Social

Casi 600 víctimas de violencia sexual, atendidas en 10 meses en la Región: "Todas dicen que tienen la culpa"

"La gente no puede entender cómo de incapacitante es su trauma: nuestras psicólogas lo han equiparado a lo que sufren los veteranos de guerra"

La trabajadora social María José Garrido atiende a una mujer en su despacho del Centro 24 horas de Murcia.

La trabajadora social María José Garrido atiende a una mujer en su despacho del Centro 24 horas de Murcia. / Israel Sánchez

Ana Lucas

Ana Lucas

«Todas vienen diciendo que tuvieron la culpa: porque se subieron a un coche, porque aceptaron una copa... cuando el único culpable es el agresor». Así se expresa Cristina Sánchez, asesora jurídica del Centro de Atención integral a Víctimas de Violencia sexual de la Región de Murcia (Caivax), para hablar de las mujeres a las que prefiere no llamar víctimas, sino supervivientes.

Este centro, ubicado en la población murciana de El Palmar, abrió en diciembre del año pasado y, hasta el 30 de septiembre de 2024, ha atendido a un total de 587 mujeres, de las cuales 364 habían estado inscritas antes (en el recurso de la Comunidad para asistir a estas afectadas) y continúan hasta la fecha recibiendo el servicio. 

Cuatro psicólogas, una educadora social, dos asesoras jurídicas, una integradora social y una trabajadora social (en el Caivax no trabajan varones) forman un equipo que, desde que abrió el centro, ha llevado a cabo 3.012 intervenciones. La Opinión visitó el corazón del Caivax (cuyo servicio se mantiene activo los 365 días del año, las 24 horas, de forma presencial o telefónica) y charló con tres de las profesionales que se dejan la piel en ayudar a sanar a estas mujeres: la ya citada asesora jurídica Cristina Sánchez, la trabajadora social María José Garrido y la coordinadora técnica Concha Asín.

Del Usero a la libertad

«Ven el Salto del Usero y les relaja mucho», comenta Garrido, en referencia a una fotografía que cuelga en una de las paredes de su despacho, el cual suele ser el primero que pisan las víctimas que acceden al inmueble en el que se ubica el centro. En el habitáculo, María José ha creado «un circuito muy bonito»: nada más entrar, las mujeres ven de frente un cartel que reza ‘Soy más que la carne que ves’; a mano izquierda, la foto del Salto del Usero, el agua, la naturleza, la calma. «Y, al salir, cuando se giran y van hacia la puerta, ven este otro cartel, que pone ‘libres’», explica la trabajadora social.

En la pared de la sala donde hacen talleres hay adhesivos que hablan de ‘Confiar en una misma’ y ‘perdón’.

En la pared de la sala donde hacen talleres hay adhesivos que hablan de ‘Confiar en una misma’ y ‘perdón’. / Israel Sánchez

Hay varias vías por las cuales las mujeres que sufren una agresión sexual llegan al centro de El Palmar: «Vienen de la Arrixaca, porque los sanitarios activan el protocolo y les informan de cuáles son sus derechos; también las derivan los Cuerpos de Seguridad, buscan ellas por Internet el teléfono, a través del 112 también nos pasan todas las atenciones o llegan por el boca a boca», precisa Garrido.

Respetar sus tiempos

Las profesionales del centro les dan entonces cita presencial y lo habitual es que «la primera entrevista sea con la trabajadora social y ella derive a la psicóloga o a la asesora jurídica». No tiene por qué ser así: «El único criterio es la necesidad que la mujer tenga en cada caso, todo se trastoca si se trata de una situación de emergencia».

Las responsables del centro dejan claro que, para ser ayudadas en este recurso, no es imprescindible que las mujeres denuncien lo que les ha pasado. Pueden hacerlo después de ser asesoradas o no hacerlo. «Intentamos respetar mucho sus tiempos», manifiestan.

Cuando se levantó, en diciembre, el de Murcia se convirtió en el cuarto centro de estas características que abría en España: ya existían los de Cantabria, Madrid y Asturias. Desde el Ejecutivo regional recuerdan que «la Comunidad ya había sido pionera anteriormente en implantar un servicio de prevención y atención integral a víctimas de violencia sexual», el cual, con la apertura del Caivax, pasó a integrarse dentro del mismo.

"Lo han superado y de pronto reviven el trauma porque les llega una citación judicial"

El estar en un lugar tranquilo en El Palmar crea un entorno más idóneo. «Antes estábamos en el centro de Murcia y a muchas mujeres les causaba ansiedad dónde aparcar el coche», apuntan las responsables del centro.   

Aunque este inmueble, con distintas estancias para atender a las mujeres en función de sus necesidades y hasta hacer talleres de forma conjunta, está en Murcia, «se da cobertura a toda la Región, se crea un servicio de itinerancia en función de las demandas de las usuarias». En Cartagena hay una psicóloga permanente en los cavis.

Cómo contactar

722515148 Línea de información y atención 24 horas / 7 días

968 375252 Teléfono fijo del centro en El Palmar

Como los veteranos de guerra

«No te vamos a decir lo que tienes que hacer, pero sí acompañarte en el camino», remarca Garrido, que significa que «hay mujeres que, por suerte, han superado ya su trauma psicológico, pero tienen el proceso judicial abierto, y reviven el trauma porque les llega una citación judicial». «No pueden pasar página ni avanzar», lamenta.

En cuanto al servicio jurídico, «hacemos labores de asesoramiento: no llevamos el caso, pero la ley del ‘solo sí es sí’ establece el derecho de las mujeres de ser asistidas por un abogado de oficio por el mero hecho de haber sufrido este tipo de violencia», destaca Cristina Sánchez. 

"Yo se lo digo a ellas: sois unas valientes y lo hacéis por solidaridad"

Subraya que «la gente no puede entender cómo de incapacitante es un trauma por violencia sexual», y añade que «nuestras psicólogas lo han equiparado a lo que sufren los veteranos de guerra».

En la pared de la sala donde las víctimas hacen talleres hay adhesivos de colores con palabras como ‘rabia’ y ‘perdón’. Otros hablan de ‘Confiar en una misma’. «Activan la palanca de la Justicia porque quieren evitar que les pase a más personas lo que les pasó a ellas. Yo se lo digo a ellas: sois unas valientes y lo hacéis por solidaridad», sentencia Cristina Sánchez.

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