Salud

La Arrixaca permite a los padres estar en las operaciones de sus hijos hasta que hace efecto la anestesia

Gracias a este protocolo de humanización se reduce el impacto emocional y los episodios de agitación en los menores

Esther Hernández (de azul) junto a su hijo Lucas este viernes en los quirófanos  de la Arrixaca durante la  sedación del niño.

Esther Hernández (de azul) junto a su hijo Lucas este viernes en los quirófanos de la Arrixaca durante la sedación del niño. / Israel Sánchez

Ana García

Ana García

Lucas, un pequeño de 14 meses, se despertaba este pasado viernes en casa más temprano de lo habitual. Cuando aún no había amanecido sus padres -Esther Hernández y Cristian Alcaraz- le daban el biberón y lo preparaban para ir a la Arrixaca. Tenía programada una operación en el bloque quirúrgico del Hospital Infantil, cirugía en la que por primera vez se ofrece a los padres de los niños intervenidos la opción de que entren con ellos a quirófano. De esta forma, una cara conocida les acompaña hasta el momento de la sedación, hasta que quedan dormidos.

Con esta acción, el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca da un nuevo paso en la humanización de la asistencia sanitaria y en esta ocasión lo hace en una de sus áreas más sensibles, Cirugía Pediátrica. Hasta hace sólo unos días los niños que tenían que ser intervenidos se veían en quirófano rodeados de máquinas, cables y profesionales vestidos con pijama, gorro y mascarilla, con el miedo propio de no saber a lo que se enfrentaban y sin una cara conocida cerca.

Esta situación ha cambiado. El centro sanitario de referencia en la Región de Murcia ha iniciado un nuevo protocolo a través del Servicio de Anestesia que permite a los padres entrar al quirófano con sus hijos y acompañarlos durante el momento de la sedación.

Mariola Cabanes junto a su hija Anna tras salir de quirófano.

Mariola Cabanes junto a su hija Anna tras salir de quirófano. / Israel Sánchez

Desde ahora y de manera protocolorizada, los menores que vayan a quirófano podrán estar acompañados por sus padres o por el cuidador principal durante la inducción anestésica, algo que hasta ahora sólo se hacía en el centro sanitario con los pacientes diagnosticados con déficit de atención e hiperactividad o con trastorno del espectro autista -TEA- gracias al programa que se puso en marcha hace siete u ocho años, tal y como detalla el doctor Luis Falcón Araña, jefe de sección de Anestesia Pediátrica de la Arrixaca.

Así, ahora se generaliza el procedimiento con un protocolo propio para todos los niños que requieren una intervención quirúrgica, «poniéndolos a ellos y a los padres en el centro de la atención», según indican desde el centro sanitario. 

Con esto se pretende reducir el estrés y la ansiedad de la población infantil que requiere una intervención programada, al tiempo que se disminuye el impacto emocional tanto de los niños como de los padres ante la separación habitual que se realizaba hasta ahora en el acceso al área quirúrgica. 

Para iniciar el protocolo, que ha comenzado a aplicarse hace apenas unos días en el hospital de El Palmar y que se va perfilando a medida que van surgiendo nuevas situaciones, la dirección de la Arrixaca ha habilitado un espacio e vestuario con taquillas en el que los padres pueden dejar su ropa y objetos para vestirse el pijama con el que entrar a quirófano, aunque antes se le dan unas nociones básicas para moverse en la ‘zona verde’.

En el vestuario también hay cartelería que repasa las instrucciones básicas de conducta, vestimenta e higiene de manos que hay que seguir durante todo el proceso.

El pijama de los padres es de color azul, distinto al que utiliza el personal sanitario -verde- para poder identificar visualmente de forma rápida al familiar que ha entrado con el menor y que puede permanecer junto a él hasta que se haya dormido, tal y como detalla a La Opinión la enfermera supervisora del quirófano pediátrico, Rocío Muñoz Sánchez.

Beneficios para los niños

Los profesionales recuerdan que en el ámbito sanitario hospitalario el paciente pediátrico de todas las edades es posiblemente el más vulnerable. El menor busca su seguridad en la presencia de sus personas de apego, de ahí que los beneficios de la medida puesta en marcha en los quirófanos pediátricos de la Arrixaca sean numerosos. La presencia de la madre o el padre reduce o evita la necesidad de administrar fármacos hipnóticos-sedantes durante el preoperatorio junto con sus efectos secundarios, se consigue mayor estabilidad hemodinámica para el proceso y mejor recuperación en el despertar. 

Además, se mejora la experiencia y se reduce el impacto emocional de los actos clínicos, un aspecto especialmente importante en los niños que requieren procedimientos anestésicos repetitivos para radioterapia, exploraciones por enfermedades crónicas y otras situaciones.

