. Entre ellas destacan el análisis de cromosomas dicéntricos presentes en metafases de linfocitos de sangre periférica y la técnica de micronúcleos en linfocitos humanos con bloqueo cinético. El reto actual es, por un lado, conseguir una mayor sensibilidad en las distintas técnicas para detectar dosis menores de radiación, y por otro la armonización de las distintas técnicas, de manera que las dosis estimadas sean equivalentes entre ellas.
Varios laboratorios españoles se han unido para la creación de un Protocolo Nacional de Dosimetría Biológica ¿Qué implicaciones tiene su implementación en la gestión de crisis y en la optimización de recursos en el sistema sanitario?
En un escenario de eventos radiológico la respuesta debe ser lo más rápida posible, y, por ello, determinar la dosis radiológica recibida por la población se convierte en algo prioritario para la toma de decisiones. Por ello, el Consejo de Seguridad Nuclear ha financiado este proyecto en el que se han reunido los laboratorios españoles con mayor experiencia en dosimetría biológica. Cada uno de ellos laboratorios trabaja con diferentes técnicas de dosimetría biológica. Lo que se pretende, pues, es la realización de este Protocolo que coordine los diferentes centros y se pueda proporcionar una respuesta rápida ante un incidente a gran escala en el que se pueda superar la capacidad de cada laboratorio por separado. Esto ayudará a realizar un rápido triaje o clasificación médica y radiológica de las personas afectadas, optimizando de esta manera los recursos disponibles en el sistema sanitario.
¿Cuál es la contribución específica de la UMU en el desarrollo de este protocolo nacional?
En este proyecto participamos miembros del grupo de investigación 'Radiología Experimental' de la UMU y del Grupo de Radiología del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria Pascual Parrilla. En concreto su líder, el Catedrático Miguel Alcaraz, así como los profesores Amparo Olivares, José Luis Navarro, la Dra. Ana María Mercado y un servidor. Como he comentado anteriormente hay distintas técnicas en dosimetría biológica. Varios laboratorios participantes en el proyecto usan el análisis de cromosomas dicéntricos presentes en metafases de linfocitos de sangre. En nuestro caso, aportamos la experiencia en la técnica de micronúcleos en linfocitos humanos irradiados con bloqueo cinético, en la cual se ha trabajado durante muchos años y cuyos resultados, en nuestras manos, están avalados por numerosas publicaciones científicas. En el proyecto se está trabajando, a través de distintos ensayos y ejercicios de intercomparación entre los distintos laboratorios, en compatibilizar las dosis que se obtiene a través de cada una de las técnicas empleadas, de manera que sean equivalentes.
La existencia de protocolos claros asegura que los profesionales de la salud y los equipos de respuesta estén preparados para actuar de manera eficiente
¿Qué desafíos específicos enfrentan los centros españoles en la integración de sus protocolos con las redes internacionales de dosimetría biológica?
Para la integración de cualquier red, sea internacional o no, se requiere de experiencia en alguna de las técnicas de dosimetría biológica homologadas, así como tener la infraestructura y la capacidad de respuesta necesaria. Además, se requiere una armonización de metodologías y estándares entre todos los centros participantes, lo cual también obliga a una constante actualización y adaptación a las normativas vigentes. En España tenemos la suerte de contar con varios centros con capacidad suficiente, como son los participantes en el proyecto del que hablamos. Incluso, alguno de ellos, ya participa en redes internacionales.
En un contexto geopolítico tan incierto, ¿cómo cree que la implementación de protocolos de dosimetría biológica a nivel nacional puede contribuir a mitigar los riesgos y fortalecer la protección de la población ante un escenario de conflicto nuclear?
Por desgracia no sirven para evitar un evento radiológico como el que plantea, pero sí es importante para la respuesta que se da frente al mismo, ya que la detección rápida y evaluación precisa de la exposición a la radiación facilita una rápida clasificación de afectados y optimiza la asignación de recursos médicos. La existencia de protocolos claros asegura que los profesionales de la salud y los equipos de respuesta estén preparados para actuar de manera eficiente. Estos protocolos también son útiles en el diseño de estrategias de descontaminación y protección radiológica en función de los niveles de exposición detectados, optimizando la toma de decisiones en escenarios críticos.
¿Cuáles son las áreas de investigación y desarrollo que considera prioritarias para mejorar la capacidad de respuesta ante futuros incidentes radiológicos o ataques terroristas?
Por todo lo dicho anteriormente, principalmente avanzar en conseguir que las técnicas de dosimetría sean cada vez más rápidas, precisas y con mayor sensibilidad para, de esta manera, obtener una mejor evaluación de las dosis recibidas por la población afectada. También resulta interesante la investigación de sustancias que sean capaces de proteger de la radiación o mitigar los efectos de la misma. De hecho, en nuestro grupo de investigación se trabaja con distintas sustancias que presentan un efecto genoprotector ante la radiación ionizante, lo que resulta de gran interés. En otros campos, la mejora de modelos computacionales que simulen la dispersión de materiales radiactivos y sus efectos en la población y el medio ambiente puede ser de gran ayuda para la toma de decisiones.
¿Qué mensaje daría a la ciudadanía para que sepa cómo actuar o prepararse ante un posible incidente radiológico?
En primer lugar, un mensaje de tranquilidad. La realización de este proyecto que estamos llevando a cabo no supone un riesgo inminente de evento radioactivo. Lo que sí hay que estar preparados, como en cualquier otro ámbito, ante las situaciones que pudieran darse. Y esto nos hace estar más protegidos. Y, en segundo lugar, en caso de emergencia radiológica, el conocimiento y la preparación son la preparación son las mejores herramientas para minimizar los riesgos, por lo que es necesario mantenerse informado y seguir las directrices oficiales.
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