El anestesista pediátrico Fernando Sanz Yagüez detalla que en el momento del despertar los niños suelen presentar cuadros clínicos de agitación o delirios que se ven reducidos de forma muy importante con la presencia de los padres.

"Estoy muy contenta, tanto de no haberlo dejado solo como de haber visto al equipo de profesionales que lo van a operar y poder ponerles cara"

Sobre el paso dado por la Arrixaca con la creación de este protocolo, que surge del Servicio de Anestesia pero en el que se han implicado todos los profesionales, el especialista insiste en que «esto se hace principalmente por el niño, sobre todo los que se encuentran en la franja de los 2 a los 7 años, que son quienes más lo notan, aunque también supone un beneficio para los padres, que agradecen esta oportunidad». 

En los boxes del área quirúrgica pediátrica de la Arrixaca estaba este viernes Cristian Alcaraz esperando a que Esther saliera de quirófano de acompañar a su hijo Lucas en la sedación. Al salir, la madre del pequeño se mostraba reconfortada de haber podido estar con él: «Estoy muy contenta, tanto de no haberlo dejado solo como de haber visto al equipo de profesionales que lo van a operar y poder ponerles cara», decía.

Al ser tan pequeño, sus padres no le habían explicado nada de lo que le iban a hacer, a diferencia de a Anna, una niña de 5 años que junto a sus progenitores compartía box con los de Lucas. Ella ya había salido de quirófano y mientras que su padre, Javier Morales, le leía un cuento, su madre, Mariola Cabanes, reconocía que le sorprendió cuando le dijeron que existía la opción de entrar con la niña a quirófano hasta que la sedaran. «No sabía que se podía y es un paso muy importante en la humanización del hospital, ya que los niños entran asustados a una sala fría y llena de tubos con voces que no conocen», dice.

El jefe del Servicio de Anestesia de la Arrixaca, Carlos García Palenciano, llega a afirmar que «cuando los padres se involucran en los cuidados, se logran avances significativos en términos de seguridad y efectos en la salud del niño». Y es precisamente por ello por lo que este protocolo se quiere extender a todos los procesos en los que sea necesario dormir a los menores, haciendo así que anestesistas, enfermeros y personal quirúrgico se alíen con los padres en la mejor atención de los niños.

Movimiento nacional

A nivel nacional existe un movimiento de padres que están iniciando campañas y recogidas de firmas a través de plataformas como Change.org para lograr que los niños estén acompañados por sus padres en el quirófano en el momento de la anestesia.

Madres como Carla López de Alda o Anna Gual García están detrás de algunas de estas iniciativas e insisten en que el acompañamiento materno o paterno previo a una operación quirúrgica se está implementando en muchos hospitales españoles. Entre ellos destacan varios nombres como el General de Villalba (Madrid), que aprobó el acompañamiento en marzo de 2017; el San Juan de Dios de Barcelona o el Quirón de Pozuelo y el Infanta Elena. Ejemplos de la tendencia a humanizar las cirugías infantiles.

Payasos que sacan sonrisas

La Arrixaca viene trabajando desde hace años en la humanización de la asistencia a los más pequeños. Una de las acciones más conocidas y que más cariño despierta en los niños y sus familias son los payasos de hospital, atención que realiza Pupaclown.

Estos payasos llevan 27 años haciendo sonreir a los niños en la Arrixaca con dos parejas que se dividen entre las visitas al Hospital Infantil, los ‘pupaquirófanos’ en los que acompañan a los pequeños pacientes a las operaciones y los procesos dolorosos, cuando se tienen que someter a pruebas o punciones. Acciones a las que en 2023 se sumaron también las visitas a los ingresos a domicilio.

Fernando Sanz Yagüez, Luis Falcón Araña y Rocío Muñoz Sánchez, en la zona quirúrgica pediátrica.

Fernando Sanz Yagüez, Luis Falcón Araña y Rocío Muñoz Sánchez, en la zona quirúrgica pediátrica. / Israel Sánchez

Un derecho reconocido en la Carta Europea del Niño Hospitalizado

El protocolo puesto en marcha por el Hospital Virgen de la Arrixaca y que ya se está aplicando en otros centros sanitarios a nivel nacional viene a cumplir precisamente uno de los derechos recogidos en la Carta Europea del Niño Hospitalizado aprobada por resolución del Parlamento Europeo en mayo de 1986.

En ella se detalla explícitamente el derecho del niño a estar acompañado de sus padres o de la persona que los sustituya el máximo de tiempo posible durante su permanencia en el hospital, insistiendo en que estos no deben actuar como espectadores pasivos, sino como elementos activos de la vida hospitalaria siempre que no perjudique en modo alguno ni obstaculice la aplicación de los tratamientos a los que hay que someter al menor.

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